Reunidos en
 la localidad de Leticia, ubicada en la frontera de Colombia con Brasil y
 Perú, los representantes de siete Estados adoptaron el pasado 6 de 
setiembre del 2019, un texto titulado "Pacto de Leticia por la 
Amazonía". La noticia fue ampliamente divulgada; bastante menos, el 
contenido exacto del texto adoptado, el cual se analizará en las líneas 
que siguen, y cuyo texto integral se reproduce al final de esta misma 
nota. 
El contexto político de la reunión de Leticia 
A esta reunión concurrieron los Jefes de Estado de cuatro Estados, a 
saber Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. Brasil fue representado por su 
Ministro de Relaciones Exteriores, mientras que asistieron por parte de 
Surinam su Vice Presidente, y por parte de Guyana, su Ministro de 
Ambiente. 
Es probable que el repudio internacional generalizado
 a la acción errática de Brasil para contener los incendios y al 
discurso (incendiario) de su Presidente no sean ajenos a la idea de 
convocar esta reunión inter-estatal. La cual fue celebrada en el 
interior de una construcción indígena en Leticia, con presencia de 
integrantes de comunidades indígenas (que asistieron a la reunión 
ubicados detrás de las delegaciones oficiales): en este artículo 
publicado en Colombia, se percibe le sensación negativa de varios 
representantes indígenas, a los que no se les permitió tomar la palabra 
durante la cita (véase artículo publicado en Semana). 
Con relación al Estado anfitrión, cabe recordar que la región amazónica
 representa el 41 % del territorio colombiano, en la que diversas 
regulaciones nacionales protegen sus recursos naturales (véase mapa 
ubicado en la página 13 de esta publicación auspiciada por la CEPAL y las autoridades ambientales colombianas). 
Esta reunión en Leticia se dió dos semanas después de un profunda 
crisis diplomática originada en la reacción tardía de Brasil en contener
 los fuegos en la Amazonía pese al llamado hecho por varios miembros de 
la comunidad internacional (véase al respecto nuetra breve nota titulada "Crisis diplomática a raíz de los incendios en la Amazonía brasileña: breves apuntes sobre discursos incendiarios"). 
Es de notar que a diferencia de otros Estados, los Estados de América 
Latina sa han mantenido extremadamente reservados con relación a valorar
 la forma en que Brasil ha permitido un avance tan decisivo de las 
llamas desde finales del mes de julio. Por alguna razón, ni Francia 
(Estado que colinda en la selva amazónica con Brasil al igual que 
Surinam y Guyana, a través de su departamento de ultra mar - "La 
Guyane"), ni Venezuela participaron a esta reunión. 
Nótese que 
Venezuela solicitó formalmente en agosto del 2019 una reunión 
extraordinaria de los Cancilleres de la Organización del Tratado de 
Cooperación Amazónica (OTCA): véase carta oficial reproducida en esta nota de prensa.
 Esta iniciativa no prosperó por razones que sería interesante dar a 
conocer, al tratarse de la única organización internacional de 
cooperación con la que cuentan los Estados amazónicos: posiblemente el 
hecho que, salvo Bolivia, Guyana y Surinam, los demás Estados amazónicos
 hayan optado por reconocer al opositor Juan Guaidó como único 
representante legítimo de Venezuela, guarde alguna relación con el poco 
éxito de esta iniciativa venezolana. 
El supuesto "Pacto" de Leticia
El texto adoptado en Leticia enumera varias obligaciones ya existentes 
para estos Estados en materia de cooperación, que derivan del mismo 
Tratado de Cooperación Amazónica suscrito en 1978, y de otros 
instrumentos adoptados en materia ambiental en el marco de Naciones 
Unidas. 
