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Desde
la creación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)
en 1994, México, Estados Unidos (EE. UU.) y Canadá crearon una zona
comercial que sentó las bases de los acuerdos que establecería
posteriormente EE. UU. con varios países de América Latina y el Caribe
(ALC). Con el paso de los años, el TLCAN fue mostrando sus
contradicciones: grandes beneficios para ciertos sectores empresariales
estadounidenses a costa de la deslocalización empresarial y el descenso
de los salarios de los trabajadores del país. Del lado mexicano, el
resultado fue un abandono del campo y la profundización de la
dependencia por la vía de un modelo exportador-maquilador. Esto puso en
agenda la posibilidad de la reforma del TLCAN. Tras la llegada de Trump a
la Presidencia, la idea de que “era un mal acuerdo” fue la base de su
renegociación.[1] Más de un año después, los tres países han llegado al acuerdo de sustituir el TLCAN por el tratado denominado United States-Mexico and Canada Agreement, USMCA, (Acuerdo de Estados Unidos, México y Canadá).[2]
Este tratado se presenta como una modificación sustancial del TLCAN, en la que todas las partes aparecen como ganadoras.[3]
Sin embargo, algunos de los rubros más destacados parecen dar ciertas
notas de que, con este nuevo TLCAN, estamos ante dos tratados
bilaterales. Mientras, algunos analistas califican de ‘cosméticos’ los
cambios que aporta el USMCA respecto al TLCAN.[4] Veamos algunas de las principales modificaciones y continuidades.
Algunos cambios
Uno de los puntos de discusión durante
la renegociación fue la resolución de controversias. El nuevo acuerdo
preservará el mecanismo de solución de controversias comerciales
condensado en el capítulo 19 del TLCAN. A cambio, Canadá se comprometió a
incrementar el acceso a productores lácteos de EE. UU. en un 3,5% de su
mercado (antes era de 3,25%), el cual está valuado en unos 16 mil
millones de dólares al año.[5]
Una diferencia significativa es que en
el TLCAN existía un proceso de liquidación que se encontraba bajo el
capítulo 11 (demandas judiciales inversionistas-Estado e inversiones)[6]
el cual se eliminará gradualmente entre EE. UU. y Canadá. Sin embargo,
se mantendrá entre México y EE. UU. asegurando su vigencia en sectores
como petróleo, gas, infraestructura y telecomunicaciones, abiertos al
libre mercado bajo el Gobierno de Enrique Peña Nieto.[7]
En el sector automotriz también hubo
cambios en las reglas de origen. Con el TLCAN se exigía que un 62,5% de
la producción de un automóvil ligero se hiciese dentro de la región para
estar exento de aranceles. Con el nuevo acuerdo, se elevó a 75%.[8]
EE. UU. logró que entre un 40% y 45% del automóvil fabricado dentro de
los tres países tiene que estar fabricado por trabajadores que ganen al
menos 16 dólares por hora. Esta cláusula pretende evitar la
deslocalización de fábricas a México.[9]
La cláusula ‘sunset‘, sobre revisión y conclusión del acuerdo, se extendió a 16 años, con una revisión cada 6; en el TLCAN se revisaba cada 5 años.
En cuanto a las farmacéuticas, el nuevo
acuerdo estableció 10 años de protección contra la competencia genérica.
