Escándalos policiales
Izquierda Diario
La detención del 
joven de 15 años, Tadeo Villanueva, suma una nueva denuncia para 
carabineros el mismo día del cambio de mando presidencial. Montajes, 
corrupción y brutalidad siguen sumando el prontuario de la institución. 
Pero ya no se trata sólo de represión. El año político recién comienza y
 la institución sufre ahora el escándalo de Hermes Soto. Su hoja de vida
 acusa que acudía a prostíbulo, exigiendo ser atendido gratis a cambio 
de protección. Ahora es un "honorable" general. La pestilencia es de la 
institución entera, no de unos pocos. Por algo está arriba y abajo.
¿Quién dijo que no eran corruptos?
Salio
 a la luz la podredumbre. Más de cuarenta alertas fueron recibidas desde
 2010 sobre irregularidades internas dirigidas al alto mando de 
carabineros de Chile. Compras con sobreprecio, sueldos con asignaciones 
indebidas, anomalías en la adquisición de vehículos, licitaciones 
dirigidas y fraudes en la construcción de cuarteles, son parte del menú 
que descubrieron decenas de inspecciones de Contraloría.
El
 primero fue la creación de la Dirección de Compras Públicas, a fines de
 2014, la que centralizó los procesos de licitaciones. Al asumir Bruno 
Villalobos como general director, se elevó el rango del Departamento de 
Cuarteles, que dependía de la Dirección de Logística, y se convirtió en 
la Dirección de Abastecimiento e Infraestructura. Esta nueva dirección 
está encargada de la construcción de cuarteles. Este movimiento fue la 
respuesta a un fraude que involucró más de $365 millones en la 
reposición de cuarteles en Aysén. Villalobos también impulsó la 
separación del Departamento de Remuneraciones –epicentro del fraude de 
los $8 mil millones– de la Dirección de Finanzas. Actualmente, las 
remuneraciones están a cargo de un general inspector, quien a su vez es 
supervisado por el subdirector de Carabineros.
“En tales 
fiscalizaciones (la Contraloría) ha detectado irregularidades, en 
materia de remuneraciones, pagos al personal, adquisiciones de 
radiopatrullas, mantención y repuestos de vehículos, reposición de 
retenes o cuarteles, compras de equipos computacionales, pago de 
remuneraciones a profesores en academias policiales, préstamos 
habitacionales, aspectos contables, uso de vehículos, uso y mantención 
de aeronaves policiales y procesos de compras de insumos, entre otros”, 
señaló la minuta elaborada por la Contraloría.
Los informes de 
Contraloría también están plagados de pequeñas faltas: oficinas de 
Carabineros contratando TV cable premium con fondos fiscales, un mayor 
presionando a particulares para contratar a su propia empresa de 
seguridad, altos mandos utilizando vehículos policiales y funcionarios 
para sus mudanzas particulares, una esposa de un general recorriendo el 
río Calle Calle en una lancha institucional y un mayor utilizando carros
 policiales para ir a dejar a sus hijos al colegio. Una cultura de 
fraudes menores y granjerías que fueron tierra fértil para incubar la 
manga ancha que dio paso a la corrupción en gran escala.
El 
megafraude llega a $26 mil millones que al salir a la luz obligo a la 
renuncia del general Villalobos. Esta es la institución que cuida al 
gobierno y a un Estado capitalista igual de corrupto.
¿Quién dijo que era creíble? El montaje
Esta
 institución al servicio de las grandes empresas forestales no dudo en 
realizar cruentos montajes contra el pueblo Mapuche. Primero fue Aquiles
 y ahora Gonzalo Blu. Los dos altos oficiales de la institución 
uniformada debieron abandonar sus cargos, en distintos periodos 
presidenciales de Sebastián Piñera, en medio de polémicos casos. Blu 
Rodríguez será imputado como el responsable de más alto rango de 
Carabineros en el montaje de la Operación Huracán que mantuvo preso al 
líder de la CAM Héctor Llaitul y a otros siete comuneros mapuche 
acusados de atentados incendiarios en la IX Región.
La denuncia 
se desprende de la denominada Operación Huracán: un despliegue policial 
para dar con los autores de una serie de atentados incendiarios en el 
sur de Chile y por el cual se detuvo a ocho mapuches a fines de 
septiembre de 2017. Los montajes incluirían pruebas de Whatsapp falsas y
 mensajes de correo electrónico que nunca existieron.
¿Quién dijo que no asesina?
La
 policía chilena tiene un largo prontuario represivo contra estudiantes,
 trabajadores y la izquierda. En dictadura, no se puede olvidar que el 
año 1973 fue carabineros de Chile que realizo las primeras labores de 
tortura poniendo sus dependencias como centros de detención. El caso 
“cuesta Barriga”, los “hornos de Lonquen” involucran a carabineros en 
las desapariciones de militantes de izquierda.
El año 2011 en el 
marco de las protestas estudiantiles fue responsable de la muerte del 
estudiante Manuel Gutiérrez. El trabajador forestal Rodrigo Cisterna, el
 minero Nelson Quichilllao también figuran dentro de su prontuario.
No son solo sus cúpulas es toda la institución
Tras
 la salida de Villalobos, se habla de un recambio en los altos mandos. 
El responsable de asumir la cabecilla de la institución ya cuando era un
 teniente, pedía servicios gratis en un prostíbulo a cambio de 
protección como se lee en un documento filtrado al diputado PC Hugo 
Gutiérrez. Unos simples policías de calle le dan una golpiza y amenazan a
 un secundario en Valparaíso. Generales roban millones. ¿Quién puede 
dudar de que el problema es toda la institución?
 
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