Con relación a los incendios forestales como tal, leemos que los Estados suscriptores decidieron:
3. Crear la Red Amazónica de Cooperación ante desastres naturales entre los Centros de Operaciones de Emergencias para coordinar y articular los sistemas nacionales de prevención y atención de desastres con el objeto de atender de manera efectiva las emergencias de impacto regional, como incendios forestales de gran escala.4. Intercambiar e implementar experiencias en el manejo integral del fuego, fomentando el desarrollo de políticas, instrumentos y acciones técnicas, basadas en la prevención de incendios forestales, la promoción de alternativas al uso del fuego en el medio rural y el fortalecimiento de capacidades técnicas, científicas e institucionales.
Tratándose
 de una situación de emergencia como la vivida por los Estados afectados
 por estos incendios y la falta de capacidad (confirmada) de varios de 
ellos para erradicar las llamas, estas dos iniciativas propuestas pueden
 considerarse como un primer (y muy tímido) paso, que deberá 
consolidarse mucho más en el futuro para lograr consensuar un mecanismo 
regional efectivo en materia de lucha contra incendios. 
Con relación a las poblaciones indígenas, se lee que los Estados declaran "12.
 Fortalecer las capacidades y la participación de los pueblos indígenas y
 tribales y de las comunidades locales en el desarrollo sostenible de la
 Amazonía reconociendo su papel fundamental en la conservación de la 
región". 
No se tiene claro si este reconocimiento al "papel 
fundamental en la conservación" de estas comunidades (u otra parte del 
texto) ha inclinado al Palacio del Itamaraty (Brasil) a no difundir 
desde su sitio oficial los resultados de la cita en Leticia, como sí lo 
hicieron los aparatos diplomáticos de Colombia, de Ecuador y de Perú 
desde sus respectivos sitios oficiales. 
Un "pacto"... sin pactos 
Más
 allá de lo que puede llevar a un Estado a no difundir oficialmente 
algunas cosas a las que participan sus máximas autoridades, se 
recomienda la lectura completa del texto de manera a hacerse una idea 
sobre su alcance real. 
Es de recalcar uno de los considerandos 
del texto, en el que se afirma que los problemas de la deforestación se 
deben principalmente al cambio climático. Se lee en efecto que los siete
 Estados,
"expresando su preocupación frente a la deforestación y degradación forestal que se presenta por diferentes causas en cada uno de los países, teniendo en cuenta sus respectivos marcos regulatorios, incluyendo las causas de deforestación que, según la evidencia necesaria, pudiesen estar asociadas al cambio climático y sus factores estructurales" (sic).
Se
 trata de una interesante aseveración que seguramente sorprenderá a 
muchos e interesará a científicos y especialistas en materia de 
deforestación, al evitar (convenientemente) mencionar los principales 
factores (humanos), responsables directos de la deforestación: la 
inversión de la relación causa/efecto constituye una maniobra semántica 
bastante hábil y merece (como mínimo) una mención, aún modesta. 
En realidad, más que asumir obligaciones y compromisos, tal como lo 
sugiere la misma palabra "Pacto", el texto se limita a un recordatorio 
de obligaciones internacionales ya adquiridas en el pasado por estos 
mismos Estados en materia de cooperación (y pocamente implementadas en 
el caso de varias de ellas).
Lejos de constituirse en una 
herramienta eficaz de estos Estados amazónicos ante la crisis actual 
provocada por incendios desde finales de julio del 2019, pareciera que 
este "Pacto" intenta ante todo responder a la presión internacional 
originada por la actitud (algo peculiar) del Jefe de Estado brasileño: a
 propósito de este último Estado, nótese en los considerandos y en la 
parte final del denominado "Pacto", la reiterada referencia al respeto a
 la soberanía de los Estados amazónicos sobre sus recursos naturales. 
Poblaciones indígenas y defensores del ambiente en la Amazonia, una situación de indefensión 
También vale la pena señalar, con relación a las poblaciones indígenas,
 que los siete Estados suscriptores del texto en Leticia han ratificado 
el Convenio sobre Pueblos Indígenas y Tribales,más conocido como 
Convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), el cual
 reza, en su artículo 4 que:
"Artículo 4 1. Deberán adoptarse las medidas especiales que se precisen para salvaguardar las personas, las instituciones, los bienes, el trabajo, las culturas y el medio ambiente de los pueblos interesados. 2. Tales medidas especiales no deberán ser contrarias a los deseos expresados libremente por los pueblos interesados." (véase texto en español del Convenio 169)
Por
 alguna razón, ni en los considerandos, ni en la parte dispositiva del 
denominado "Pacto" de Leticia se encuentra referencia alguna a este 
instrumento de carácter vinculante adoptado en 1989. 
