Terrorismo espiritual en América Latina
¿Templos o manicomios? 
¿Bancos o catedrales? ¿Iglesias o prostíbulos? no sabemos bien como 
definirlos porque han doblegado nuestra capacidad de asombro.
 En 
Europa capea a sus anchas el materialismo y hace tiempo que fue 
proclamada la muerte de Dios por los filósofos más connotados. Pero
 en Latinoamérica la cosa es de otro color pues la fe ciega en el padre 
creador, su hijo Jesucristo y la virgen María es el pan nuestro de cada 
día. Aunque la religión Católica, tradicionalmente mayoritaria, 
ve amenazada su hegemonía por las sectas cristianas. En países como 
Guatemala, Honduras o el Salvador, ya los han desbancado; y en otros 
como Colombia, el Perú, Ecuador, México o Brasil su crecimiento es 
imparable y no tardarán mucho tiempo en superarlos. 
 La 
religiosidad es uno de los cimientos más importantes del ser humano y 
como tal un filón explotado a destajo por las religiones. En nombre de 
Cristo y la salvación de las almas se obtienen inmejorables réditos 
económicos. La industria de la fe se ha convertido en un artículo más de consumo, el negocio más lucrativo, pero también el más peligroso para la salud mental de los creyentes. 
 Por supuesto, que el Dios de los cristianos no existió en nuestro 
continente sino hasta la llegada de los conquistadores españoles. Sin 
embargo el Libro del Mormón escrito por el “profeta” Joseph Smith, gracias al intersección del ángel Moroni, 
 afirma que cuando Jesucristo resucitó se fue a Norteamérica a predicar 
entre los indígenas las enseñanzas de su padre. Según nuestra historia 
patria los «bondadosos» misioneros de la espada y la cruz libraron a los
 gentiles de las llamas del infierno. Los salvajes a la fuerza tenían 
que aceptar los nuevos ídolos como aquel viejo barbado de piel blanca 
omnipotente y omnipresente llamado Dios o Jehová; su hijo Jesús, rubio 
de ojos azules y su madre María, una mujer virgen que engendró a Jesús sin contacto carnal.
 -otro enigma inexplicable- María es el símbolo de la madre abnegada y 
digna a imitar. Sobre todo, en las virtudes de obediencia y de pureza. 
Su protagonismo es esencial pues la maternidad es muy venerada entre las
 culturas indígenas. Parece increíble pero en la actualidad las 
mujeres son las más firmes defensoras del cristianismo, aunque, 
igualmente, son las más discriminadas y oprimidas por éste. 
 La imposición del catolicismo provoca un trauma espantoso entre los 
nativos pues tienen que renunciar a su ser; a sus nombres y apellidos, a
 sus dioses, a su lengua y hasta su piel. Lo primero: arrepentirse del pecado original porque son culpables y deben ser purificados con las aguas del bautismo.
 Los misioneros creían que estaban poseídos por el demonio y no había 
otra opción que exorcizarlos. Aplicaron el ingenioso método de sembrar 
el terror para que los condenados confesaran sus pecados. Tamaña empresa
 contó con la inestimable ayuda de la inquisición que perfeccionó las 
artes de la tortura facilitando tan nobles propósitos. 
 Muchos 
indígenas se negaron a reconocer a los nuevos dioses y por su actitud 
beligerante fueron sentenciados al patíbulo. Ahorcados, quemados vivos o
 ajusticiados con el garrote vil pagaron con creces su irreverencia. Aunque
 parezca mentira los descendientes de las víctimas del holocausto hoy 
les rinde pleitesía a los verdugos que ejecutaron a sus ancestros. Un caso de masoquismo que la psiquiatría debería estudiar con detenimiento. Los aborígenes tuvieron que aceptar la nueva fe por física supervivencia,
 se les amenazó con el fin del mundo, estaban con ellos o contra ellos; 
tenían que elegir entre el bien o el mal, la vida o la muerte. La gran 
paradoja es que en la actualidad los conversos son los más fanáticos 
defensores de la ortodoxia catolicista. 
