Claro que sí, vivimos una  pandemia y la hemos vivido siempre, pero de cinismo, insensibilidad y  doble moral. 
No  queremos ver ninguna injusticia de ningún tipo no porque nos 
duela sino  porque nos importa un comino el dolor de los otros y lo que 
vivan. Y si  se nos atraviesa una por el camino nos cambiamos del otro 
lado de la  banqueta o retrocedemos o le saltamos encima como si fuera 
charco de  agua, total que somos buenos esquivando. Históricamente hemos
 esquivado  la memoria y la reconstrucción del tejido social. No hay 
virus tan  fulminante como el del cinismo y ahí nos pintamos solos como 
humanidad.  Virus van y virus vienen, cómo manejan la información los 
medios de  comunicación y los gobiernos es lo que hace la enorme 
diferencia. 
Para
 ejemplo el dengue, los países en desarrollo están cundidos y mueren 
millones de personas y seguirán muriendo, no se ve a gobiernos ni a 
medios de comunicación poniendo luces rojas de emergencia. El aborto 
clandestino, mueren millones de mujeres y no es emergencia mundial una 
ley de aborto legal, seguro y gratuito. Pobreza extrema, la calamidad de
 nuestra doble moral mundial. Con esto no quiero menospreciar la 
importancia del virus que estamos viviendo ahora como población mundial y
 tampoco digo que no se tengan que seguir las indicaciones. Pero la gran
 masa obrera a nivel mundial no puede quedarse en su casa guardando 
cuarentena porque apenas sobrevive el día a día y en sus trabajos, sus 
patrones oligarcas tampoco les darán los días para faltar. 
¿Quiénes
 tapiscarán las cosechas de temporada? Si son los jornaleros del campo 
mal pagados sin derechos laborales quienes lo hacen, no son vistos como 
personas y no lo serán en esta crisis tampoco, mueran los que mueran 
solo se consiguen nuevos para hacer el trabajo y eso sucede también con 
la población indocumentada a nivel mundial. Bonito es ver en los 
balcones de edificios en Italia a gente cantando y tocando instrumentos 
en muestra de cultura y unidad, hasta cierto punto digamos que de 
humanismo pero, ¿y por qué nunca se han unido así para exigir al 
gobierno de ese país un trato digno a los migrantes indocumentados que 
llegan ahogándose en el mar? ¿Es ahora que con la pandemia y el caos se 
aprovecha para salir en redes sociales y nada más para que digan? ¿Qué 
pasaría si todas las familias en Italia salieran a los balcones en una 
muestra de humanismo y cantaran, tocaran instrumentos exigiendo un trato
 humano y la legalidad de estadía y derechos laborales a los  migrantes 
que llegan ahogándose en pateras desde África y parte de Europa? Una 
cuarentena pidiendo por los migrantes indocumentados, qué lujo. Pero 
ellos no importan, no han importado ni importarán.
Quienes
 han podido porque han tenido el tiempo y la economía, en días 
anteriores vaciaron los supermercados, al final quedaron los obreros que
 van al día con sus gastos, muchos no han podido ir a comprar nada 
porque no hay dinero, cuando lleguen no encontrarán nada porque quienes 
podían acapararon todo sin importarles los otros. Muestra clara de 
egoísmo. Ese desabasto masivo porque ha sido mundial, conforme avanza la
 pandemia por sectores así van vaciando los supermercados. Esto nos da 
una idea, mínima, pero nos la da, de cómo vivieron los países ultrajados
 en tiempo de dictaduras e invasiones, las cuales empezaron por 
desabasto de supermercados, panaderías, farmacias, para crear el caos en
 las poblaciones. Nosotros no llevamos ni una semana y todo está lavado,
 los productos básicos están barridos. Imaginemos años de dictaduras 
donde además violaban, torturaban, desaparecían y asesinaban personas. 
¿Podríamos sobrevivir nosotros a algo así? Hablo claro, de estas nuevas 
generaciones pomposas y arrogantes. Porque los mayores ya sabemos de qué
 están hechos, son nuestro ejemplo y guía. 
Podemos
 imaginarnos entonces lo que significa un bloqueo económico en países 
como Cuba y Venezuela. Cuba, con décadas así y sin embargo sigue siendo 
un ejemplo de humanismo para el mundo, ahora mismo brindando medicina y 
enviando a sus médicos alrededor del mundo para que atiendan las 
necesidades de los pueblos. Y no lo enseñó Fidel, es su pueblo que ha 
sabido resistir con dignidad y conciencia la enorme injusticia que ha 
cometido el mundo con su cinismo y su silencio. 
Podemos
 imaginarnos entonces lo que vive Palestina, (lo que vivió Irak, 
Pakistán y vive Siria) que les bombardean hospitales, casas y escuelas. 
Que les arrancan sus árboles de olivo con maquinaria pesada, que les 
fumigan sus siembras para que no crezcan. Que les bombardean 
supermercados, que les disparan a quema ropa si se acercan al muro con 
el que día a día les roban sus tierras. Claro que sí, podemos 
imaginarlo, pero preferimos cambiarnos al otro lado del camino, porque 
su dolor, sus gritos de auxilio y la dignidad de ese pueblo que lucha 
nos escupe a la cara, en nuestro cinismo. Claro que sí, vivimos una 
pandemia y la hemos vivido siempre, pero de cinismo, insensibilidad y 
doble moral. 
Ojalá
 que por lo menos, ya que no nos dan las agallas para ver a otro lado 
más allá de las galantes fronteras patrias, ni que nos atrevamos a 
adentrarnos en la memoria histórica de nuestro propio pueblo para pensar
 en la tierra arrasada y las poblaciones que salieron al exilio forzado,
 exijamos que el quedarse en casa a guardar la cuarentena sea para todo 
ser humano, no solo para quien se columpie en su privilegio de clase y 
jampón desde ahí señale el comportamiento de los obreros en tiempo de 
pandemia de cinismo. 
 Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com
 

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