Plan Cóndor II
Sputnik
Los cambios 
políticos en América Latina y el Caribe estos últimos años, se han visto
 reflejados en un serio debilitamiento de los organismos multilaterales 
regionales. Se reflotó la nefasta y retrógrada OEA, que, como 
simbolismo, es un grave antecedente contra la soberanía regional y 
posiblemente ahora asistimos al surgimiento del Plan Cóndor II.
La
 creación del 'Foro para el progreso de América del Sur', Prosur, el 
pasado 22 de febrero, no parece ser una improvisación y, entre más repite el presidente chileno Sebastián Piñeira que "no es un foro ideológico" menos creíble se hace.
Lo
 que debe preocupar y ocupar a América Latina y el Caribe es la 
discusión a puertas cerradas que sostuvieron esos presidentes de Prosur.
 Si no hubiese planes oscuros de por medio, la reunión realizada en 
Santiago de Chile habría sido transmitida por los medios de 
comunicación.
Preocupa más aún cuando el presidente de Brasil Jair Bolsonaro acaba de visitar Estados Unidos donde además de reunirse con su homólogo, realizó una sonada visita a la CIA.
Los
 líderes del Foro Prosur comparten profundas coincidencias, entre ellas:
 su sumisión y admiración por el presidente Donald Trump, su deseo de 
hacer desaparecer cualquier movimiento progresista, su odio a las ideas 
izquierdistas, su deseo de colaborar militarmente con Estados Unidos y 
la OTAN, la decisión de restaurar las ideas del neoliberalismo y las 
privatizaciones, entre otras.
Unasur bajo ataque
Entre sus
 tácticas para afincar su proyecto, utilizan el método del descrédito. 
Argumentan que la Unasur ha fracasado aduciendo que hay un "exceso de 
ideologismo y de burocracia".
Lo cierto es que, si la Unasur está
 prácticamente inactiva hace más de tres años es por el sabotaje que 
realizaron los representantes de algunos países, que intentaron imponer 
un Secretario General, sabotearon la convocatoria a reuniones y no 
permitieron la aprobación del presupuesto.
El presidente colombiano Iván Duque dijo que la Unasur será reemplazada por Prosur, y a esos ataques se sumó el Vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourão, quien considera que la Unasur murió.
A más de eso, suenan cínicas las palabras del presidente chileno Piñera cuando dijo
 que Prosur "está abierto a todos los países que cumplan con dos 
requisitos esenciales. Primero, vigencia clara de la democracia y del 
estado de derecho y segundo, respeto pleno a las libertades y a los 
derechos humanos de sus habitantes".
El presidente chileno nos quiere dar lecciones de democracia y derechos humanos cuando él mismo hace unos años, expresó
 su profunda solidaridad con el dictador Pinochet, quien fue uno de los 
líderes del Plan Cóndor en Sudamérica, que ocasionó mucho dolor y muerte
 en el Cono Sur.
La pregunta clave que debemos hacernos luego de la creación de Prosur es: ¿qué hay detrás de eso? La declaración firmada es apenas la fachada.
Estados
 Unidos y los gobiernos afines a Trump han puesto todo su empeño para 
que la OEA sea el único el foro de discusión política en la región; por 
otro lado, si de aranceles y comercio se trata, ahí están la Asociación 
Latinoamericana de Integración Aladi, el Mercosur y la Comunidad Andina.
¿Para
 qué entonces un nuevo foro? Algunas acciones, en especial del 
presidente Bolsonaro, que al parecer ahora es el factor de cohesión del 
grupo, podrían ayudarnos a entender.
Atando cabos
Durante
 la visita realizada por el presidente Bolsonaro el pasado 21 de marzo a
 Estados Unidos, no solo se trataron asuntos bilaterales, fueron más 
allá, ya que incluso se reunió con la CIA para "abordar asuntos de la región".
Por otro lado, el pasado 11 de febrero Itamariti anunciaba
 que el ministro Ernesto Araujo se reunió en Brasilia con el almirante 
Craig Faller, jefe del Comando Sur de Estados Unidos, para discutir la 
cooperación y las alianzas bilaterales en el área de defensa y 
seguridad.