 El cristianismo es una doctrina que reniega de los instintos 
 -especialmente el sexual- al dividir al ser humano en cuerpo y alma. 
Esa dualidad fatídica tan estudiada por los psicólogos sólo nos conduce a
 la esquizofrenia. La figura del Dios padre todopoderoso se 
asoció a la imagen del progenitor o patriarca machista y autoritario. 
Dios es el tutor, el rey, el presidente, el obispo, el amo o el general.
 Y así aprendieron a respetar la jerarquía y a saber quiénes son los 
elegidos por el creador para reinar sobre la faz de la tierra. Tarea 
realizada a sangre y fuego por los curas doctrineros que así demostraron
 su infinito « amor al prójimo ». Desde luego que hay amores que matan. 
 En las colonias se construyeron infinidad de iglesias y catedrales -a 
veces sobre los mismos adoratorios indígenas- que reflejan la 
megalomanía de los jerarcas y sus ansias de poder. Pero, ¿quiénes fueron
 los que trabajaron en su construcción? Está muy claro que los siervos 
tuvieron que demostrar su fidelidad al Dios blanco picando piedra en las
 canteras y acarreándolas como mulas para edificar el palacio del rey de
 reyes. Cada piedra colocada en los muros es una ofrenda de sudor y sangre de los esclavos. 
 En el siglo XX la iglesia católica romana por culpa de su cerrazón y 
avaricia comienza su ineluctable declinar. La dictadura Vaticana se 
reserva el derecho de admisión en los asuntos divinos. Los sacerdotes 
como únicos intermediarios ante el supremo hacedor no permiten 
intromisiones que contradigan su voluntad. La iglesia no es más 
que un establo donde el manso rebaño se da golpes en el pecho y repite 
mecánicamente padrenuestros y avemarías. Aferrados al más rancio
 conservadurismo creyeron que los fieles seguirían inclinando sumisos la
 cerviz y persignándose aterrorizados. El Todopoderoso imponía un 
respeto sobrenatural aunque lentamente la ciencia destruyó sus mitos 
echando por tierra los dogmas de fe. Las vocaciones se hundieron, 
la juventud se volvió contestataria y el mundo entró en una era de 
materialismo sin precedentes donde la religiosidad quedó relegada a los 
museos. 
 En Latinoamérica el pueblo es muy proclive a la
 dependencia espiritual y afectiva. Necesitamos imperiosamente alguien 
que nos guíe en este "valle de lágrimas", un caudillo que 
nos devuelva la esperanza, un redentor que nos colme de bendiciones. De 
ahí que las sectas hayan triunfado al cederle el protagonismo a los 
devotos. La eucaristía es una verdadera fiesta amenizada por grupos 
musicales donde éstos se sienten parte de una gran familia que los 
respalda y protege. Prometiendo el oro y el moro proliferan las iglesias
 adventistas, Bautistas, Evangélicas, Mormones, Testigos de Jehová, 
Niños de Dios, Pentecostales, Cuadrangulares y una interminable lista 
imposible de reseñar en esta crónica. 
 ¿Cómo es eso que sólo algunos elegidos pueden comunicarse con Dios?  ¿Acaso Dios no está en todas partes y cada persona puede hablar con él cuando le plazca? Se acabó la exclusividad. Cristo es un producto más del libre comercio, una empresa multinacional que cotiza en bolsa y factura multimillonarios beneficios económicos. 
 En los años sesentas una corriente renovadora hizo su aparición en el cristianismo, se le denominó: “Teología de la Liberación”.
 La Teología de la Liberación justificó el alzamiento popular 
argumentando que Jesucristo también es un profeta de los pobres. «Un Dios misericordioso no puede cerrar los ojos ante el sufrimiento de sus hijos desvalidos». El cristianismo revolucionario justifica la lucha armada como una respuesta ante los atropellos del sistema opresor.  Hay que pelear por un paraíso en la tierra y no en el cielo. La
 palabra de Dios se politiza. Inmediatamente el Vaticano condena esta 
herejía pues atenta con las alianzas que mantiene con el poder 
establecido. 
