The Bullet
| Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos | 
En 1979 un 
levantamiento popular encabezado por el Frente Sandinista de Liberación 
Nacional (FSLN) derrocó a la dictadura de la familia Somoza, a la que 
respaldaba Estados Unidos y que había gobernado Nicaragua desde la 
década de 1930, y en 1984 los sandinistas y su candidato presidencial 
Daniel Ortega obtuvieron una victoria aplastante en las primeras 
elecciones libres celebradas en el país en décadas. Los sandinistas 
introdujeron un importante programa de redistribución de la tierra y un 
aumento significativo de los servicios de sanidad pública y educación. 
Sin embargo, los logros iniciales se vieron socavados por el impacto de 
una oposición armada (la “contra”) organizada y promovida por Estados 
Unidos,  el  colapso de los precios internacionales de las materias 
primas a principios de la década de 1980 y los errores de la política 
sandinista, incluido un excesivamente ambicioso programa de inversiones a
 gran escala.
 En 1990 una población cansada de la guerra voto a 
una amplia coalición liderada por Violeta Chamorro, viuda de un 
distinguido periodista asesinado por orden de Somoza. El  G  obierno de 
Chamorro siguió una política de reconciliación nacional pero para 
obtener una muy necesitada financiación el Fondo Monetario Internacional
 (FMI)  este  le obligó a adoptar políticas económicas excepcionalmente 
austeras. Tras un relanzamiento del crecimiento económico a mediados de 
la década de 1990 Arnoldo Alemán, un populista de derecha que 
posteriormente fue condenado a diez años de cárcel por corrupción, ganó 
las elecciones de 1996. En 2001 lo sucedió quien había sido su 
vicepresidente, Enrique Bolaños, un líder empresarial ferozmente 
antisandinista.  
Tras la derrota sandinista de 1990 muchos 
activistas abandonaron el partido debido a su disconformidad con el 
liderazgo de Ortega y a la falta de democracia interna en el partido. 
Algunas personas formaron un pequeño grupo disidente, el Movimiento 
Renovador Sandinista (MRS), mientras que otras se involucraron en 
proyectos locales de desarrollo y en la creación de un movimiento 
independiente de mujeres. Sin embargo, en 2006 los indisciplinados 
partidos liberal y conservador no lograron ponerse de acuerdo para 
presentar conjuntamente un candidato a las elecciones presidenciales, lo
 que permitió a Ortega (que se había presentado a cada una de las 
elecciones desde la década de 1980) ganarlas con una minoría de votos. 
A
 pesar de que la Constitución prohíbe los mandatos presidenciales 
consecutivos, la Comisión Electoral autorizó a Ortega presentarse de 
nuevo a las elecciones presidenciales de 2011 y fue reelegido 
presidente. Posteriormente la Asamblea Nacional con mayoría sandinista 
aprobó un cambio constitucional para permitir los mandatos 
presidenciales consecutivos y en 2016 Ortega se volvió a presentar a las
 elecciones presidenciales, esta vez con su esposa, Rosario Murillo, 
como candidata a la vicepresidencia. Poco antes de las elecciones, se 
privó a los principales candidatos de la oposición de su derecho a 
presentarse a las elecciones, lo que permitió a Ortega y Murillo una 
victoria segura.
El nexo familia-partido-Estado
Desde que 
Ortega volvió a asumir la presidencia en 2007 ha gobernado gracias a una
 estrecha alianza con los principales grupos empresariales de Nicaragua.
 El Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), la principal 
organización empresarial privada, había tenido una relación 
extremadamente conflictiva con el Gobierno sandinista en la década de 
1980, pero mantiene una relación muy estrecha con el Gobierno actual. La
 American Chamber of Commerce [Cámara Estadounidense de Comercio], que 
incluye a las principales empresas estadounidenses del país, también ha 
trabajado estrechamente con el Gobierno, aunque después de una elección 
muy reñida a principios de 2018 el presidente de la filial nicaragüense 
de Cargill fue nombrado presidente después de hacer campaña a favor de 
emprender una trayectoria más independiente. El Gobierno también ha 
podido contar con el apoyo de los líderes de los principales sindicatos,
 que están afiliados al FSLN.
Ortega ha intentado asegurarse de 
que no surja ninguna fuerza política a la izquierda y el disidente MRS 
no se pudo registrar para las elecciones en 2016. Hay muchos partidos de
 derecha, pero son pequeños y en muchos casos son poco más que feudos 
personales de sus líderes. Uno de los partidos más grandes, el  Partido Liberal Constitucionalista 
 (PLC), que ganó las elecciones en 1996, ha proporcionado apoyo a Ortega
 desde principios de la década de 2000, inicialmente bajo un “pacto” que
 permitió a su líder, Alemán, cumplir en su hacienda la pena de cárcel a
 la que fue condenado por corrupción.
La otra agrupación importante de derecha, el  Partido Liberal Independiente 
 (PLI), fue la fuerza líder de un frente electoral que podría haber sido
 la oposición más seria a Ortega en las elecciones de 2016. Sin embargo,
 esta oposición quedó minada unos meses antes de las elecciones cuando 
el Tribunal Supremo del país, dominado por personas nombradas por los 
sandinistas, entregó el control del partido a un grupo minoritario. Los 
candidatos originales del partido a la presidencia y vicepresidencia no 
se pudieron presentar y sus 28 representantes en la Asamblea Nacional 
tuvieron que renunciar a sus escaños. Desde entonces el que fuera 
durante mucho tiempo líder del PLI, un banquero, se ha retirado y 
algunos exmiembros del partido han fundado dos organizaciones políticas 
nuevas: Ciudadanos  por la Libertad  ( CxL), que fue reconocido legalmente en mayo de 2017 y más tarde ese mismo año participó en las elecciones municipales; el  Frente Amplio por la Democracia 
 (FAD), en cambio, considera que las actuales elecciones son un farsa y 
se ha centrado en crear un nuevo movimiento desde la base hacia arriba.
En
 las elecciones generales de 2016, cuando los principales candidatos del
 FSLN, Daniel Ortega y Rosario Murillo, obtuvieron el 72 % de los votos,
 se informó de que había habido una baja participación ya que al parecer
 muchas personas, incluidas quienes eran partidarias del FSLN, 
consideraban que el resultado estaba preparado de antemano. En las 
elecciones a la Asamblea Nacional el FSLN obtuvo 70 de los 91 escaños y 
14 escaños fueron para la domada oposición a Ortega, el PLC.
El 
propio Ortega hace relativamente pocas apariciones públicas y según 
informes no oficiales tiene problemas de salud. Rosario Murillo, que ya 
desempeñaba un papel importante coordinando el trabajo de los diferentes
 ministros del Gobierno, desempeña un papel cada vez más importante 
gestionando día a día el gobierno del país. Murillo hace ahora 
prácticamente todos los anuncios ministeriales, generalmente durante un 
programa regular de radio a medio día, y se exige a los alcaldes de los 
municipios controlados por el FSLN que asistan a reuniones regulares con
 ella en Managua. Murillo también ha creado una sólida base de apoyo en 
el movimiento juvenil sandinista, que cuenta con una fuerte presencia en
 las universidades.
En las elecciones municipales de 2017 el FSLN
 ganó en 135 municipios, mientras que el PLC ganó en 11 y el nuevo 
partido, el CxL, en 6. Sin embargo, al igual que había ocurrido en las 
anteriores elecciones municipales, hubo denuncias generalizadas de 
irregularidades y en 2017 se ocultó el índice de apoyo a los diferentes 
partidos ya que solo se publicaron las cifras de la proporción de votos.
 En la parte más poblada del país a lo largo del Pacífico el FSLN obtuvo
 una aplastante victoria aunque la participación fue baja; en las zonas 
rurales del centro, donde la contra había tenido una base social en la 
década de 1980, el PLC y el CxL obtuvieron sus mejores resultados; en la
 poco poblada zona del Caribe el partido local con base indígena también
 obtuvo apoyo aunque las elecciones se vieron empañadas por la violencia
 entre los partidarios de los grupos rivales (1). Al parecer algunos 
miembros veteranos del FSLN también están descontentos por el hecho de 
que Rosario Murillo introdujera un procedimiento centralizado para 
seleccionar a los candidatos que supuestamente favorecía a sus 
partidarios más jóvenes (2). 
