Trump busca traer la guerra hacia América Latina
El Presidente de los 
Estados Unidos, Donald Trump declaró recientemente que los Latinos son 
como las serpientes. Ese es el nivel de desprecio que el Mandatario 
yanqui tiene hacia los habitantes del sur del rio Bravo, que siempre 
fueron considerados “inferiores” por los habitantes del “norte”. Y ese 
es el sentido de la política que el gobierno norteamericano busca 
imponer de sus afines en la Cumbre de las América prevista para el mes 
de abril.
 Mientras la ofensiva yanqui se despliega abiertamente, los 
peruanos sufren los efectos de una política crecientemente reaccionaria,
 impuesta por una super alianza contra la voluntad ciudadana. Una mirada
 al escenario global nos permitirá tener una más clara de lo que 
aseveremos.
 En la Cumbre de las Américas se juegan las cartas del imperio
 El gobierno de los Estados Unidos tiene diversas maneras de imponer su 
política a las administraciones de esta parte del continente. Una de 
ellas, es la de reunirlas periódicamente en eventos en los que “analiza”
 el escenario en función de los intereses de la clase dominante. En las 
condiciones de hoy, la “perla mayor” de estos eventos es, por cierto la 
Cumbre de las Américas, a la que se dio pase la administración yanqui 
desde 1994 cuando creyó tener en sus manos la hegemonía mundial.
 
En esta cita, prevista para el mes de abril, la Casa Blanca busca 
consolidar su dominio territorial doblegando voluntades y derribando 
resistencias. Para ese efecto, desde un inicio se apoyó en el más 
incondicional de sus servidores en esta área, Pedro Pablo Kuczynski, 
confiándole el liderazgo de la batalla contra el proceso emancipador 
latinoamericano, que encarna el régimen bolivariano de Venezuela.
 El Mandatario peruano buscó servilmente cumplir el dictado de 
Washington y desplegó una constante ofensiva contra Nicolás Maduro 
Moros, el Presidente de Venezuela, pretendiendo denigrar su imagen y 
descalificar su política. Para ese efecto, tuvo por cierto, el apoyo 
activo de la “prensa grande” y los partidos más reaccionarios, así como 
la adhesión plena de la clase dominante que se empeñó en una sorda 
batallas contra el pueblo venezolano y su conducción revolucionaria.
 Recordemos que Estados Unidos pretendió, en el marco de la OEA, aprobar
 sanciónes contra Venezuela en el transcurso del 2016, pero fracasó 
ruidosamente en el intento porque la mayoría de Estados Signatarios de 
la Organización, esta vez le negaron su respaldo. Fue a consecuencia de 
esa humillante derrota que el gobierno USA resolvió impulsar la creación
 del “Grupo de Lima” un núcleo de 12 países que enfilaron sus baterías 
contra Caracas. Sobrestimando su potencialidad y creyendo manejar a 
Estados y Gobiernos a su antojo, la Casa Blanca se empeñó esta vez en 
asegurar la exclusión del Jefe de Estado Venezolano en la cita que 
tendrá lugar en nuestra capital. Fue ese el motivo de la gira que por 
esta parte de América hizo recientemente Rex Tillerson, el Secretario de
 Estado yanqui.
 Ante el “Grupo de Lima”, Cayetana Aljovin expuso 
el deseo de Pedro Pablo Kuczynki de impedir la presencia de Nicolás 
Maduro en la Cumbre. Hoy se sabe que los asistentes, en esa 
circunstancia le expresaron su “comprensión”, pero no compartieron esa 
idea, ni la respaldaron. No obstante la “parte” peruana cantó victoria 
prematura y “des-invito” a Nicolás Maduro en un acto sin precedentes en 
la vida diplomática de nuestros Estados.
 Poco a poco los 
gobiernos han ido descalificando esa opción. Primero, fue Bolivia, luego
 Cuba. Inmediatamente después, Uruguay -miembro del Grupo de Lima-. 
Después, Nicaragua, Ecuador y El Salvador. Ya hoy hay un significativo 
núcleo de países que rechazan cualquier discriminación en la Cumbre, y 
que podrían no asistir al evento o retirarse de él, si se consumara el 
propósito del Imperio planteado por PPK.
 Lo real es que no existe
 basamento alguno para excluir a nadie de la Cumbre de Lima. Y que los 
argumentos planteados carecen totalmente de sustento. Por lo demás, en 
nuestro continente hay gobiernos como el de Temer, en Brasil; o 
Hernández, en Honduras; o incluso PPK en el Perú, en los que la 
corrupción es proverbial y sus autoridades están altamente cuestionadas 
por la población.
 En el manejo del tema de la Cumbre, por lo 
demás, la Cancillería peruana ha actuado con una torpeza inigualable. 
Yendo incluso más allá, y con un ánimo bélico extremo la Vice Presidenta
 Mercedes Araoz se ha permitido asegurar que “derribarán” al avión que 
traiga a Lima al Presidente de Venezuela a Lima. Esto ha servido 
solamente para descalificar incluso a nuestro país cono sede de la 
Cumbre.