Vale aquí recordar que Craig S. Faller, declaró el 7 de febrero pasado que Washington está estrechando lazos con los países del Southcom y aclaró
 que "esta colaboración no solo se da entre militares, sino también con 
diplomáticos, auspiciada por el Departamento de Estado y otras 
organizaciones, como la Agencia para el Desarrollo Internacional y los 
Departamentos de Justicia y de Seguridad Nacional".
Un hecho no 
menor es que, durante una cena ofrecida en la Embajada de Brasil en 
Washington, el presidente brasileño Jair Bolsonaro dijo que lo que 
quería era "liberar a Brasil de la ideología nefasta de izquierda" y no 
escatimó palabras para halagar
 a Olavo Carvalho, de quien dijo que "es el inspirador de muchos jóvenes
 en Brasil y en gran parte le debemos a él la revolución que estamos 
viviendo".
Olavo Carvalho admirador de Evola
Carvalho, quien reside en Estados Unidos, expresa abiertamente su profunda admiración
 por Julius Evola y Giovanni Gentile, intelectuales fascistas, 
tradicionalistas radicales, considerado por muchos como antidemocráticos
 y anti igualitarios.
Giovanni Gentile fue incluso coautor junto a Benito Mussolini de la doctrina del fascismo.
Humberto Eco advierte
 que "El Ur-Fascismo está aún a nuestro alrededor, a veces con trajes de
 civil. Sería muy cómodo, para nosotros, que alguien se asomara a la 
escena del mundo y dijera: '¡Quiero volver a abrir Auschwitz, quiero que
 las camisas negras vuelvan a desfilar solemnemente por las plazas 
italianas!'. Por desgracia, la vida no es tan fácil. El Ur-Fascismo 
puede volver todavía con las apariencias más inocentes".
Por 
cierto, Carvalho fue quien recomendó designar al actual Ministro de 
Relaciones Exteriores de Brasil, Ernesto Araujo, por ser uno de sus 
mejores discípulos.
Acallar para imponer
Acaso alguien 
cree que sabiendo de las vergonzosas demostraciones de sometimiento de 
esos gobernantes ante Estados Unidos, ¿serán ellos quienes lideren un 
proyecto de prosperidad para Latinoamérica?
No es descabellado 
pensar que podríamos estar asistiendo al surgimiento de una especie de 
Plan Cóndor II, con nuevos instrumentos e ideas para someter a la 
región.
Estados Unidos están ávidos de volver a controlar 
Latinoamérica y el Caribe a cualquier precio. Por tanto, se hace 
imprescindible refrescar la memoria.
El nefasto y sangriento Plan Cóndor
Como lo cuenta
 el Juez español Baltasar Garzón Real en el libro ‘Operación Cóndor 40 
años después', "la Operación Cóndor formaba parte del complejo sistema 
interamericano de contrainsurgencia promovido por la política exterior 
norteamericana. Mediante su accionar transnacional, Cóndor complementaba
 las políticas represivas que las Fuerzas Armadas del Cono Sur ejercían 
dentro de sus territorios nacionales."
El uso de escuadrones de 
la muerte y métodos ilegales era un medio para desmovilizar movimientos 
populares, aterrorizar a la sociedad, y solidificar las estructuras 
económicas y militares en la región, apunta la escritora J. Patrice 
McSherry en el libro escrito por Garzón.
Esta coordinación 
implicó, oficial y directamente, el seguimiento, vigilancia, detención, 
interrogatorios con tortura, traslados entre países, y desaparición o 
asesinato de personas consideradas por dichos regímenes como 
"subversivas del orden instaurado, o contrarias a su política o 
ideología".
Solo a manera de ejemplo se pueden mencionar
 los llamados ‘Archivos del Terror' hallados en Paraguay en 1992, que 
arrojan la cifra de 50.000 personas asesinadas, 30.000 desaparecidas y 
400.000 encarceladas.
¿Permitiremos que destruyan Unasur?
La
 integración regional pasa por momentos difíciles, es cierto, pero no es
 definitivo, y no serán esas visiones excluyentes, oscuras y retrógradas
 las que prosperen.
Un gravísimo error histórico de estos tiempos 
en Latinoamérica y el Caribe sería sumarnos a las voces que quieren ver 
muerta a Unasur y a la Celac.
Se requiere asimismo una fuerte 
dosis de autocrítica y un profundo repaso de la historia, para evitar 
que nuestros pueblos pierdan la esperanza de que podemos vivir en 
armonía en la diversidad.
 

No hay comentarios:
Publicar un comentario