La OEA y Estados Unidos
En 
respuesta a las acusaciones de irregularidades electorales el secretario
 general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) Luis Almagro
 se reunió con Ortega en febrero de 2017. Para decepción de los críticos
 de Ortega, Almagro concedió a este último cuatro años para rectificar 
las deficiencias del sistema electoral del país. Ortega se encuentra 
bajo una fuerte presión internacional para responder a la OEA pero dado 
que inesperadamente perdió las elecciones en 1990, parece decidido a 
hacer el mínimo de concesiones necesarias para apaciguar las críticas 
externas con el fin de asegurarse su victoria o la de algún sucesor 
designado por él en las elecciones de 2021.
Como quizá era de 
esperar, el Gobierno de Estados Unidos y su embajador en Nicaragua han 
sido los principales críticos del una vez izquierdista presidente de 
Nicaragua y su régimen. Las autoridades estadounidenses han llamado la 
atención acerca de lo que consideran “regularidades significativas” en 
las elecciones nacionales y locales en Nicaragua desde 2011 y tras las 
elecciones nacionales de 2016 congresistas estadounidenses de los dos 
partidos principales propusieron la Ley de Condicionalidad de la 
Inversión en Nicaragua para exigir a los representantes estadounidenses 
en el Banco Mundial y en Banco de Desarrollo Interamericano votar en 
contra de aprobar cualquier préstamo a Nicaragua. La Cámara de 
Representantes aprobó esa ley en octubre de 2017 y se necesita la 
aprobación del Senado para entrar en vigor. Mientras tanto, la Agencia 
Estadounidense de Ayuda Internacional, que ha estado proporcionado unos 
10 millones de dólares al año en ayuda al desarrollo, incluyó solamente 
200.000 dólares para Nicaragua en su presupuesto de 2017-2018 y nada en 
absoluto para los años siguientes (3). 
En una medida más directa
 en diciembre de 2017 Estados Unidos utilizó la Ley Global Magnitsky 
para prohibir a Robert Rivas, presidente de la Comisión Electoral de 
Nicaragua, el uso de los servicios bancarios en Estados Unidos. Hasta 
entonces esta ley solo se había utilizado contra funcionarios de los 
Gobiernos ruso y venezolano. De forma inexplicable Rivas había acumulado
 muchas propiedades de lujo en Nicaragua, Costa Rica y París. Ha sido un
 estrecho aliado de Ortega y aunque desde entonces sus funciones se han 
transferido oficialmente a su sustituto, aunque se le ha permitido 
mantener el título de presidente de la Comisión Electoral.
La 
policía y el ejército nicaragüenses fueron refundados después de la 
Revolución de 1979 y durante mucho tiempo gozaron de una reputación 
inusualmente buena debido a su honradez. Sin embargo, en los últimos 
diez años han aumentado las quejas, en particular respecto a la policía 
(4). Lo que quizá sea más grave es que también existe el temor de que se
 esté debilitando la independencia de ambas instituciones. Tanto la 
policía como el ejército habían establecido procedimientos para que los 
oficiales de alto rango cumplieran un mandato y después pasaran a 
jubilarse. No obstante, la Asamblea Nacional ha anulado y posteriormente
 cambiado las normas referentes a la jubilación en ambas instituciones y
 los actuales titulares están ejerciendo su tercer mandato consecutivo. 
Se teme que eso haya reducido su independencia y al menos da la 
impresión de que están en deuda con Ortega.
Los medios de 
comunicación más importantes de Nicaragua son la televisión y la radio, y
 la inmensa mayoría están en manos de dos grupos que controlan entre 
ellos 10 canales de televisión. Uno de los grupos es propiedad del 
empresario mexicano Angel González, cuyos canales se dedican de forma 
predominante al entretenimiento y evitan las polémicas políticas; el 
otro grupo está controlado por la familia Ortega y transmite lo que se 
ha descrito como una mezcla de propaganda oficial, periodismo 
sensacionalista y entretenimiento de masas. La única excepción es el 
Canal 12, que produce un programa de información crítica dedicado a la 
actualidad de Nicaragua.
Un fuerte crecimiento económico pero una desigualdad cada vez mayor
Con
 una población de 6.2 millones de personas en 2017 Nicaragua tiene el 
segundo ingreso per capita más bajo de las Américas. Su economía ha 
crecido mucho en los últimos años, aunque la producción cayó en 2009 a 
consecuencia de la profunda recesión en Estados Unidos y otros mercados 
principales. Entre 2010 y 2017 el promedio del crecimiento económico fue
 un poco inferior al 5 % al año, el tercero más alto en América Latina 
detrás de Panamá y la República Dominicana (5).
La economía sigue
 siendo dependiente de la exportación de productos primarios, 
fundamentalmente café, carne de vacuno, oro y azúcar. Además, desde la 
década de 1990 ha habido un aumento significativo de la producción en 
zonas francas de exportación, sobre todo de productos textiles y más 
recientemente de ensamblajes de arneses eléctricos para automóviles 
producidos en México. Con todo, todavía hay un amplio sector de 
agricultores de subsistencia, particularmente en las zonas más 
montañosas del norte del país, y en las ciudades hay un sector comercial
 muy amplio, en gran parte basado en el trabajo informal.
Los 
ingresos de las exportaciones de Nicaragua aumentaron mucho hasta 2014, 
aunque desde entonces el crecimiento se ha ralentizado debido al 
descenso de los precios del mercado mundial. En 2017 las exportaciones 
de bienes ascendieron a 4.100 millones de dólares, pero las 
importaciones fueron considerablemente mayores ya que ascendieron a 
6.600 millones de dólares. El déficit se ha cubierto en parte con las 
remesas familiares, que han aumentado considerablemente en los últimos 
años. Debido a la situación laboral en Nicaragua muchas familias cuentan
 con al menos un miembro que trabaja en el extranjero, sobre todo en 
Estados Unidos o en la vecina Costa Rica, y en 2017 las remesas 
ascendieron a 1.400 millones de dólares. 
Nicaragua también ha 
recibido una importante inversión directa en los últimos años atraída 
por los bajos salarios y la relativa seguridad en comparación con los 
vecinos Honduras y El Salvador. La inversión directa neta ascendió a 816
 millones de dólares en 2017 y se dirigió fundamentalmente a la 
industria manufacturera, las telecomunicaciones, el comercio y la 
energía. La fuente principal fue Panamá (22 %), seguida de Estados 
Unidos (13 %) y México (12 %). 
Hasta hace poco Nicaragua se 
había beneficiado de petróleo suministrado en unas condiciones muy 
ventajosas por Venezuela. El suministro se organizaba a través de una 
compañía llamada Alba de Nicaragua SA o Albanisa, un 51 % de la cual era
 propiedad de la empresa estatal de petróleo de Venezuela y un 49 % de 
la empresa estatal de petróleo de Nicaragua, Petronic. Según el acuerdo 
firmado con Venezuela, se suponía que Nicaragua pagaba la mitad del 
coste del petróleo importado y la otra mitad era un crédito a bajo 
interés y a largo plazo que proporcionaba a Albanisa y a una red de 
empresas subsidiarias fondos para invertir en una amplia gama de 
proyectos en Nicaragua (6). Se calcula que entre 2008 y 2014 Nicaragua 
se ha beneficiado de unos 3.500 millones de dólares de esta manera pero,
 de manera controvertida, a pesar de ser deuda pública, esta importante 
fuente de financiación externa no se registró en las cifras oficiales 
del Gobierno.
A medida que se deterioraba la situación en 
Venezuela el suministro de petróleo fue disminuyendo y en 2017 no se 
recibió suministro alguno. Se había planificado que Venezuela 
construyera una nueva e importante refinería en el país, pero esos 
planes fueron cancelados. Desde entonces Nicaragua ha tenido que comprar
 petróleo en el mercado internacional y los gastos sociales financiados 
con los ingresos procedentes del petróleo venezolano se han tenido que 
reducir. Al mismo tiempo Nicaragua ha empezado a incluir en las cifras 
oficiales de deuda del país las cantidades que debe a Venezuela debido a
 las fuertes presiones del Fondo Monetario Internacional.
 En
 2013 el Parlamento de Nicaragua concedió a un inversor chino, Wang 
Jing, una concesión a 100 años para construir y gestionar un canal 
interoceánico a través de Nicaragua, un megaproyecto que podr  ía  
albergar a barcos aún más grandes que los que transitan por el Canal de 
Panamá y que ha sido considerado un medio de acelerar el desarrollo 
económico del país. Este proyecto por valor de 50.000 dólares se ha 
encontrado con una fuerte oposición de los ecologistas y también con un 
importante movimiento de oposición entre aquellos campesinos cuyas 
tierras tendr  ía  n que ser expropiadas y cuyas manifestaciones fueron 
duramente restringidas por la policía. L  a  s obras del canal se han 
aplazado en medio de informes referentes a que Wang sufrió grandes 
pérdidas cuando se desplomó el mercado chino de valores en 2015-16. De 
ser un elemento fundamental de los planes de desarrollo del Gobierno el 
canal ha pasado a no ser siquiera mencionado por Ortega en su discurso 
al inicio del nuevo mandato presidencial en 2017 y parece poco probable 
que se vaya a construir alguna vez. 
En los últimos años se ha 
producido una considerable inversión en comunicaciones e 
infraestructuras. Es especialmente significativo en el estado de muchas 
carreteras. Se están ampliando y volviendo a asfaltar las carreteras 
principales mientras que se está ampliando constantemente la red de 
carreteras aptas para todo tipo de climas en las zonas rurales. También 
ha aumentado considerablemente el acceso a la electricidad, 
especialmente en las zonas rurales. Según cifras oficiales, la cobertura
 aumentó desde aproximadamente el 70 % de los hogares en 2010 al 94 % en
 2017. La empresa estatal de distribución fue privatizada en 2000 y se 
volvió a vender en 2014 a una empresa registrada en España pero que se 
cree que está vinculada al Gobierno. 
El suministro de agua ha 
permanecido en el sector público y también aquí se ha invertido para 
aumentar su cobertura. Pero aunque aproximadamente el 90 % de los 
hogares tienen ahora acceso al agua potable en las zonas urbanas, la 
cifra es ligeramente superior al 30 % en las zonas rurales. Existe un 
programa para construir viviendas para personas con ingresos bajos, pero
 la construcción de viviendas disminuye desde 2015. Según la Asociación 
de Constructores de Viviendas, aproximadamente la mitad de las viviendas
 construidas en 2017 estaban destinadas a familias con ingresos bajos, 
pero equivalían a solo 2.500 unidades. No obstante, se ha invertido en 
espacios públicos de muchas ciudades y se han construido parques 
infantiles además de lugares para sentarse y un muy utilizado acceso 
gratuito a internet.
El continuo crecimiento económico ha 
provocado un aumento de las personas que trabajan. La cifra oficial de 
la tasa de paro descendió al 3.5 % para los hombres y al 3,8 % para las 
mujeres en 2017, aunque esto presenta un cuadro bastante engañoso ya que
 a los trabajadores sin un trabajo formal les quedan pocas opciones que 
no sean buscar ingresos en algún trabajo informal. Incluso según las 
cifras oficiales, en 2017 el empleo informal ascendía al 42 % de la 
fuerza de trabajo.
La cantidad de personas que están empleadas 
formalmente e inscritas en el sistema de seguridad social aumentó de 
534.881 en 2010 a 914.196 en 2017. Esto proporciona a los trabajadores 
una pensión al jubilarse, pero se ha ralentizado el aumento de personas 
inscritas y la cobertura es muy desigual. Mientras que aproximadamente 
el 75 % de los trabajadores empleados en el suministro de agua y 
electricidad está asegurado, en la industria manufacturera el 
porcentajes es de solo el 45 % y en la agricultura es inferior al 10 %. 
En todo caso, el sistema de seguridad social tiene un grave déficit de 
financiación y como ha advertido repetidamente el FMI, sufrirá un 
colapso que supondrá al Gobierno central más demanda financiera en 2019.
La
 situación en el ámbito laboral ha contribuido a que los campesinos 
pobres de las regiones centrales del país avancen hacia el Caribe en 
busca de tierras para cultivar, un proceso que se ha visto agravado por 
el aumento de las grandes inversiones en agricultura capitalista que ha 
desplazado a muchos pequeños agricultores. Esta migración de 
agricultores ladinos* ha llevado a graves enfrentamientos, en ocasiones 
mortales, con miembros de los grupos indígenas a quienes la Constitución
 nicaragüense garantiza el derecho exclusivo a cultivar la tierra en las
 regiones autónomas del Caribe.
Las escasas oportunidades de 
empleo en Nicaragua explica por qué tantos trabajadores buscan trabajo 
en otros países. Muchos de estos trabajadores emigrantes son 
trabajadores no cualificados, pero los cualificados, incluidos aquellos 
que tienen titulación universitaria, también se han visto obligados a 
buscar trabajo fuera del país y se calcula que aproximadamente un 20 % 
de la población vive en el extranjero. Las remesas que envían a sus 
familias han desempeñado un papel fundamental en el mantenimiento del 
nivel del vida del país.
Cuando Ortega regresó al poder en 2007 
su Gobierno emprendió un programa contra la pobreza llamado “Hambre 
Cero”, que proporcionaba a los hogares más pobres apoyo agrícola básico 
y, lo que es más importante, láminas onduladas de zinc para 
impermeabilizar los techos de sus chozas. Sin embargo, a medida que los 
recursos financieros de Venezuela han ido disminuyendo el programa 
“Hambre Cero” se ha ido reduciendo y entre 2018 y 2022 se irán retirando
 paulatinamente las tarifas subvencionadas de electricidad para hogares 
con bajos ingresos y para pensionistas, que también se financiaban con 
los recursos de Venezuela. Según informes anuales independientes 
elaborados entre 2009 y 2015, la proporción de población que vive en la 
pobreza experimentó un descenso limitado, del 44.7 % al 39.0 %, y la de 
quienes viven en la pobreza extrema del 9.7 % al 7.6 %. El descenso más 
significativo se registró en las zonas rurales (7).
Tras asumir 
la presidencia en 2007 el Gobierno Ortega aumentó considerablemente el 
salario mínimo oficial. Sin embargo, para la gran mayoría de los 
trabajadores los aumentos salariales se quedaron por detrás de la 
inflación y solo en 2010 los salarios reales han empezado a registrar un
 aumento. Según cifras oficiales, entre 2010 y 2017 los salarios reales 
de los trabajadores en el empleo formal aumentaron aproximadamente un 10
 % al convertirse en dólares o solo algo más del 1 % anual. En 2017 el 
salario medio equivalía a unos 340 dólares al mes. En el sector 
financiero y en el minero la cifra era algo más alta, un poco más de 500
 dólares al mes, pero en el sector manufacturero la media era de solo 
230 dólares al mes, mientras que la media de los trabajadores agrícolas 
era de solo 130 dólares al mes. Para el Gobierno los bajos costes 
salariales han sido claramente una parte importante de su estrategia 
para atraer la inversión extranjera.
Nicaragua también tiene una 
próspera clase media comercial y una muy rica clase alta. Según cifras 
de CEPAL, el 10 % más rico recibe aproximadamente el 33 % de los 
ingresos nacionales y junto con el siguiente 10 % casi el 50 % de los 
ingresos nacionales (8). En este grupo se incluye a las familias 
tradicionales propietarias de tierras, muchas de las cuales también se 
han diversificado y dedicado al comercio o a la industria. También se 
vincluye a los comerciantes nuevos ricos que se han beneficiado del boom
 del comercio. Según el informe de CEPAL, aunque la desigualdad 
disminuyó ligeramente en el periodo comprendido entre 2002 y 2008, como 
en casi toda América Latina, Nicaragua fue el único país en el que la 
desigualdad aumentó entre 2008 y 2014 (no se dispone de cifras más 
recientes para Nicaragua). Según un estudio de Oxfam publicado en 2015, 
en Nicaragua había 210 multimillonarios, cada uno de ellos con unos 
activos netos de 30 millones de dólares (9). Se calcula que el 
empresario más rico de Nicaragua, Carlos Pellas, ha acumulado una 
fortuna de 2.400 millones de dólares, una de las mayores de América 
Central, pero algunos líderes sandinista también se han enriquecido 
recientemente, aunque a menor escala.
¿El principio del fin?