Esto tendrá repercusiones en los respectivos sistemas de salud, pero
sobre todo en México, pues dificultará al nuevo Gobierno poder cumplir
con uno de sus objetivos en el sector salud.[10]
Se incorpora un capítulo sobre comercio
digital, aunque EE. UU. cedió ante la posición canadiense de no aumentar
el tope de 30 dólares sin gravamen y México puso el tope en 50 dólares.[11]
En este negocio millonario, empresas como Ebay, Amazon, entre otras, no
lograron que se incrementara el tope máximo a 100 dólares. En cuanto a
los derechos de autor, con el nuevo acuerdo se obligará a que los sitios
de internet que infrinjan derechos de autor sean removidos, como se
hace desde hace dos décadas en EE. UU. Es una forma de censura habitual
utilizada por empresas que proveen servicios de internet.[12]
Lo que persiste…
El tema laboral sigue siendo el gran
ausente entre México y EE. UU. No obstante, además de la cláusula de los
trabajadores del sector automotriz, el nuevo acuerdo contempla un anexo
en el cual los tres países se comprometen a adoptar y cumplir normas y
prácticas laborales conforme a lo establecido por la Organización
Internacional del Trabajo (OIT). En este sentido, México tiene varios
convenios firmados, aunque la mano de obra mexicana se caracteriza por
condiciones de explotación, semiesclavitud y violación de derechos.[13]
Como hemos advertido anteriormente,
detrás de su retórica proteccionista, el Gobierno de Trump esconde una
política exterior de libre mercado basada en la expansión de las
empresas estadounidenses hacia terceros países.[14]
En cuanto a esto, se acordaron dos cosas: mantener los tipos de cambio
determinados por el mercado sin incurrir en una manipulación cambiaria y
se añadió el artículo (32.10) denominado “TLC con un país sin mercado”
por el que uno de los integrantes deberá informar a los otros sus
intenciones de iniciar un TLC con un país ‘sin mercado’. El punto cuatro
de este artículo indica que la entrada de cualquiera de las partes a un
acuerdo con un país ‘sin mercado’ permitirá a las otras partes
rescindir el acuerdo y reemplazarlo por uno bilateral.[15]Esta
cláusula está diseñada para evitar las relaciones comerciales con
países como China o Venezuela, a los que EE. UU. categoriza como países
carentes de ‘libertad de mercado’.
Un tema pendiente es el de aranceles al
acero y al aluminio. Funcionarios mexicanos mencionaron que eso se
negociará por separado y que en los siguientes meses se decidirá su
permanencia. Hay dos temas pendientes entre México y EE. UU.: la entrada
de atún y azúcar a territorio estadounidense, que ha generado litigios
largos para abrir el mercado estadounidense, sin éxito.[16]
Reflexión final
¿Supondrá el USMCA una mejora del TLCAN
para los intereses de los trabajadores estadounidenses, tal y como lo
presenta Donald Trump? ¿Obligará a mejorar las condiciones de trabajo en
México? ¿Beneficiará a las empresas de los tres países por igual? Lo
único cierto es que el USMCA debe ser firmado antes del 1 de diciembre y
posteriormente ratificado por el Congreso de EE. UU. Esto supedita su
aprobación al resultado de las elecciones legislativas en EE. UU., a
celebrarse el 6 de noviembre, donde una mayoría de demócratas en la
Cámara de Representantes y/o en el Senado podría dificultar su
ratificación.[17]
A esto se suma que, en las propias filas republicanas, no hay consenso
ante las decisiones de la Administración Trump y podrían producirse
sorpresas.[18]
De momento, el UMSCA es un acuerdo sobre el papel que deberá esperar
unos meses para mostrar su verdadera naturaleza y también su viabilidad.
[2]https://ustr.gov/trade-agreements/free-trade-agreements/united-states-mexico-canada-agreement/united-states-mexico
[6]https://www.eleconomista.com.mx/empresas/Acuerdan-mantener-Capitulo-11-de-disputas-20180126-0026.html
[7] https://expansion.mx/economia/2018/10/01/las-5-cambios-que-traera-el-usmca-al-reemplazar-al-tlcan
[9] https://lasillarota.com/dinero/estas-son-las-diferencias-que-hay-entre-el-tlcan-y-el-usmca-canada-estados-unidos-mexico-negociaciones/250067
[11] https://expansion.mx/economia/2018/10/05/cambios-en-el-usmca-aun-mantiene-freno-al-comercio-electronico
[12] https://mundo.sputniknews.com/economia/201810021082430344-usmca-implica-perdida-soberania-digital-estados-norteamericanos/
Licenciado y Maestro en Estudios Latinoamericanos por la UNAM.
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