 Hay que considerar, adicionalmente, que PPK está al filo 
de la navaja. Y hay muchos que aseguran que no pasará de marzo o abril 
en su gestión gubernativa porque concita un amplio rechazo ciudadano. El
 tema del Indulto a Fujimori dictado en diciembre pasado lo ha 
descalificado enormemente pero eso también ha ocurrido con las denuncias
 que se han hecho en diversos medios y que acreditan la comisión de 
graves delitos de función en complicidad con Odrebrecht y otras 
empresas. Si a eso se le suman errores de política concreta, tendremos 
una situación en la que se hace virtualmente insostenible la concreción 
de la cumbre en nuestra capital.
 Probablemente el más reciente 
viaje a América del Sur de un funcionario yanqui -Thomas Shannon, Sub 
Secretario de Estado, que visita Ecuador, Colombia y Chile entre el 26 
de febrero y el 3 de marzo- tenga que ver con la posibilidad de 
trasladar la Cumbre a Santiago, dada la situación que se ha creado aquí.
 El hecho que se haya eliminado Lima como lugar de visita de Shannon, y 
que más se haya incluido a Santiago como destino, es un elemento 
referencial muy concreto.
 El mandatario venezolano Nicolás Maduro
 estará en Santiago el 11 de marzo en la asunción de mando del 
Presidente Sebastián Piñera. Civilizadamente recibido en la capital 
mapochina, podría volver allí en abril. Por lo demás al nuevo mandatario
 chileno, acosado como estará por una oposición de izquierda ciertamente
 poderosa, no le caerá nada mal inaugurar su gestión gubernativa con una
 Cumbre pluralista, y respetuosa de diferencias, como podría haber sido 
la de Lima.
 En todo caso, en una u otra sede, la política del 
Imperio seguirá siendo la misma. Empeñada en traer la guerra del Medio 
Oriente a nuestro suelo para acabar con fuego graneado las experiencias 
liberadoras de nuestros pueblos. Es de vital importancia bloquear y 
neutralizar esa política de exterminio y muerte.
 PPK y la mafia apro-fujimorista se hunden
 Mientras esto ocurre, en nuestro país el gobierno de Kuczynski hace 
agua por todas partes y la Mafia apro-fujimrorista conoce momentos 
complicados y difíciles para su propia subsistencia. 
 Las 
encuestas señalan que PPK ha caído al 15% de aceptación ciudadanas; que 
el 83% considera que el Indulto que dio a Fujimori fue resultado de un 
“negocio” político, y casi el 60% opina que Kuzcynski debe salir de la 
Presidencia de la República, via vacancia, o renuncia al cargo.
 
EL tema del indulto y la manera cómo fue manejado; el “pacto” tácito que
 ha logrado con el fujimorismo y el APRA para establecer un Gabinete de 
“reconciliación y unidad”; la obsesión por “atender” a los migrantes 
venezolanos que arriban a nuestro país otorgándoles beneficios que no 
tienen los peruanos; el pésimo manejo que la Cancillería y el Gobierno 
Central han hecho de la Cumbre de las Américas y sus derivaciones; ha 
generado una suma intensa de oposiciones de di verso signo.
 En 
los últimos dos meses, en efecto, ha crecido sustantivamente el rechazo 
popular a la política del gobierno y se han multiplicado las acciones de
 protesta en Lima y en muchas otras ciudades del interior del país. En 
muy poco tiempo el movimiento popular ha crecido y acrecentado su 
combatividad, como ha ocurrido en el periodo comprendido entre diciembre
 del 2017 y febrero del 2018. Y en todas las acciones, el pueblo 
enfervorizado ha repudiado a la Mafia, la corrupción y a la 
administración de PPK por considerarla inmoral y capituladora.
 En
 este periodo, aleatoriamente, PPK ha perdido el apoyo de las pocas 
figuras política que respaldaban su gestión gubernativa, como es el caso
 de Gino Costa, Belaunde y Zevallos, congresistas que se han proclamado 
“independientes” y que mantienen una cierta estima ciudadana. Por lo 
demás el fujimorismo no ha cambiado la actitud belicosa que exhibía en 
el pasado contra PPK. La conserva, y la usa para sus conveniencias.
 Hoy mismo, en efecto, levanta agresivamente la amenazada de una nueva 
“revocatoria” contra PPK, pero seguramente no hará uso de ella. 
Intentará más bien “negociarla” a cambio de beneficios concretos. Le 
interesa vivamente lograr que el Perú se retire de la Corte 
Interamericana de Derechos Humanos, para que no se vea obligado a 
cumplir lo que ese tribunal disponga respecto al indulto a Fujimori. 
