Argentina. Brasil y Paraguay, fraguas transformadoras
“Cuando los pueblos agotan su paciencia, hacen tronar el escarmiento”. 
J.D. Perón.
“La injusticia en cualquier parte es una amenaza a la justicia en cualquier parte”.
Martin Luther King
En especial los países de América del sur Argentina, 
Brasil y Paraguay atraviesan procesos de enormes y crecientes conflictos
 sociales, derivados, prima facie, de la aplicación de políticas públicas de corte neoliberales, que potencian las contradicciones socio-económicas existentes. 
 La desigualdad social es un dato indiciario en estas naciones que 
otrora, en el siglo XIX, se enfrentaron en una guerra de exterminio 
contra el Paraguay, del cual éste nunca recuperó aquel nivel de 
desarrollo industrial y promoción humana. 
 Precisamente, aquel 
conflicto, que adquirió caracteres de genocidio por la brutalidad 
empeñada sobre la población civil, sobre mujeres, ancianos y niños 
paraguayos desplegada por el ejército brasileño, hoy exacerbados por la 
firma secreta de un acta sobre condiciones muy favorables para Brasil 
sobre el manejo de la hidroeléctrica de Itaipú, el pueblo expresa su 
irritación en las calles de Asunción tras la explosión que provocó 
conocer esa vil actitud, pidiendo juicio político al mandatario y su 
vicepresidente. 
 Pero, a la vez, grandes masas del Brasil 
comparten este malestar porque su presidente Bolsonaro estimula dudas 
sobre su rol en el gran negociado. El proceso privatizador y otras 
medidas antipopular enervan los malhumores contenidos, hasta ahora. 
 En Argentina, la fulminante derrota electoral de las primarias del 
presidente Mauricio Macri y su posterior reacción nerviosa no han hecho 
más que adelantar conflictos incubados. 
 Sin dudas, Argentina, 
Brasil y Paraguay encabezan un proceso de insatisfacción social que 
fraguan, contradictoriamente, ansias transformadoras de sus pueblos 
exhaustos de tanta mentira y corrupción política. Todo parece que pronto
 los pueblos pondrán límites al neoliberalismo. 
 Ahora, ¿estos conflictos sociales son reacciones de una violencia socio-económica desde los Estados? 
 Una interesante indagación sobre la temática nos aporta el Consejo 
Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) con el material “Violencia
 política y conflictos sociales en América Latina” de los autores César 
Barreira. Roberto González Arana y Luis Fernando Trejos Rosero. http://
 Nos adelanta la sinopsis del libro que “La
 violencia socioeconómica como categoría de estudio en las ciencias 
sociales y humanas, ha venido adquiriendo creciente relevancia en 
América Latina. Los problemas y variables metodológicas asociadas a su 
investigación han sido abordados con mayor profundidad desde la 
sociología, el Derecho, la Ciencia política y la Psicología Social. Es 
por esto, que esta publicación se propone abordar la violencia 
socio-económica como una categoría de análisis e investigación 
interdisciplinaria, posibilitando la reflexión académica en torno a las 
dinámicas de construcción del poder, la institucionalidad y los 
movimientos sociales en América Latina”. 
 Es ya un tema 
acordado por los especialistas que son los Estados, como ficción 
jurídica, quienes ejercen primariamente y de diversas formas la 
violencia socio-económica, fundamentalmente por intermedio de sus 
políticas públicas hacia la población. 
 En el campo del 
cooperativismo también son muy conocidos los tipos de relación que 
establecen los gobiernos ante el noble accionar cooperativo. Ellos son: 
De indiferencia, de agresividad y de consenso. Aunque no aparecen en 
forma pura estas actitudes, en más de las veces se expresan solapada e 
intermitentemente. 
 Nosotros abordamos el ansia de los pueblos de
 un buen vivir como categoría de análisis e investigación para entender 
sus profundos y justos derechos humanos. El cooperativismo surgió, 
precisamente, de una reflexión que realizaran los Pioneros de Rochdale 
ante la agresión que provocó la Revolución industrial. Proceso que se 
repite en cualquier parte del mundo: Las cooperativas son organizaciones
 de refugios y anhelos de mejor vivir. 
 Otra categoría de 
análisis e investigación constituye el deseo transformador de los 
pueblos, esa presencia en las mentes y corazones del hombre y mujer de 
la inconmensurable convicción de que otro mundo mejor es posible. El 
cooperativismo transformador lo proclama a viva voz. 
 ¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo! 
 
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