Cabe 
mencionar que tres días antes de la cita en Leticia, la Comisión 
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y su Relatoría Especial sobre 
Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (REDESCA) 
expresaron su honda preocupación por la situación de las poblaciones 
indígenas amazónicas, en particular en el territorio brasileño: véase el
 comunicado oficial
 de la CIDH emitido el 3 de setiembre, muy pocamente difundido en medios
 de prensa internacionales y cuya lectura integral se recomienda. 
Por otra parte, este 17 de setiembre, la ONG Human Rights Watch dió a 
conocer su informe titulado "Rainforest Mafias. How Violence and 
Impunity Fuel Deforestation in Brazil’s Amazon" (véase texto completo así como comunicado de prensa
 de HRW), en el que detalla la impunidad campante que se ha instalado en
 Brasil con relación al asesinato selectivo de líderes ecologistas e 
indígenas que defienden la Amazonia en los últimos años. En una parte de
 este informe se precisa que:
"Of the more than 300 killings that the Pastoral Land Commission has registered since 2009, only 14 ultimately went to trial. Of the 28 killings documented in this report, only two did. And of the more than 40 cases of attacks or threats, none went to trial — and criminal charges have, to date, been filed in only one case".
La
 impunidad que se instala y el blindaje institucional que se construye 
para impedir investigaciones con relación al asesinato de algunos 
líderes sociales no es una situación propia de Brasil: tuvimos la 
oportunidad de analizarla en el caso de la muerte de Berta Cáceres en 
Honduras. Remitimos a nuestros estimables lectores a nuestra breve nota
 publicada en noviembre del 2017 y titulada "Asesinato de Berta Cáceres:
 contundentes conclusiones del informe del GAIPE", en la que 
recordábamos que:
"En América Latina, sólo en el año 2016, se contabilizaron 14 crímenes de líderes comunitarios en Honduras, 37 en Colombia y 49 en Brasil, según esta misma organización".
Ayuda internacional y soberanía, obligaciones internacionales y responsabilidad: ¿a qué juega Brasil? 
Como bien se sabe, el Jefe de Estado brasileño se ha mostrado 
particularmente sensible sobre el tema de la soberanía de Brasil en la 
Amazonia, dejando convenientemente por fuera en su discurso las 
obligaciones internacionales que Brasil ha asumido en materia de 
protección y de preservación así como en materia de derechos humanos. 
Por ejemplo, al revisar cuidadosamente la lista de sitios de Brasil 
inscritos por la UNESCO, a solicitud de Brasil (véase listado oficial),
 se puede verificar que más de 6 millones de hectáreas de la Amazonia 
brasileña aparecen desde el año 2000 bajo la denominación del "Complejo 
de conservación de la Amazonia Central" (véase ficha técnica),
 superficie que fue aumentada en el 2003: las declaraciones de sitios 
como "Patrimonio Común de la Humanidad" y de reservas como "Patrimonio 
Natural Mundial" conllevan para el Estado solicitante una serie de 
obligaciones internacionales. 
