
“¡Aquí no se rinde nadie, coño!”
Camilo Cienfuegos, desembarco en Alegría del Pío, Cuba 1957
Guerra
 avisada sí mata gente. Así nos está ocurriendo. Estamos yendo hacia una
 situación de  previsibles y graves consecuencias. El conjunto de hechos
 de los últimos días nos hacen ver el camino emprendido por los dueños 
del mundo, el gran capital financiero y la derecha política. Y debemos 
reaccionar. Debemos de hacerlo como partidos políticos, como medios de 
comunicación independientes (los poquísimos que quedan), como corrientes
 de pensamiento libertario y progresista, como intelectuales, como 
organizaciones de base, como organizaciones de mujeres, como feministas,
 como organizaciones GLBTI, como iglesias de todos los credos que crean 
en la igualdad, como sociedad civil, como pueblos y nacionalidades, como
 cualquiera de las formas organizativas en las que nos queramos colocar 
como seres humanas y humanos con instinto de supervivencia.
Revisemos los hechos:
1. 
 Alta ejecutiva de Huawei  (Weng Wazhou se llama) es detenida en Canadá,
 a demanda del Gobierno de Estados Unidos por violar una ley, de los 
propios EEUU, al vender material de su empresa China a Irán (pobre 
Canadá qué bajo ha caído, pobre mundo en qué manos estamos) Fuerte 
provocación a China.
 2. El Secretario de Estado de EEUU insulta 
al Gobierno  Ruso y al de Venezuela acusando a sus Presidentes 
Constitucionales de dictadores, por recibir en Caracas a dos bombarderos
 rusos para maniobras y ejercicios militares (como si los gringos no 
tuvieran 1000 bases militares en el mundo)
3. El Congreso de los 
Estados Unidos aprueba la ley llamada NICA ACT, promovida por los 
halcones republicanos e ideada por la oposición nicaragüense (ex 
sandinistas incluidos), destinada a golpear las relaciones comerciales y
 recortar la ayuda de organismos “internacionales” (FMI, Banco Mundial, 
BID) al Gobierno Constitucional de Nicaragua, hasta que convoque a 
“elecciones libres”, este recorte de créditos tiene la excepción de 
“ayuda humanitaria y ayuda para fortalecer la democracia”. Ya sabemos lo
 que ello significa.
4. Los futuros ministros de Brasil dan 
declaraciones espeluznantes como la del próximo Canciller brasileño 
Enrique Araújo que dice que el calentamiento global no es un hecho 
científico, sino una conspiración marxista; que van a luchar contra el 
comunismo en América del Sur; que van a imponer la educación religiosa 
en los colegios y otras alucinaciones políticas propias de su origen 
ideológico. Lo grave es que lo que  hoy aparecen como alucinaciones, a 
partir del primero de enero de 2019, será la política oficial del país 
más grande de América del Sur y una de las 10 economías más poderosas 
del planeta. Ya nos podemos imaginar el impacto de respaldo que sentirán
 los derechistas civiles y militares de todos nuestros países y la 
impunidad con la que podrán actuar.
 5. La política de escopeta 
de dos cañones que utiliza por ejemplo, el gobierno del Ecuador (por 
cuyo programa en ejecución nadie votó) ha logrado confundir y 
desmovilizar al pueblo ecuatoriano.  Ayer el Presidente Moreno ensalzó 
en China el nivel de desarrollo alcanzado (en la “década ganada”) en 
materia de carreteras y generación de energía. Como algo muy positivo 
consigue préstamos y promesas de inversiones de China, cuando semanas 
atrás, este gigante era poco menos que un enemigo del cual había que 
librarse. Mañana tendremos seguramente la propuesta de hipotecarnos con 
el FMI, el Banco Mundial y otros semejantes que ya conocemos. Esta 
política exterior entra perfectamente en la decisión Imperial, de 
retornarnos  a nuestro estadio de patio trasero de los EEUU y ubicarnos 
como pieza que faltaba del rompecabezas para armar el frente del Pacto 
Asia-Pacífico, justamente contra China. A esta política imperial la 
manicure se la ponía un buen orador como Obama. Hoy la tenemos sin 
maquillaje.
El terrible panorama que se presenta debe tener una respuesta organizada urgente en tres niveles como mínimo:
Uno
 la respuesta a través del desarrollo de medios de comunicación capaces 
de ser atractivos y masivos (ojalá AMLO y el Gobierno de México apoyen 
el desarrollo y crecimiento de Telesur como proyecto latinoamericano); 
utilizando al máximo las redes sociales y aprendiendo a darle un manejo 
ético que nos permita competir con eficiencia en este, aún oscuro campo;
 pero y también, todos los recursos alternativos cuasi abandonados en 
muchos procesos como el arte, el teatro, la música, la comunicación en 
la calle y en la plaza y todo aquello capaz de desarrollar  de manera 
atractiva la conciencia y la respuesta popular.
