Biarritz. La cumbre del Grupo de los 7 (G7), que comienza
 hoy en este balneario del suroeste francés, se pronostica convulsa: con
 dirigentes situados en las contradicciones sobre los desafíos mundiales
 y un enorme despliegue policial para contener a los manifestantes 
opositores a la reunión.
La policía detuvo a 17 personas la noche de ayer en la comunidad de 
Urrugne, cerca de Biarritz, durante los primeros enfrentamientos entre 
militantes altermundialistas y las fuerzas de seguridad, reportaron 
autoridades locales.
Al menos cuatro agentes resultaron levemente heridos por un cohete 
lanzado por los opositores al G7, pero la calma regresó las 22 horas 
locales, indicó la prefectura en un comunicado.
Horas antes, entre 100 y 200 personas intentaron acceder a una 
rotonda que permite llegar a la autopista A63, que conecta Biarritz con 
la frontera española, pero la policía les impidió el paso. Los agentes 
fueron atacados con proyectiles, pero repelieron la agreesión con balas 
de goma.
El factor Trump
Los manifestantes levantaron barricadas para obstaculizar
 el acceso de las fuerzas de seguridad al campamento donde militantes 
anticapitalistas y ecologistas celebran una cumbre alternativa al G7.
El presidente Emmanuel Macron es el anfitrión este año de la 
tradicional recepción de las siete potencias internacionales, que 
iniciará con la cena de apertura de hoy y finalizará con una rueda de 
prensa la tarde del lunes próximo.
Desde las crisis con Irán al comercio, pasando por el Brexit,
 serán algunos de los temas que discutirán. Pero las tensiones se 
multiplican con el imprevisible comportamiento del presidente 
estadunidense, Donald Trump, la provocaciones del nuevo primer ministro 
británico, Boris Johnson, y una difícil alineación entre los otros cinco
 miembros: Francia, Alemania, Japón, Italia y Canadá.
Después de 40 años, los miembros del G7 están enfrentados por un 
multilateralismo debilitado, la emergencia de nuevas potencias, como 
China, o un nacionalismo en auge en las democracias occidentales.
El canciller de Irán, Mohammad Javad Zarif, declaró en entrevista con
 la agencia Afp que las propuestas de Macron para desbloquear la crisis 
sobre el programa nuclear de Teherán van en la buena dirección, si bien 
hay que seguir trabajando.
Tras reunirse con el mandatario francés en París, Zarif añadió: 
hemos discutido posibilidades. Ahora él va a discutir con los socios europeos para ver hacia dónde podemos ir.
Afp
Periódico La Jornada
 
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