4 min. lectura
La
Unidad de Debates Económicos de CELAG ha realizado un estudio en el que
demuestra que el bloqueo financiero internacional a Venezuela desde
2013 es el principal responsable de la crisis económica. Este bloqueo supuso la pérdida de 350.000 millones de dólares en
producción de bienes y servicios entre 2013 y 2017, según uno de los
escenarios planteados dentro del modelo macroeconómico de consistencia
que fue utilizado.
El estudio subraya la importancia
capital de los bloqueos financieros para estrangular la economía de un
país. Los ataques externos a la capacidad económica y productiva de una
nación pueden acabar con la misma en cuestión de pocos años y, en los
últimos tiempos, suelen ser el preludio a una intervención militar. En
este sentido, los autores advierten que la supuesta crisis humanitaria y
la migración de centenares de miles de venezolanos tienen su origen en
el boicot económico de Estados Unidos y sus aliados. Sin embargo, el
Gobierno estadounidense justifica una eventual intervención en esa
presunta catástrofe humanitaria y en la emigración masiva que su
bloqueo, precisamente, habría creado.
En el caso de Venezuela, el bloqueo se
ha basado en la expulsión del país de los mercados financieros
internacionales, impidiéndole recurrir al mercado de créditos tanto para
renovar vencimientos como para realizar nuevas colocaciones. En un país
integrado al mundo como proveedor de petróleo, la especialización
productiva condujo a una alta dependencia de las importaciones que
resultan financiadas con los ingresos petroleros. Es por eso que el
boicot financiero y comercial sobre Venezuela tiene consecuencias mucho
más graves que en economías diversificadas.
Desde que Nicolás Maduro asumió la
Presidencia en 2013, el sector público venezolano dejo de recibir en
términos netos flujos que en el quinquenio 2008-2012 habían supuesto más
de 95.000 millones de dólares, es decir, unos 19.000 millones de
dólares anuales.
A esto hay que añadir los cuantiosos
pagos que supuso la elevación del riesgo país por parte de las agencias
calificadoras. A pesar de que Venezuela cumplió puntualmente los pagos
de la deuda externa, agencias como Standards & Poors o Moody´s
colocaron el riesgo país por encima de los 2.000 puntos desde 2015, con
picos de hasta 5.000 e incluso 6.000 puntos recientemente. Los motivos
aducidos por estas calificadoras a la hora de evaluar países son opacos
pero la tendencia es puntuar bien a aquellos que favorezcan políticas de
libre mercado y castigar lo contrario. Así es como la deuda venezolana,
a pesar de seguir pagándose sostenidamente, era calificada como de
altas probabilidades de default con una calificación peor que la de
países en guerra como Siria.
Por este motivo, el Gobierno venezolano
tuvo que pagar en el quinquenio 2013-2017 más de 17.000 millones de
dólares, unos 3.300 millones de dólares anuales.
En resumen, si se suma el valor promedio
anual de divisas que ya no entraron producto del bloqueo (19.200
millones), más lo que el país tuvo que pagar promedio cada año
correspondiente a la deuda externa (3.300 millones), se puede concluir
que la economía y la sociedad sufrió una asfixia internacional
de 22.500 millones de dólares anuales producto de una estrategia
deliberada internacional de aislamiento financiero. Evidentemente esta presión financiera se intensificó desde 2015 con la caída del precio del crudo.
Todos los escenarios planteados por el
estudio de CELAG demuestran que la economía cada año habría tenido un
mejor comportamiento en el caso de que se hubiera dispuesto de esos
22.000 millones de dólares anuales. Por el contrario, la pérdida de esa
cantidad explica en un 60% el deterioro económico. Como consecuencia del
bloqueo, las pérdidas en producción de bienes y servicios
oscilaron entre una horquilla de 350.000 millones y 260.000 millones en
el periodo 2013-2017, lo que supone entre 12.200 y 13.400 dólares por cada venezolano o venezolana. El país perdió en ese quinquenio entre 1,6 y 1,1 Productos Internos Brutos.
Un país tan dependiente de las
importaciones como Venezuela no puede activar su aparato productivo sin
divisas. El estrangulamiento de la financiación exterior ha significado,
en términos metafóricos, un bombardeo masivo sobre sus fábricas e
industrias. Si el Gobierno de Nicolás Maduro hubiera contado con un
financiamiento internacional como del que dispuso Mauricio Macri en sus
primeros tres años de mandato, el crecimiento del PIB venezolano sería
superior al argentino.
Vea el informe completo en: https://www.celag.org/las-consecuencias-economicas-del-boicot-venezuela/
No hay comentarios:
Publicar un comentario