Cabe precisar que, pese a la 
posición un tanto airada del Presidente de Brasil, la ayuda 
internacional para combatir el avance de los fuegos no afecta la 
soberanía de ningún Estado. Bolivia, por ejemplo, ha tenido algunas 
limitaciones para frenar el avance de los incendios, pese a contratar 
los servicios de un "supertanker" para este fín (véase nota
 de la BBC del 23/08/2019): a diferencia de Brasil, Bolivia aceptó por 
parte de Francia el envío de un destacamente de bomberos galos que 
llegaron a Santa Cruz pocas horas después de la reunión celebrada en 
Leticia (véase nota de prensa de RFI). Bélgica de igual manera ha anunciado el envío de material a Bolivia (véase comunicado de prensa oficial
 del 9/9/2019). Chile, Estado que cuenta con la mayor experiencia en la 
lucha contra incendios forestales en el hemisferio americano 
(conjuntamente con Canadá y Estados Unidos) ha puesto a disposición 4 
aviones AT802 para ayudar a los Estados afectados (véase nota de prensa
 de Tele13 del 28/08/2019). Paraguay, que enfrenta también un gran 
número de incendios forestales en la región del Chaco, ha podido contar 
con la ayuda de aviones provenientes de Argentina, Chile y Brasil para 
frenar el fuego (véase nota de prensa). 
Referirse a cuestiones de soberanía en medio de una emergencia regional
 debido al fuego no facilita la contención de las llamas. Estas últimas 
siguen implacablemente avanzando en varias partes de la Amazonia desde 
finales de julio del 2019. 
Este 20 de septiembre, Brasil 
anunció que prorroga por 30 días más la presencia de sus militares en 
labores de apoyo contra los incendios (véasecable
 de la agencia de prensa Xinhua): como se recordará, la decisión de 
ordenar a las fuerzas militares brasileñas apoyar en tareas contra el 
fuego se adoptó tan solo el 24 de agosto del 2019, en gran parte debido a
 la presión internacional. 
La voracidad del fuego debió de 
llevar los estos Estados amazónicos a encontrar y afinar mecanismos 
regionales eficientes para canalizar, optimizar y coordinar los (pocos) 
recursos puestos a su disposición por parte de la comunidad 
internacional para luchar contra estos incendios. El hecho que dos 
Estados amazónicos (Francia y Venezuela) no fueran invitados a 
participar a esta reunión constituye en sí una primera limitante de este
 esfuerzo conjunto (y que tal vez se pueda superar en el futuro). 
En una reciente artículo de opinión publicado en Colombia el pasado 15 
de setiembre, firmado por el ex titular del Ministerio de Ambiente de 
Colombia, se lee que:
"Se requiere mucho más que unos pañitos de agua tibia, como es el Pacto de Leticia. ¿Estarán los líderes políticos y empresariales de los países amazónicos listos para renunciar a una parte de sus proyectos mineros, petroleros, hidroeléctricos, viales, de apertura de la frontera agrícola, etc., que son las principales causas de la destrucción de la selva? No nos engañemos: si no lo hacen, la suerte de la Amazonia está echada" (véase artículo publicado en El Tiempo y titulado "Pacto de Leticia: pañitos de agua tibia").
A modo de conclusión 
Como
 se puede observar, la finalidad de esta reunión no pareceria ser la 
lucha eficiente contra los incendios de la Amazonia, sino responder a la
 creciente presión internacional mediante una maniobra mediática y 
diplomática.
De cara a los efectos del cambio climático que ya 
se hacen sentir (y se harán sentir con mayor fuerza), era necesario 
buscar la forma de dotar a los Estados en los territorios de los cuales 
se ubica la Amazonia de un mecanismo regional de respuesta a incendios 
de manera permanente. La reunión en Leticia debió de ser el primer paso 
en esta dirección precisa.
La tragedia que se vive en la 
Amazonia debería a su vez inspirar a otros Estados, en otras latitudes, 
en aras de dotarse de mecanismos conjuntos eficaces de lucha contra los 
incendios forestales, en particular cuando compartan extensos bosques o 
parques nacionales en sus zonas fronterizas. 
