M.H.: Queríamos 
consultarte por el Acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, que 
implicaría un comercio bilateral entre las dos regiones de más de 90.000
 millones de dólares anuales y abarcaría a 800 millones de personas.
 E.L.:
 Potencialmente a 800 millones de personas, pero a cuánto puede ascender
 el intercambio está por verse. Lo cierto es que después de dos largas 
décadas finalmente se rubricó un Acuerdo de asociación estratégica. Es 
cierto que apareció en un momento en el que nadie lo pensaba, pero se 
viene discutiendo hace rato e inclusive durante 2006 y 2014 el 
kirchnerismo lo discutió ampliamente y buena parte de las ofertas que se
 hicieron ahora se habían aprobado en el 2010. Ha sido una sorpresa pero
 estaba en el aire dando vueltas. 
 Lo que hay que tener en 
cuenta es que no ha sido firmado sino rubricado por los negociadores, es
 decir, hay todo un protocolo de más o menos 8 pasos, empieza cuando se 
decide negociar, luego vienen las negociaciones en sí, que es lo que 
culminó ahora con la rúbrica de los negociadores, es decir, los técnicos
 que estuvieron de un lado y el otro finalmente ponen la firma para 
decir que todo está bien. 
 Lo que viene es un período de 
aproximadamente 2 años de revisión, porque hay que ver si los aspectos 
jurídicos del acuerdo son compatibles con las normas jurídicas de cada 
uno de los países involucrados que son nada menos que 32, 28 europeos y 4
 sudamericanos. 28 europeos siempre y cuando el Brexit no haga retirar 
del acuerdo a Gran Bretaña. 
 Después de esto viene un proceso de
 firma de los gobiernos, lo firman los presidentes. Después viene un 
proceso que tienen que firmar los Parlamentos de los 32 países y el 
Parlamento europeo. Se calcula que todo esto terminaría y se podría 
poner en práctica en el 2025. 
 Hay que decir también que hecha 
la ley, hecha la trampa y los países centrales saben muy bien cómo 
hacerla. Porque hay un mecanismo que una vez que fue firmado por los 
gobiernos, el Concejo económico europeo le puede pedir al Concejo 
político de la UE que apruebe este acuerdo en forma provisoria y lo 
ponga en funcionamiento hasta tanto los Parlamentos lo rubriquen. Eso es
 lo que han hecho por ejemplo en el Acuerdo de libre comercio con 
Canadá. Hoy funciona alegremente con la aprobación de solamente 10 
países de Europa cuando son 28. Algo similar hicieron con el acuerdo de 
la UE con Colombia, de la UE con Centroamérica, de la UE con Perú. O 
sea, que si esto es así y se hace lo mismo, en dos años y medio podría 
entrar en vigencia.
 M.H.: Este Acuerdo ha tenido críticas, por ejemplo, de un país 
fundamental de la UE como es Francia. ¿Cómo incide eso en la 
ratificación? 
 E.L.: Yo consulté a los compañeros de
 Europa y me respondieron que este es un doble juego que hace Macrón, 
porque está condicionado por los granjeros y ganaderos franceses, que 
son los que principalmente se oponen, los granjeros franceses, los 
húngaros y los polacos. Sobre todo los franceses. Al mismo tiempo el que
 destrabó todo para la firma fue el propio Macrón, que se reunió con 
Bolsonaro y con Macri, el español Sánchez fue el que hizo de 
intermediario y aprobaron el acuerdo. Por eso se rubricó el acuerdo. 
Macrón va a doble agua. Fijate que esto estuvo a punto de firmarse hace 
dos años atrás y se frenó por la posición de Brasil que pedía una cuota 
de carne de 300.000 toneladas y este acuerdo aprobó 90.000. O sea, que 
hay que ver cómo se reparte. Y habría que ver si en esas 90.000 
toneladas está incluida la cuota Hilton. Eso no lo sé. Pero es mucho 
menos de lo que pedía el Mercosur. Habría que ver si con una exportación
 de 90.000 toneladas de carne, que no toda va a Francia, sino que va a 
otros países europeos también, deja tranquilos a los agricultores y 
ganaderos franceses. 
