…Sólo
 en un mundo al revés e indiferente, como en el que vivimos, los 
migrantes  forzados, los desterrados de casa y de una vida digna en el 
hogar, son 
  criminalizados y tratados 
como delincuentes…. Y, sólo en un mundo injusto y  despiadado, el 
verdugo se disfraza de víctima y criminaliza a los excluidos…
  Urbano Arbide, agosto de 2017. 
Los centroamericanos, excluidos y desterrados
 Contrario a lo que divulgan y mal informan ciertos medios de 
comunicación, los miles de centroamericanos, que desde hace semanas 
ingresaron y transitan por México para intentar cruzar a EU, no son 
criminales. Se trata de personas y familias en situaciones de alta 
vulnerabilidad, que tuvieron que salir de sus hogares y sus países de 
origen porque sus condiciones de vida eran muy adversas. Como lo han 
señalado diversos especialistas y grupos pro-migrantes, son 
principalmente dos las motivaciones que han orillado (forzado) a estos 
centroamericanos a migrar.
 Por un lado, los muy bajos niveles de
 desarrollo socioeconómico, que se manifiestan en los altos índices de 
desempleo, los bajísimos e insuficientes salarios y la persistencia y el
 crecimiento de la extrema pobreza. Estos procesos de deterioro de las 
condiciones materiales de vida de la gente se han acentuado en los 
últimos años, principalmente debido a las políticas de libre mercado y 
las reformas estructurales dictadas (impuestas) por el intervencionismo 
norteamericano y ciertos organismos internacionales (BID, FMI, BM). 
Particularmente en Centroamericana la integración económica regional y 
la inserción inequitativa en la globalización neoliberal sólo han 
acrecentado la desigualdad y fomentado una creciente y muy selectiva 
acumulación de riqueza (en muy pocas manos); con el consecuente 
correlato de un acelerado proceso de incremento de la pobreza y la 
extrema pobreza; una gran mayoría de pauperizados arrojados a la 
precariedad.
 El otro gran motor que ha provocado la migración 
forzada tiene que ver con las condiciones de violencia estructural y 
generalizada (fenómenos como las pandillas, el crimen organizado, entre 
otros grupos delictivos), que ponen en riesgo de manera cotidiana la 
seguridad y vida de miles de personas en la región. 
 El circulo de la pobreza y la violencia
 En este sentido, el caso más acentuado de la relación entre pobreza, 
violencia y migración involuntaria no regular es Honduras. En los 
últimos años este país ha tenido uno de los índices de violencia, 
asesinatos y criminalidad más altos del continente y del mundo. De 
acuerdo a organismos de la ONU y ciertos especialistas, en la última 
década ha habido más de 70,000 asesinatos en ese país, lo que coloca a 
Honduras en una situación similar a la de países en condiciones de 
conflicto bélico. Además, en Honduras la brecha entre la extrema pobreza
 y la riqueza desorbitante se ha incrementados de manera drástica, 
particularmente desde el golpe de estado y el derrocamiento del gobierno
 de Zelaya (con el aval de EU). El Estado hondureño y sus instituciones 
están completamente rebasados y son incapaces (entre otras cosas por 
falta de voluntad política) de generar las condiciones de vida 
indispensables para la gran mayoría de los hondureños. De hecho, algunos
 especialistas en el tema señalan que cerca del 70% de la población de 
ese país desea salir de Honduras. 
 El contexto de los otros dos 
países del triángulo norte de Centroamérica no es mucho mejor. El 
Salvador tiene también acentuadísimas condiciones de inseguridad y 
violencia, así como alarmantes niveles de pobreza. Y la situación de 
Guatemala no es sustancialmente mejor. 
 La discriminación como estrategia de control migratorio
  Los centroamericanos nos son delincuentes, por el contrario, son 
desterrados que huyen de la pobreza y la violencia que padecen en sus 
lugares de origen. Escapan de sus hogares y comunidades porque el futuro
 no es posible y el presente es demasiado adverso. En este contexto, la 
discriminación de ciertos medios informativos y del gobierno de EU tiene
 por base una imagen estigmatizada y ficticia (que no corresponde a la 
realidad) de estos centroamericanos. Esta imagen es creada, deliberada 
y/o implícitamente, con los fines políticos e ideológicos de contener y 
controlar la migración forzada. Al negarles o no reconocerles su 
condición de migrantes forzados (y posibles refugiados), se les cancela y
 viola el derecho al asilo, al que tendrían por ley la posibilidad de 
recurrir. 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario