En el lapso de un mes, 
entre inicios de mayo y junio del presente año, fueron asesinados siete 
defensores comunitarios de derechos en sus respectivos territorios. Luis
 Marroquín, Florencio Pérez, Alejandro Hernández y Francisco Munguía, 
pertenecían al Comité de Desarrollo Campesino (CODECA). Ramón Choc y 
Mateo Chamam, defensores del Comité Campesino del Altiplano (CCDA), y 
Juan Xol Can defensor perteneciente a ambas organizaciones.
En 
noviembre del pasado año, mientras CODECA realizaba un paro nacional de 
dos días, fueron asesinados los defensores Antonio Pérez, en Quiché, y 
Juan Cruz Jiménez, en Jutiapa. Durante dicha actividad, en Izabal, fue 
arrollado y herido por un carro el defensor Vicente Calderón. Todas 
estas muertes y agresiones siguen impunes. 
Por esas fechas, en 
Nebaj, Jacinto Brito, defensor y coordinador ixil de CODECA, fue 
aporreado brutalmente por desconocidos, luego de salir de una reunión 
sobre energía eléctrica. 
Características socioculturales de las vícitmas 
Todos
 estos asesinatos (con excepción de Luis Marroquín) y agresiones 
ocurrieron en el área rural. Los criminales son anónimos. No dejan 
ningún mensaje o seña expresa del motivo de su crimen. Aunque por los 
derechos que defendía las víctimas, y por los intereses que afectaba las
 resistencias comunitarias, los sospechosos son más que evidentes. 
Todas
 las víctimas son indígenas y/o campesinos empobrecidos, con bajo grado 
de escolaridad. Con familias imposibilitadas de emprender engorrosos 
procesos penales para juzgar a los culpables. 
La mayoría de 
defensores, al momento de ser asesinados, ocupaban cargos en sus 
estructuras organizativas de resistencia en sus territorios, frente a la
 presencia o amenaza de empresas o fincas vecinas. 
En los casos 
de defensores asesinados pertenecientes a CODECA, todas las víctimas son
 o fueron usuarios en resistencia en contra de los abusos de la empresa 
distribuidora de energía eléctrica ENERGUATE. 
En los casos de 
defensores pertenecientes a CCDA, las víctimas defendían sus tierras 
ante el avasallamiento por parte de finqueros. 
Todos los 
defensores asesinados de CODECA exigían públicamente al Estado la 
nacionalización de la distribución de la energía eléctrica, mediante 
acciones colectivas permanentes. 
Contexto que explica en parte los hechos criminales 
Desde
 hace más de siete años atrás, la empresa distribuidora de electricidad 
ENERGUATE, conjuntamente con los dos gobiernos nacionales de turno, 
desprestigiaron/desprestigian al movimiento CODECA. Hasta casi 
convertirlo en el “enemigo interno” del desarrollo del país en el 
imaginario colectivo nacional. 
Simultáneamente, ENERGUATE y la 
empresa pública colombiana EEGSA procedieron a criminalizar (demandarlos
 penalmente) a varios defensores principales y locales de CODECA por 
delitos que jamás pudieron comprobar en juicio. 
En 2012, el 
Gobierno de Otto Pérez Molina, creó una fiscalía especial (integrada por
 cinco agentes fiscales) para perseguir a todos cuantos organizan 
acciones de resistencia exigiendo la nacionalización de la electricidad.
 
En dicha contienda desigual, entre empresas-Estado y usuarios 
en resistencia, las empresas cometieron ilegalidades que incluso la 
misma ONU determinó responsabilidad del Estado de Guatemala por 
detenciones arbitrarias, en el caso del secuestro seguido del 
encarcelamiento ilegal cometido contra el fundador y coordinados de 
CODECA 
Otto Pérez Molina, en su guerra frontal contra CODECA, 
conceptualizó a este movimiento como: “Un cáncer social que crece 
peligrosamente en el país”. Dijo que tenía más de 500 órdenes de 
captura. Además, de crear la Fiscalía Especial contra el Hurto de 
Fluidos. 
El 2 de mayo pasado, el actual Presidente de la 
República, Jimmy Morales, sentenció, ante una multitud de manifestantes a
 su favor, que CODECA era una organización criminal. Días después, se 
desencadenó los asesinatos exprés de defensores comunitarios. El 
discurso presidencial fue perfomativo para la conducta criminal de los 
asesinos. Y la impunidad continúa siendo un estímulo para seguir 
eliminando más defensores incómodos a las empresas. 
¿A quién debe investigar el Ministerio Público? 
El
 Ministerio Público, si es consecuente con sus promesas para la defensa 
de defensores de derechos, por estas y otras muertes, debe investigar 
inmediatamente a las empresas distribuidoras de la energía eléctrica, 
ENERGUATE y EEGSA, que sistemáticamente criminalizan y difaman a 
defensores de CODECA. 
Dos sobrevivientes del asesinato de Juan 
Xol Can, según sus testimonios, identificaron a dos trabajadores de la 
cooperativa FEDECOVERA entre los atacantes armados. 
Debería de 
investigar también al Presidente Jimmy Morales por el discurso de odio 
que reiteró el 2 de mayo en contra de CODECA. Ese discurso, según los 
principales coordinadores de CODECA, activó/motivó los asesinatos 
selectivos contra defensores. 
Otra entidad que abiertamente 
ataca a defensores, desde los medios corporativos de información, es la 
Cámara del Agro-CACIF. Estas organizaciones empresariales deben ser 
investigados también por dichos asesinatos. 
En el caso del 
asesinato de Luis Marroquín, ya es de conocimiento público el informe de
 la pericia policial. En dicho informe se identifica al Alcalde del 
Municipio de San Pedro Pinula, Jalapa, y a sus dos guarda espaldas 
armados, en el vehículo desde donde acribillaron al defensor, minutos 
después del suceso. 
 Después de observar en los territorios los
 diferentes casos de asesinatos, concluimos que ningún delito se consumó
 fortuitamente. Estos datos nos indican que los predadores de defensores
 de derechos, ante el fracaso de sus tácticas y estrategias de ataque 
mediático y legal previos, están migrando de la 
difamación/criminalización, hacia la eliminación física selectiva de 
defensores para frenar procesos de acciones de resistencia en las 
comunidades. 
 
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