El
 Gobierno nicaragüense se enfrentó a un difícil pronóstico económico 
para 2018 con la amenaza de que Estados Unidos empezara a limitar su 
acceso a las instituciones financieras internacionales, además de la 
necesidad de ajustarse al fin del apoyo financiero de Venezuela. Ante 
estos retos tanto el FMI como el Banco Central de Nicaragua han reducido
 las perspectivas de crecimiento para 2018 y 2019. En abril de 2018 
Ortega se enfrentó al reto político más grave desde que volvió al poder 
en 2007.
El Gobierno anunció que para hacer frente al fuerte 
déficit de la Seguridad Social las pensiones se reducirían un 5 % y se 
aumentarían las cotizaciones de las pensiones tanto de los trabajadores 
como de los empleadores. Una manifestación en Managua de pensionistas en
 contra de la reducción de sus pensiones recibió el apoyo de los 
estudiantes de las universidades públicas de la ciudad, pero la policía 
antidisturbios y miembros de la organización sandinista juvenil hicieron
 frente a los estudiantes que se manifestaban. A lo largo de los tres 
días siguientes aumentaron los enfrentamientos callejeros, que se 
extendieron a otras ciudades y provocaron más de 40 personas muertas y 
muchas otras heridas.
Al cabo de cuatro días Daniel Ortega 
apareció en la televisión flanqueado por su esposa y los jefes de la 
policía y el ejército, y condenó lo que calificó de manipulación de unos
 estudiantes inocentes por parte de oponentes políticos con intenciones 
ocultas. Pero el hecho de que no condenara las muertes provocó nuevas 
críticas y en una segunda aparición ese mismo día anunció que se iba a 
cancelar la reforma de las pensiones y que el Gobierno iba a iniciar un 
diálogo con la organización empresarial del país sobre cómo reformar el 
sistema de pensiones. Las organizaciones empresariales, que hasta 
entonces habían mantenido de unas estrechas relaciones con el Gobierno, 
afirmaron que no iban a entablar negociaciones hasta que cesara la 
violencia policial contra los manifestantes y apoyaron los llamamientos a
 una importante manifestación pacífica al día siguiente. También 
insistieron en que cualquier negociación debía incluir a todos los 
sectores de la sociedad nicaragüense.
El lunes 23 de abril 
decenas de miles de personas acudieron a una gran manifestación pacífica
 en Managua y también hubo grandes manifestaciones en otras ciudades. 
Las autoridades no trataron de intervenir y las manifestaciones 
transcurrieron pacíficamente. No obstante, para entonces las 
reivindicaciones de los manifestantes ya había ido más allá de la 
cuestión de la mera reforma de las pensiones y se habían ampliado hasta 
incluir expresiones de profundo descontento con el régimen de la familia
 Ortega. Sin embargo, a falta de una oposición política seria no estaba 
claro cuál podría ser la alternativa. 
Notas: -   (1) Elecciones  municipales 2017. Tres  nicaraguas,  tres escenarios diferentes, Envío,  diciembre de 2017.
(2) Observadores del eclipse institucional, Envío, septiembre de 2017.
(3) Preocupa deterioro de relación con EE.UU., La Prensa, 23 de marzo de 2018.
(4) Véase Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), Informe Anual 2016, 2017.
(5) A menos que se indique otra cosa, la fuente de las cifras es Banco Central de Nicaragua, Anuario Estadístico 2017, abril de 2018, disponible en www.bcn.gov.ni.
(6) Para más detalles véase la serie de artículos en confidencial.com.ni de Iván Olivares, ‘La ‘alcancía’ de Albanisa’ (9 April 2016), ‘Una ‘pulpería’ de negocios’ (11 de abril de 2016) y ‘La deuda: de Caruna a Albanisa’ (13 de abril de 2016) y de Enrique Saenz, ALBANISA, Confidential, 27 de septiembre de 2017.
* En América Central y México las personas ladinas son aquellas que son mestizas y solo hablan castellano (N. de la t,)
(7) Fideg, Encuesta de hogares para medir la pobreza en Nicaragua. Informe de resultados 2015 .
(8) CEPAL, Panorama Social de América Latina , 2017.
(9) Oxfam, Desigualdad Extrema y Secuestro de la Democracia en América Latina y el Caribe, 2015.
Fuente: https://socialistproject.ca/2018/05/family-party-state-nexus-in-nicaragua/#more-2303
 


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