La Cámara Federal de Casación Penal ordenó revocar la prisión 
domiciliaria al represor Miguel Etchecolatz, quien deberá cumplir en la 
cárcel tres condenas perpetuas por violaciones a derechos humanos.
A finales de diciembre un tribunal criminal federal determinó otorgar
 al ex policía el beneficio del arresto domiciliario, lo que generó una 
ola de repudio entre organizaciones sociales y los ciudadanos.
El falló, dictado por la cuarta sala y que contó con el voto 
favorable de Mariano Borinsky y Gustavo Hornos, consideró que el 
genocida está en condiciones de cumplir su condena en la prisión bajo 
cuidados médicos.
Para Hornos, la prisión domiciliaria fue una 
decisión jurisdiccional que no puede tomarse de manera automática o irreflexiva mediante la exclusiva invocación de que concurre en el caso alguno de los presupuestos legales que en principio habilitan su concesión.
La decisión fue tomada por la Cámara Federal de Casación 
Penal, máximo tribunal penal del país, que hizo lugar a los recursos de 
apelación presentados por querellantes y una fiscal contra un fallo 
previo que le había permitido a Etchecolatz, de 88 años, continuar su 
encierro en una residencia familiar situada en un barrio de clase media 
alta en la ciudad de Mar del Plata, unos 400 kilómetros al sur de la 
capital argentina.
Etchecolatz, quien tuvo a su cargo varios centros clandestinos de 
detención y tortura en Buenos Aires, ha ido sumando condenas a prisión 
perpetua en diversas causas por delitos de lesa humanidad que se 
reactivaron a partir de 2003, cuando el Congreso declaró nulas dos leyes
 de amnistía que protegían de la justicia a los ex miembros de fuerzas 
armadas y de seguridad.
Ap y Pl
 Periódico La Jornada
 
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