Este texto 
fue elaborado por Nicolas Boeglin, Profesor de Derecho Internacional 
Público en la Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica - UCR 
Blog del autor: http://derechointernacionalcr.blogspot.com/
Texto integral del "Pacto de Leticia por la Amazonia"
El texto de la declaración conjunta, denominada por sus siete Estados suscriptores "Pacto de Leticia por la Amazonia" (véase versión oficial colgada en el sitio de la Presidencia de Colombia) se lee de la siguiente manera:
"Los Jefes de Estado y Jefes de Delegación del Estado Plurinacional de Bolivia, la República Federativa del Brasil, la República de Colombia, la República del Ecuador, la República de Guyana, la República del Perú y República de Surinam reunidos en Leticia, Colombia, el 6 de septiembre de 2019:Reafirmando los derechos soberanos de los países de la región Amazónica sobre sus territorios y sus recursos naturales, incluyendo el desarrollo y el uso sostenible de esos recursos, conforme es reconocido por el derecho internacional;Conscientes del valor de la Amazonía para la conservación y uso sostenible de la biodiversidad, así como, de sus bosques húmedos tropicales, fuente del 20% del agua dulce del planeta y regulador del clima, que provee servicios ecosistémicos esenciales para el desarrollo sostenible de las poblaciones amazónicas;Teniendo en cuenta que en la Amazonía habitan más de 34 millones de personas, incluyendo pueblos indígenas y tribales y pueblos en condición de aislamiento voluntario y contacto inicial (PIACI) poseedores de saberes ancestrales, conocimientos tradicionales y diversidad cultural y lingüística, que deben protegidos;Reafirmando todos los principios de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, teniendo en cuenta la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, incluyendo el principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas y las capacidades respectivas, a la luz de las diferentes circunstancias nacionales, la Convención sobre Diversidad Biológica, la Convención de Lucha contra la Desertificación y Degradación del Suelo, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres; el Convenio de Minamata sobre el Mercurio; así como los tratados regionales, como los principios y propósitos del Tratado de Cooperación Amazónica y otros acuerdos internacionales relevantes para el desarrollo sostenible de la Amazonía y ecosistemas mundiales;Conscientes de la importancia de la implementación y generación de sinergias entre la Agenda 2030 y sus Objetivos para el Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París y el proceso de construcción de un marco global para la biodiversidad posterior a 2020;Reafirmando que para la conservación y el desarrollo sostenible de la Amazonía se requieren los esfuerzos de los países amazónicos, y expresando su preocupación frente a la deforestación y degradación forestal que se presenta por diferentes causas en cada uno de los países, teniendo en cuenta sus respectivos marcos regulatorios, incluyendo las causas de deforestación que, según la evidencia necesaria, pudiesen estar asociadas al cambio climático y sus factores estructurales, y manifestando su compromiso de incrementar los esfuerzos nacionales y regionales para afrontar esta problemática de manera integral y urgente;Reafirmando que la cooperación entre los países amazónicos es una condición importante para la conservación de la Amazonía, que genere oportunidades para el desarrollo sostenible y el bienestar de su población;Considerando que, si bien existen mecanismos y programas financieros establecidos, incluyendo la banca multilateral, que complementan los esfuerzos de los países amazónicos y que contribuyen a la solución de estos desafíos, se requiere incrementar la provisión y movilización de recursos financieros para el cumplimiento de los compromisos asumidos en el marco de estos mecanismos para la consecución de este objetivo;Alentando a la comunidad internacional a cooperar por la conservación y el desarrollo sostenible de la Amazonía, sobre la base del respeto a sus respectivas soberanías, prioridades e intereses nacionales, decidimos suscribir el presente:PACTO DE LETICIA POR LA AMAZONÍA1. Fortalecer la acción coordinada para la valoración de los bosques y la biodiversidad, así como para luchar contra la deforestación y degradación forestal, con base en las políticas nacionales y sus respectivos marcos regulatorios.2. Establecer mecanismos de cooperación regional y de intercambio de información que permitan combatir las actividades ilegales que atentan contra la conservación de la Amazonía.3. Crear la Red Amazónica de Cooperación ante desastres naturales entre los Centros de Operaciones de Emergencias para coordinar y