 Ante tamaña amenaza la CIA y el Departamento de 
Estado de los EE.UU lanzaron una contraofensiva sin precedentes en 
América Latina. Su estrategia consistió en infiltrar las sectas 
evangélicas con el fin de detener la insurrección. El principal 
objetivo: dividir las comunidades y anular el mensaje subversivo. De 
este modo invirtieron millones de dólares en patrocinar las «nuevas 
iglesias» para desmovilizar con himnos, letanías y regalitos el «peligro comunista». Con el paso del tiempo el satánico vudú surtió
 el efecto deseado deteniendo el avance guerrillero que ponía en jaque 
la estabilidad de Centroamérica. Algo que se puede corroborar en el caso
 de Guatemala, el Salvador y Nicaragua. El general fascista y genocida Ríos Montt
 era dirigente de la iglesia pentecostal “el Verbo” y desde el púlpito 
adoctrinaba a sus devotos con un mensaje de paz y amor: “la Biblia en 
una mano y un rifle en la otra” “si están con nosotros les 
alimentaremos; si no, los mataremos. Palabra de Jehová”. 
 Nadie va a discutir que la religión ha sido la principal inspiradora del fascismo.  Uno de sus más ilustres simpatizantes fue el papa de Roma Pío XII, al que se le conoce también con el apodo de «el Papa de Hitler» pues se mostró comprensivo y tolerante con la política genocida del Fuhrer.
 En América Latina el Vaticano bendijo las dictaduras militares de 
Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay, Brasil responsables de miles de 
muertos, torturados, desparecidos en la década de los años sesentas, 
setentas y ochentas del siglo pasado. 
 Algunos estudios sociológicos aseguran que la Biblia es el libro más leído en el continente americano.  Aunque  
 sus enseñanzas son completamente ajenas a nuestra realidad estas se 
convierten en las reglas éticas y morales de obligatorio cumplimiento. 
Nuestra educación y valores se inspiran en el fundamentalismo cristiano cómplice de los mayores crímenes contra la humanidad 
 En la Iglesia Universal del Reino de Dios el redil levanta los brazos lanzando loas al altísimo y repite una y otra vez ¡aleluya! ¡aleluya! ¡Gloria a Dios! El diezmo, hermanos, el diezmo. Hay que sembrar para recoger, -advierte en tono imperativo desde el estrado el obispo Edir Macedo leyendo versículos del nuevo testamento: "La
 parábola del sembrador nos enseña, hermanos, que cuando la semilla cayó
 en buena tierra y dio fruto, una parte el ciento, otra el sesenta y 
otra el treinta. El que tenga oídos para oír, que oiga”.  «Entre más alta sea la suma, más efectivos serán los favores del todopoderoso». 
 Además, los pecados se perdonan por una cómoda cuota inicial que será 
bien recompensada en el paraíso. Prometen la salvación de las almas, 
puestos de trabajo, dinero fácil, casas, neveras, lavadoras, autos, 
viajes, en fin, salud, dinero y amor. -Padre Santo líbranos del mal. ¡Aparta Satanás, aparta! -retumba por los altavoces- ¡Arrepiéntete! ¡fuera demonio, fuera! La multitud cae de rodillas y se retuerce enloquecida gritando ¡Aleluya,
 aleluya! En Brasil se ha confirmado a la perfección la alianza de las 
sectas con el poder establecido tras la elección del ultraderechista 
Jair Messias Bolsonaro como presidente del país. 
 Las sectas
 se han trasformado en entidades financieras que dan crédito a mejor 
interés que los bancos y encima no pagan impuestos. La usura es la norma
 para financiar sus empresas ya que manejan un presupuesto que 
envidiarían las multinacionales más prestigiosas del planeta. Sus tesoros superan con creces a los del mismísimo rey Salomón;
 millones de dólares producto de la verborrea mística que a través de 
los testaferros invierten en negocios tales como el tráfico de armas, 
las drogas o la trata de blancas. Sin contar con el dominio que ejercen 
sobre los medios de comunicación, los colegios, las universidades, la 
banca, los partidos políticos, el comercio. Es decir, como Dios, están 
en todas partes 
 Es tal la cantidad de adeptos que los más 
grandes estadios se quedan pequeños. El avivamiento del sábado es un 
espectáculo maravilloso de luz y sonido donde el pastor o apóstol 
evangelista Eduardo Cañas de la comunidad Cristiana «Manantial de Vida Eterna», Bogotá, Colombia,
 impone las manos a los enfermos, invoca a Dios y ¡milagro! los 
paralíticos caminan, los ciegos ven, los mudos hablan. Sus 
incondicionales presas de la histeria colectiva levantan los brazos al 
cielo vociferando loas al altísimo ¡venga a nosotros tu reino! La 
pantomima teatral es tan exitosa que las dádivas llenan a reventar las 
arcas de la misión. Lo cierto es que para los pobres es más barato 
asistir a estos exorcismos que pagar un seguro médico privado o hacer 
interminables colas en los hospitales públicos que no son más que el 
umbral del cementerio. 
 Chiapas  se ha convertido en uno de los estados mexicanos con un mayor número de sectas (se calcula que hay más de 282 asociaciones religiosas)
 Chiapas históricamente por su atraso e ignorancia es terreno fecundo 
para que manipulen a un pueblo empobrecido que busca desesperadamente la
 redención. Se aprovechan de las comunidades indígenas a las que sin 
medida ni clemencia engañan en una endiablada competencia por captar el 
mayor número de fieles. Las almas cándidas e inocentes son las más 
propensas a caer en las garras de charlatanes y embaucadores. Uno de los
 casos más indignantes quizás sea el de las misiones Shaddai, 
secta destructiva que explotaba a sus feligreses con trabajos forzados, 
les impedía la comunicación con el exterior y a los menores asistir a la
 escuela. También se ejercían brutales coacciones y castigos a aquellos 
que se negaban a cumplir con las tareas encomendadas por sus líderes 
espirituales. 
 El cristianismo se nutre del dolor y la 
ignorancia, es una doctrina perversa que precisa de más pobres, más 
afligidos, más hambrientos, más enfermos, más desgraciados, más 
pordioseros y huérfanos.  Es preciso despertar el sentimiento de compasión para que los "apóstoles del lumpen" se sientan realizados. –Como afirmaba la madre Teresa de Calcuta-  «El sufrimiento es bueno a los ojos de Dios» pero es aún más bueno cuando se usa como moneda de cambio. 
 La psiquiatría moderna nos da luces sobre las alteraciones del 
comportamiento humano y así hemos comprendido las claves del origen de 
la esquizofrenia. Los jerarcas del catolicismo y de todas esas sectas 
sufren dos cuadros característicos que son: el trastorno delirante paranoide, en el que no se distingue entre realidad y fantasía; y el narcisismo maligno psicótico donde
 la persona se cree elegida para una misión universal, además de afirmar
 que tienen poderes sobrenaturales otorgados por la divinidad. La mentira patológica
 de forma consciente y deliberada se utiliza para conseguir los 
objetivos preconcebidos. Como lo demuestran los hechos, el éxito está 
asegurado. 
 Estuve en una manifestación de apoyo al actual gobierno derechista colombiano convocada por la Misión Carismática de Colombia.
 Por las calles de Bogotá salieron miles de mansas ovejas a desfilar 
-casi todos pertenecientes a los estratos más bajos de la sociedad- los 
adeptos seguían como perritos falderos a la señora doctora Claudia Rodríguez de Castellanos, sacerdotisa ultraderechista, quien después de elevar a los altares expresidente Uribe, ahora se ha pasado al partido Cambio Radical
 del que es senadora. Esta es la típica mujer de la burguesía bogotana, 
de piel blanca, pelo teñido de rubio y gafas Versace que se hace llamar "líder espiritual". La multitud marchaba repitiendo las consignas dictadas por los pastores: ¡nuestro Dios, saldrá como gigante, como gigante pelearán contra nuestros enemigos! ¡Vargas Lleras, amigo, Dios está contigo! 