 Lo que imponen es que por el tipo de 
cultivo y de alimentación no se sostienen las condiciones 
medioambientales que protegen efectivamente en Europa. Una gran parte de
 los gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento global 
son producidos por el excremento de las vacas que tiene una proporción 
de este tipo de gases muy elevada. Habría que ver si están objetando el 
tipo de alimentación, también habría que ver si están objetando en otros
 productos del campo que podríamos exportar nosotros, que no sea la 
soja, si eso tiene que ver con que acá se usan muchos fertilizantes 
químicos que ellos han descartado. 
 M.H.: Falta la letra chica ¿no?
 E.L.: Sí. 
Pero el avance es muy fuerte. Yo no creo que haya que confiarse en eso 
que dicen algunos, que este es un proto acuerdo, y que va a tardar. El 
Mercosur está estancado hace años, cuando iniciaron Alfonsín y Sarney la
 idea era hacer un bloque político y luego comercial, Menem y Collor de 
Mello lo convirtieron apenas en una unión aduanera. De esa unión 
aduanera el 90/95% se beneficiaron solo las automotrices que tanto aquí 
como allá son todas multinacionales. Si no fuera por el Mercosur la 
industria automotriz de Argentina y de Brasil casi no existiría porque 
tienen una protección del 35%. Ahora van a tener entre 10 y 15 años para
 hacerse más competitivos, pero es una industria que va a sufrir mucho, 
la industria automotriz de nuestro bloque. Ya se estaba por reconvertir 
antes, por ejemplo, en Argentina ya casi no se hacen más autos, se hacen
 pick ups para el trabajo en el campo, los autos vienen todos de Brasil.
 Están produciendo muchos cambios. No en vano el primero que pegó el 
grito fue el secretario general del SMATA, porque se ve venir cambios en
 las condiciones laborales, más profundas de las que ya hicieron ellos 
en los acuerdos empresa por empresa, porque la productividad nuestra 
comparada con los países europeos es muy baja.
 M.H.: De lo que se conoce del acuerdo ¿cuál es tu opinión?
 E.L.:
 Este es un acuerdo que va a primarizar más la economía de nuestros 
países y va a reducir nuestra industria a una expresión muy pequeña de 
algunos nichos que puedan insertarse en el mercado mundial. Porque la 
verdad es que nuestra industria no es competitiva, incluso desde su 
nacimiento, la industria argentina principalmente vive de los fondos 
provenientes de la renta agraria mediada a través del Estado. Esto es 
así desde que se creó el IAPI. Todo el impulso se dio a través de eso y 
en los ´60 era el dinero que venía por esa vía el que impulsaba grandes 
proyectos industriales. 
 Hay que decir que en los doce años del 
kirchnerismo se recuperó la industria pero era todo lo que había cerrado
 en el período anterior, no hubo ningún gran proyecto industrial. Es una
 industria, excepto algunos lugares, bastante obsoleta tecnológicamente 
donde no hay grandes inversiones. Salvo en algunos lugares como la 
industria química. Las fábricas automotrices, que ya no son fábricas, 
son simplemente armadurías están equipadas para eso. Lo mismo pasa con 
la industria metalúrgica electrónica de Tierra del Fuego. Es una 
armaduría, está equipada fuertemente para competir en términos de 
calidad del trabajo con otros lugares del mundo en el que hacen el mismo
 trabajo. Sin embargo, no es competitiva, acá si sacan los aranceles 
nadie va a comprar un teléfono local, van a traer todo importado.
 M.H.: Envalentonado por este acuerdo, el canciller Faurie anunció
 la intención del gobierno en avanzar en un Tratado de libre comercio 
con los EE UU. ¿Qué información tenés al respecto?
