Advertencia de la ONU por el cambio climático
Página 12
| Según un organismo de Naciones Unidas, “los patrones actuales de consumo, producción y desigualdad no son sostenibles”. |
Ocho de los últimos diez años fueron los más cálidos de la historia. Imagen: AFP
Naciones Unidas (ONU) dio un alerta claro y contundente: el planeta se
dirige hacia el colapso climático, sanitario y social. Pero también
resaltó la solución (que aún es posible): reducir las emisiones de gases
de efecto invernadero (que provocan el cambio climático), disminuir los
niveles de consumo, proteger el agua y la biodiversidad (entre otras).
Son algunas de las conclusiones que publicó en su informe “Perspectivas
del Medio Ambiente Mundial”. En diversos apartados, la ONU alerta que,
de no producirse cambios drásticos y urgentes, habrá consecuencias
devastadoras. “Estamos causando el cambio climático y la pérdida de
biodiversidad. No habrá mañana para muchas personas, a menos que nos
detengamos”, afirmó Joyce Msuya, directora ejecutiva de ONU Medio
Ambiente.
La Asamblea de Naciones Unidas para el Medio Ambiente
es el mayor espacio internacional en la temática. Se reunió en marzo
pasado en Kenia y allí se presentó la investigación “Perspectivas del
Medio Ambiente Mundial 6”, una foto del clima: nueve millones de
personas mueren cada año por la contaminación del aire y el agua; desde
1970 desapareció el 40 por ciento de los humedales y se redujo un 60 por
ciento la población mundial de vertebrados.
Desde 1880 la
temperatura mundial aumentó entre 0,8 y 1,2 grados centígrados. Y, en la
última década, se produjeron ocho de los diez años más cálidos de la
historia. Advierte que la temperatura del Ártico aumentará entre 3 y 5
grados centígrados para 2050, situación que “devastará” la región y
elevará el nivel de los océanos en todo el mundo. Las tierras en peligro
de degradación abarcan el 29 por ciento de las tierras del mundo, donde
habitan 3.200 millones de personas.
Uno de los lemas del
informe, de 745 páginas, es “planeta sano, personas sanas”. Precisa que
2300 millones de personas (uno de cada tres habitantes del mundo) no
tienen acceso a servicios de saneamiento adecuados. Cada año mueren 1,4
millones de personas por enfermedades prevenibles (como diarrea)
asociadas al agua potable contaminada.
En las conclusiones la
ONU es concreta: “Las actividades antropógenas (humanas) han degradado
los ecosistemas de la Tierra y socavado los cimientos ecológicos de la
sociedad”. Aclara que es necesario “adoptar medidas urgentes a una
escala sin precedentes para detener y revertir esa situación y proteger
así la salud humana y ambiental”. Algunas de las medidas esenciales son
reducir la degradación de la tierra, la pérdida de biodiversidad y la
contaminación del aire, la tierra y las aguas; mejorar la gestión del
agua, mitigar el cambio climático y reducir la quema de combustibles
fósiles.
El cambio climático es producto del aumento de la
temperatura por la acción humana e implica cambios drásticos en el
ambiente (inundaciones, sequías, derretimiento de glaciares). La causa
principal es la emisión de gases de efecto invernadero, principalmente
el dióxido de carbono (CO2). La quema de combustibles fósiles (gas,
petróleo, carbón) está entre los principales causantes. El informe de la
ONU hace eje en el cambio climático, pero no apunta a los responsables.
Es que las grandes potencias económicas son las principales culpables:
el 76 por ciento de las emisiones provienen de los países del G20,
encabezados por China, Estados Unidos, la Unión Europea, India, Rusia,
Japón y Alemania.
El informe recuerda que el cambio climático
tiene efectos directos y profundos en la economía y la sociedad, “pone
en peligro los medios de subsistencia, agudiza la pobreza, la migración y
afecta particularmente a las poblaciones en situación de
vulnerabilidad”.
Una crítica por izquierda que suele hacerse a
los ámbitos diplomáticos de ONU es que no hace hincapié en las causas
económicas del desastre ambiental. En el informe da un paso: “Los
patrones actuales de consumo, producción y desigualdad no son
sostenibles”. En diversos apartados menciona los niveles de consumo,
sobre todo de países desarrollados. Naomi Klein, autora de Esto lo
cambia todo, lo resume de otro modo: “El problema no es el cambio
climático, sino el capitalismo”.
Un argumento usual de las
empresas del agronegocio (de transgénicos y agrotóxicos) es que son
necesarios más alimentos para la creciente población. La Vía Campesina
(movimiento internacional de pequeños productores e indígenas) lo refuta
hace décadas: el problema no es la falta de alimentos, sino su injusta
distribución. Naciones Unidas aporta un elemento en ese sentido: el 33
por ciento de los alimentos del mundo se pierden o se desperdician. Y el
56 por ciento de esas pérdidas suceden en los países desarrollados.
Esa misma semana la ONU presentó el informe “Panorama de los recursos
globales”. Sin mencionarlo, apunta al rol del extractivismo. “El rápido
aumento de la extracción de materiales es el principal culpable del
cambio climático y la pérdida de biodiversidad, un problema que solo
empeorará a menos que el mundo emprenda urgentemente una reforma
sistémica del uso de recursos”. Precisa que la extracción de recursos
naturales se triplicó desde 1970 hasta la actualidad y el uso de
combustibles fósiles aumentó 45 por ciento. Advierte que, de mantener el
mismo camino, para 2060 las emisiones de gases de efecto invernadero
podrían aumentar 43 por ciento. “Francamente, no habrá mañana para
muchas personas a menos que nos detengamos”, alertó Joyce Msuya,
directora ejecutiva de ONU Medio Ambiente.
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