 Es imprescindible contar con una buena organización financiera y empresarial que administre la adoración del "becerro de oro". Un Dios privatizado al que sólo tienen acceso los socios del club, un Dios que sea la mejor inversión de cara al futuro. Los pastores de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (templo «Redención» Bogotá) el pastor Oscar Javier Vera Herreño impecablemente vestido de paño inglés y con crucifijo de oro colgado al pecho se dirigen a la fanaticada: ¡Dios mío, atiende nuestras súplicas! ¡El Avivamiento, el avivamiento que se aparten las tinieblas!
 Ponen cara de palo, es difícil disimular tanto cinismo, con voz seria e
 impostada y gestos estudiados una y mil veces hipnotizan a sus 
incondicionales. ¡Salvador a ti me rindo, obedezco solo a ti! De repente
 se desata la histeria colectiva y todo el mundo brama poseídos por el 
espíritu santo. El pastor vocifera alabanzas y advierte que está cerca el fin del mundo.
 Entonces, ¿para qué acumular riquezas? ¿No sería mejor transferirlas a 
la cuenta corriente de la misión para que las ponga a buen recaudo? 
 Pero quizás el más grande y poderoso de los estafadores sea el pastor guatemalteco «Cash» Luna fundador de la «Casa de Dios»
 Este fantoche ha demostrado ser el mejor vendedor de paraísos eternos y
 milagros a la carta. El pastor «cash» o «cash money» es un embaucador 
de primera categoría que sabe muy bien manipular los deseos y miedos que
 agobian sus devotos o «esclavos» Este profeta de diseño vestido a lo 
Giorgio Armani que exhibe descaradamente anillos de oro, relojes Cartier
 y Rolex reclama a sus incondicionales que no sean egoístas y se 
desprendan de las cosas materiales. « El diezmo, hermanos, el diezmo, 
las joyas, los anillos, las alhajas de oro, nadita de pacotilla pues el 
Rey del Universo se merece lo más fino y costoso » el rebaño entre 
alaridos de éxtasis besan los pies de su amado gurú cumpliendo todos sus
 deseos. Cualquier sacrificio es poco con tal de conseguir un pasaje en 
primera clase rumbo a la eternidad. 
 Pero nos falta reseñar a la secta Católica, Apostólica y Romana
 que usa el esquema piramidal al mejor estilo de la parábola de los 
panes y de los peces. Cada padre de familia se asegura de reclutar a sus
 propios hijos y así sucesivamente se les chantajea con el castigo 
eterno post mortem, a las mujeres se les trata como seres inferiores, 
relegándolas a labores de servidumbre y restringiéndoles sus derechos 
reproductivos. Y encima se han encargado de ensuciar el buen nombre de 
Jesucristo y los principios bíblicos de paz y amor con los innumerables 
casos de pedofilia cometidos por los representantes de Dios en la tierra. Recordemos el infausto caso del criminal sacerdote mexicano Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo Rey (protegido por el Papa Juan Pablo II) acusado de violaciones en masa de niños pertenecientes a su comunidad. 
 La farsa continúa y todo indica que el fenómeno de las sectas e 
iglesias cristianas seguirá creciendo paralelo a la eterna crisis que 
afecta nuestra sociedad. El desempleo, la falta de recursos, la 
miseria o el analfabetismo son argumentos suficientes para que el pueblo
 exija su sobredosis diaria de opio y cicuta. Para millones de almas la 
vida no es más que un eterno viacrucis, han perdido la confianza y 
acreditan más en la justicia divina que en la humana. Se ha agotado la 
paciencia y claman al cielo por el pronto regreso de nuestro señor 
Jesucristo y la instauración de su reino. 
 
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