 E.L.:
 Esa. La explicación que me doy es que el gobierno Macri cabalga a dos 
aguas porque los acuerdos políticos son con EE UU y los acuerdos 
económicos son con China y ahora con la UE. Y van a avanzar con Brasil, 
según dicen, con un acuerdo económico. Es muy diferente porque las 
economías de Argentina y de EE UU no son complementarias, son 
competitivas, las dos hacen lo mismo. En EE UU no hay muchos proyectos 
industriales, hay soja, granos, ese tipo de cosas igual que acá. 
Entonces va a ser un Tratado de libre comercio que sí va a permitir que 
vengan también grandes industrias constructoras norteamericanas, junto 
con las europeas, porque se les va a abrir por esos acuerdos el mercado 
de las grandes obras públicas, las contrataciones del Estado a nivel 
nacional, provincial y municipal. Eso generalmente acá lo proveen las 
empresas medianas. O sea que eso sí va a ser un problema muy serio.
 Si hay balotaje hay que votar contra Macri
 M.H.: Junto con tu compañero de Economistas de Izquierda, Claudio
 Katz, publicaron un pronunciamiento la semana pasada respecto de la 
política electoral que debería adoptar el FIT. Me gustaría que 
compartieras esa reflexión con nuestros oyentes.  
 E.L.:
 Nosotros partimos de una idea, que la continuación de cuatro años de 
gobierno Macri no es solo una continuidad de política de ajuste, que esa
 mal o bien podría venir con otro gobierno, sino que es la línea de 
restructuración completa de la economía argentina y de la sociedad en 
función de las tendencias mundiales, una restructuración que impondría 
una relación de fuerzas duradera absolutamente favorable al capital y en
 detrimento de los trabajadores y los sectores populares y además un 
nuevo triunfo de Macri sería un reforzamiento de las tendencias 
regresivas que ya hay en la región. 
 Para nosotros no da lo 
mismo quién gane en estas elecciones, en ese sentido llamamos a apoyar 
al FIT, que afortunadamente logró ampliar el campo con la unidad con el 
MST lo cual saludo alborozado porque tanto Claudio como yo venimos hace 
años insistiendo con esa unidad; y fortalecer una bancada de diputados 
de la izquierda para que dé pelea en el Parlamento. En base de que si 
uno mira los últimos años, los diputados de izquierda son los únicos 
consecuentes en la pelea no solo en el Parlamento, en las puertas de las
 fábricas, en las calles, algo que uno no puede ver en otras bancadas, 
por eso hay muchas razones para apoyar a la izquierda. 
 Pero 
sobre todo nosotros planteamos que si hay balotaje hay que votar contra 
Macri, no hay espacio para una posición neutral o independiente, no hay 
posibilidad de neutralidad ante lo que puede venir con un próximo 
gobierno. No es que nosotros pensemos que un triunfo de 
Fernández-Fernández va a resolver la crisis argentina, en absoluto. Pero
 un triunfo de Macri va a profundizar la tendencia regresiva, 
restructuradora y la implantación de una nueva relación de fuerzas. De 
eso no tenemos dudas.
 M.H.: Para clarificar. Yo este tema lo conversé con Claudio 
aproximadamente hace un mes, y cuando charlamos sobre esto yo hablé de 
la fórmula PSOL, en el sentido de la actitud adoptada por el PSOL 
brasilero previo a las elecciones, llamando a votar en una primera 
vuelta a sus candidatos pero anticipando el voto al candidato del PT en 
segunda vuelta. ¿Esto es lo que ustedes están proponiendo?
 E.L.:
 Nosotros en esa declaración no lo decimos. Si me pedís mi opinión 
personal te digo que sí, que sería muy productivo para la Izquierda 
decir antes de las PASO o antes de la primera vuelta qué harían en caso 
de un balotaje. Porque eso por un lado permitiría un diálogo distinto 
con las bases obreras y sindicales que son kirchneristas y peronistas en
 general, pero además, incluso haciendo una especulación puramente 
electoral, favorecería al corte de boleta. 
 Mucha gente que a lo
 mejor va a votar en primera vuelta a la fórmula F-F, frente a un 
posicionamiento de ese tipo tal vez cortaría boleta y a diputados 
votaría a la izquierda, que es donde la izquierda puede avanzar. 
 Aunque la polarización es muy fuerte, yo no sé cómo le va a ir a la 
izquierda en estas elecciones. Ya por los datos que dan, que no sé si 
son ciertas esas encuestas, pero allí se refleja una polarización del 
orden del 80% ahora en las PASO. Si uno se guía por patrones normales 
uno tiende a pensar que un gobierno con la crisis económica que tiene no
 puede tener una intención de voto como la que reflejan las encuestas. 
Pero las encuestas dicen que la tienen. Así que sinceramente no sé de 
dónde sale eso.
 M.H.: Yo desde hace un tiempo tengo esa postura, hay que adoptar 
la posición del PSOL en Brasil, decir antes qué es lo que se va a hacer y
 creo que eso al PSOL le dio resultados muy positivos porque logró el 
ingreso de una serie de diputados a nivel nacional y federal que de otra
 manera hubiera sido muy difícil dada esta situación que señalás de 
polarización.
 E.L.: En esta línea que mencionás, que
 nosotros llamamos a votar contra Macri en un posible balotaje, 
justamente el acuerdo UE-Mercosur viene a empujar desde afuera para esa 
restructuración, porque las industrias si quieren sobrevivir tienen que 
restructurarse totalmente. Y como dijo Grobocopatel, algunos van a 
desaparecer y algunos van a crecer. El problema no es que desaparezcan 
los capitalistas sino que eso va a traer desocupación, empeoramiento de 
las condiciones laborales y de los ingresos salariales, porque la forma 
de mejorar la competitividad es que haya inversiones en tecnología, etc.
 pero, por otro lado, equiparar las condiciones de concurrencia, mejorar
 los niveles de competencia bajando los niveles salariales y las 
condiciones de trabajo. Las condiciones de trabajo de los europeos son 
peores que las de acá, hay pocos países que tengan condiciones más 
favorables que la Argentina que todavía es un resabio del viejo 
peronismo que no han logrado destruir del todo. 
 M.H.: Yo 
creo que tenemos que hacer un avance en esta discusión, es muy 
importante, que aunque no ha tomado un estado público muchos militantes 
de la izquierda se están planteando en la intimidad de sus casas. 
 E.L.:
 La idea nuestra cuando aceptamos hacer la entrevista fue esta. Afirmar 
que vale la pena esto para sacar a la luz un debate que es subterráneo. 
Vos tenés un medio para generar un debate.
 M.H.: Sí, pero creo que es importante que quienes pensamos de la 
misma manera tratemos de empujar en este sentido porque te insisto en 
esto, conozco a muchos compañeros que inclusive ante la duda ya estaban 
pensando en votar en primera vuelta a la fórmula Fernández-Fernández y 
teniendo la oportunidad de conversar esta alternativa logré 
convencerlos. 
 E.L.: Hay una cosa cierta, la movida 
de Cristina Fernández, el mandar al frente a Alberto Fernández adelantó 
todo, hoy prácticamente las PASO son una gran encuesta nacional que 
opera como primera vuelta, por eso las dos fracciones, el macrismo y F-F
 están diciendo que ganan en primera vuelta, atrayendo votos. Se ha 
adelantado todo, es muy complicado. 
 No es un buen momento para 
la izquierda a pesar de la crisis profunda del capitalismo. Incluso 
cierta crisis interna en el PO que conforma el FIT ha hecho perder el 
impacto de que se ha ampliado la alianza. Muchas veces en las campañas 
electorales los periodistas presionan preguntando por qué se presentan 
divididos, acá se había logrado una unión importante con el partido más 
grande de izquierda de los que estaban afuera del FIT que es el MST, 
ahora se logró la alianza. Eso se podría haber capitalizado pero otro 
tipo de crisis de un partido también importante termina opacando la 
alianza. Es un problema más.
 

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