Dos, el 
fortalecimiento de los partidos políticos y la creación de amplios 
frentes por la Restauración Democrática en los países donde ha ganado la
 derecha, o donde ganó la izquierda pero le entregó el poder a la 
derecha  (ver caso Ecuador). En este punto las y los dirigentes deberán 
deponer sus ambiciones personales y avanzar en la unidad a como dé 
lugar. No nos estamos jugando solamente  la coyuntura, nos estamos 
jugando la vida, la libertad y las principales conquistas democráticas 
de siglos de lucha.  La unidad es una exigencia masiva de los sectores 
conscientes que buscan dirección y que no encuentran respuestas 
organizativas y donde las hay, debemos fortalecerlas al máximo. Deponer 
las ambiciones personales para lograr la unidad no es un lema, es una 
necesidad  agónica para  Argentina, Brasil, Ecuador, Perú. Debemos de 
aprender a manejar esa contradicción que significa el líder capaz de 
aglutinar las voluntades masivas y a la vez declinar la ambición 
personal.
Tres, las respuestas regionales, desde los organismos 
existentes donde haya espacios de debate (y siempre los hay) me refiero a
 la ONU, la CELAC, UNASUR, el ALBA (bendita sea el ALBA), e incluso la 
OEA, todos los organismos de derechos humanos. Avanzar en los Foros de 
izquierda, para que pasen de ser espacios de brillantes análisis y 
excelentes declaraciones, a espacios de coordinación de acciones. En 
este campo la izquierda debe definirse con claridad en la defensa de 
Venezuela, Nicaragua, Bolivia, El Salvador y Cuba, (y seguramente pronto
 México) como los países que con sus diversas modalidades, siguen 
propugnando  modelos de desarrollo redistributivos. Esta defensa debe 
darse al margen de discrepancias y opiniones políticas e ideológicas 
inclusive. Sin perder la capacidad de análisis y de crítica y 
autocrítica es indispensable alinearse en el frente antidictatorial, 
antifascista, antiimperialista. Parece discurso trasnochado, pero la que
 volvió para atrás es la realidad política, no el discurso.
Tomo 
las palabras de Álvaro García Linera en CLACSO 2018, aplicables a toda 
Nuestramérica.   Hagamos realidad nuevamente  ese “ conjunto de 
articulaciones sociales contingentes flexibles plurisectoriales, 
multiidentitarias y pluricivilizatorias de obreros, indígenas, barrios, 
jóvenes, mujeres, profesionales,  campesinos, articulación plebeya, en 
la que no hay un sujeto mandado a dirigir. Donde quien conduce es quien 
responde a construcciones plurales contingentes y flexibles.” (AGL, 
CLACSO 2018).
 Todo aquello que nos llevó a las Nuevas 
Democracias, a los gobiernos populares del Siglo XXI, debe ser retomado y
 reformulado con urgencia, si no queremos subirnos a esas imágenes 
horrorosas de los vagones camino a Auschwitz o Treblinka o al retorno al
 franquismo, a la Argentina de los Videlas o las masacres de los 
Somozas. Las modalidades serán distintas y probablemente menos masivas 
(aunque para Venezuela y Nicaragua los demonios promueven la guerra 
civil y esa sí será masiva). La capacidad de maldad de las mentes 
oscuras de Trump o Bolsonaro (sin manicure) o Macri, Piñera o Moreno 
(con manicure y maquillaje) impulsan  ese tipo de brutales respuestas.
Para
 esta derecha y para los propietarios del mundo el sufragio universal se
 ha vuelto un  ejercicio perverso, en el cual ellos saben que si 
escogemos opciones diferentes al neoliberalismo y el libre mercado, 
tienen los instrumentos para desconocerlas  y el poder militar para 
someternos. Así, llaman dictadores a quienes no les gustan (Nicolás 
Maduro, Daniel Ortega, Evo Morales, Díaz-Canel) o inventan juicios a 
quienes les resultan peligrosos (Lula, Dilma, Cristina, Rafael Correa). 
Subordinarse a las garras del águila imperial es renunciar a la Patria 
Grande, a la Matria (el espacio donde nacimos) a la Soberanía, y a 
nuestras propias identidades como pueblos y culturas y esto vale para 
todos civiles y militares, laicos y religiosos, mujeres, varones y 
GLBTI.
Retomemos el camino de ocupar calles y plazas, corrigiendo
 nuestros errores. Ganemos los gobiernos desde el nivel local hasta el 
nacional y recuperemos los estados para ponerlos al servicio de las 
ciudadanas y los ciudadanos en un ejercicio de democracia participativa 
permanente. Todo espacio político debe ser disputado, ninguno debe ser 
abandonado. No puede haber resignación. Debe haber espíritu de combate y
 de lucha para ganar en democracia, lo que hemos perdido y para mantener
 lo que aún tenemos.
    https://www.alainet.org/es/articulo/197173  
 
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