articular los sistemas nacionales de prevención y atención de desastres con el objeto de atender de manera efectiva las emergencias de impacto regional, como incendios forestales de gran escala.4. Intercambiar e implementar experiencias en el manejo integral del fuego, fomentando el desarrollo de políticas, instrumentos y acciones técnicas, basadas en la prevención de incendios forestales, la promoción de alternativas al uso del fuego en el medio rural y el fortalecimiento de capacidades técnicas, científicas e institucionales.5. Concretar iniciativas de restauración, rehabilitación y reforestación acelerada en las zonas degradadas por incendios forestales y actividades ilegales incluyendo la extracción ilegal de minerales con miras a la mitigación del impacto, y recuperación de especies y funcionalidad de ecosistemas.6. Incrementar los esfuerzos asociados al monitoreo de la cobertura boscosa y demás ecosistemas estratégicos de la región con el fin de contar con informes periódicos, en particular, en lo que respecta a la generación de un sistema de alertas tempranas por deforestación y degradación para actuar con un enfoque preventivo.7. Intercambiar información para mejorar las capacidades de monitoreo del clima, la biodiversidad, los recursos hídricos e hidrobiológicos de la región bajo un enfoque de cuenca hidrográfica y basado en comunidades.8. Promover iniciativas de conectividad de ecosistemas prioritarios y figuras de protección para la conservación de la biodiversidad por medio del uso sostenible, restauración y gestión de paisajes, respetándose las soberanías nacionales.9. Intercambiar e implementar experiencias en el manejo integrado de los sistemas de áreas protegidas de los países amazónicos en los niveles regional, nacional y subnacional para su gestión efectiva y en beneficio de las poblaciones locales, a través de la promoción del desarrollo de programas y/o proyectos de conservación y uso sostenible.10. Fortalecer los mecanismos que apoyen y promocionen el uso sostenible del bosque, los sistemas productivos sostenibles, los patrones de producción y consumo responsable y que promuevan las cadenas de valor y otros enfoques de producción sustentable, incluyendo las basadas en biodiversidad.11. Impulsar acciones conjuntas orientadas al empoderamiento de las mujeres que habitan la región amazónica para fortalecer su participación activa en la conservación y desarrollo sostenible de la Amazonía.12. Fortalecer las capacidades y la participación de los pueblos indígenas y tribales y de las comunidades locales en el desarrollo sostenible de la Amazonía reconociendo su papel fundamental en la conservación de la región.13. Fomentar procesos de investigación, desarrollo tecnológico, transferencia de tecnología y gestión del conocimiento con el propósito de orientar la adecuada toma de decisiones e impulsar el desarrollo de emprendimientos ambientales, sociales y económicos sostenibles.14. Desarrollar y articular entre los países amazónicos actividades de educación y creación de conciencia sobre el rol y función de la Amazonía, los principales retos y amenazas que enfrenta para su conservación y uso sostenible de los bosques y la protección de los conocimientos tradicionales de las comunidades que la habitan; así como sobre los escenarios de riesgo de desastres para el fortalecimiento de la resiliencia de las poblaciones amazónicas.15. Trabajar conjuntamente para fortalecer los programas y mecanismos financieros, reivindicar los compromisos de los países asumidos en estos espacios, movilizar recursos públicos y privados, incluyendo la Banca Multilateral, según corresponda, para la implementación de este Pacto.16. Avanzar rápidamente en la formulación de la segunda fase del Programa Paisajes Sostenibles de la Amazonía ante el Fondo para el Medio Ambiente Mundial.DECLARAMOS:Nuestra voluntad de acoger el presente Pacto de Leticia por la Amazonia.Nuestro compromiso de coordinar, a través de las Cancillerías y las autoridades competentes, la formulación de un plan de acción para el desarrollo de las acciones adoptadas, así como de realizar reuniones de seguimiento para evaluar el avance en la formulación e implementación de dicho plan.Nuestra intención de cooperar y nuestro llamado a otros Estados interesados, a la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) y demás organizaciones regionales e internacionales a cooperar para la consecución de las acciones aquí acordadas construyendo en armonía con los esfuerzos nacionales y en atención a las solicitudes de los países amazónicos signatarios de este Pacto y con pleno respeto a su soberanía."
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
 
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