Buscará arribar a un “acuerdo” entonces para no apoyar la Vacancia 
Presidencial a cambio que PPK retire al Perú del Tratado de San José y 
sus extensiones; y pedirá, adicionalmente, la cabeza de los miembros del
 Tribunal Constitucional que han hecho resistencia a la Mafia en temas 
recientes.
 Para lograr estos propósitos, la Mafia se vale de 
todos los recursos. Hoy exige el restablecimiento de la Pena de Muerte, 
para justificar su retiro de la CIDH. Y asuma esa conducta usando en su 
beneficio los crímenes horrendos cometidos contra mujeres, y aun niñas, 
por parte de depravados sexuales, a los que la sociedad rechaza 
firmemente. Se vale, por cierto, del repudio ciudadano a estos crímenes 
que, explotados pasionalmente, derivan en exigencias impensadas en torno
 a la Pena de Muerte.
 Más recientemente el fujimorismo ha 
aprobado dos disposiciones igualmente condenables. Por un lado, ha 
dispuesto que los jóvenes trabajen tres años sin remuneración alguna en 
las empresas para obtener “experiencia laboral”. De este modo ha 
generado una suerte retorno a la esclavitud, alentando los espíritus más
 crematísticos de los empresarios. Roque Benavides, Presidente de 
CONFIEP, ha aprovechado del tema para asegurar que los jóvenes no 
solamente no deben obtener remuneración alguna sino, por el contrario, 
deben pagar para las empresas les permitan asegurar esa “experiencia 
laboral” ofertada. En otras palabras, pagar para ser admitidos como 
esclavos.
 El Fujimorismo ha defendido “con todo” ese proyecto de 
la congresista Rosa Bartra, y ella misma lo ha justificado plenamente 
sosteniendo incluso que los que lo denuncian, son “terroristas”, y como 
tales deben ser enfrentados.
 Y la otra disposición igualmente 
repudiable es la que ofrece a las personas mayores de 65 años y que 
carecen de pensión de cesantía o jubilación, otorgarles una, a condición
 que dejen su vivienda en hipoteca, a fin que cuando mueran, ella 
revierte en beneficio de la entidad que les otorga ese “beneficio”.
 Disposiciones de ese corte, y los argumentos expuestos para 
justificarlos, revelan la entraña neo nazi del fujimorismo y constituyen
 un serio llamado de alerta a la ciudadanía, y sobre todo a jóvenes y 
ancianos, víctimas directas de estas acciones seudo legales.
 La unidad hay que promioverla ahora con mayor fuerza
 En este contexto de la crisis, el movimiento popular debe fortalecer su
 unidad y consolidar sus luchas. Si algunos se hicieron la ilusión de 
construir una unidad simplemente electoral la vida los ha puesto ante 
una realidad mucho más definida hay que construir la unidad política y 
de masas de nuestros pueblos, para batir a nuestros adversarios: La 
mafia Apro-Fujimorista y PPK.
 El tema de la Cumbre ha abierta la 
puerta esa unidad. No solamente por haber puesto en la mesa del debate 
el “caso” de Venezuela, sino porque a partir de allí ha sido posible 
elevar el interés de amplios sectores en torno a Donald Trump y su 
política de guerra y alentar la necesidad de cerrar filas contra ella.
 Por eso, ahora que las fuerzas más conservadoras y los enemigos de 
Venezuela buscan convocar un “acto de masas” para el Jueves 12 de abril,
 a las 5 de la tarde en la Plaza San Martin, hay que recoger la idea de 
concentrar ese mismo día, a esa misma hora, y en ese mismo lugar una 
gran concentración civica para repudiar la visita de Donald Trump y su 
politica de guerra.
 La unidad, para este efecto, debe aplicarse 
no sólo en sentido horizontal, ganando a nuevas fuerzas; sino que 
también debe profundizarse de manera vertical haciendo que llegue a la 
base misma de la sociedad, para que nos se quede en “las cúpulas” sino 
que gane a multitudes, a todo el pueblo, que llegue a millones de 
peruanos y los “gane” para una prédica de clase con un definido 
contenido anti imperialista, patriótico y revolucionario.
 Esa 
unidad nos permitirá avanzar en todos los terrenos, incluso en el 
electoral, para usarlo en las condiciones que eso sea posible, aun sin 
afincar ilusiones de ese signo, sino con la idea clara de transitar por 
todos los escenarios de la confrontación social para –como decía 
Mariátegui- sembrar conciencia de clase, sentimiento de clase.
 
Si, finalmente, la Cumbre de las Américas, se hace en Lima, hay que 
participar en todas las tareas que ello implique, tanto en los 
escenarios complementarios de la Cumbre, como en la variante 
alternativa, la Cumbre de los Pueblos, en la que las organizaciones 
sociales y de masas debatirán temas que interesan a millones de 
latinoamericanos.
 Varios de los gobiernos que asistan a la Cumbre
 –en Lima, en Santiago o en cualquier otro lugar- carecen realmente de 
autoridad moral para hablar de la lucha contra la corrupción, porque 
están diezmados por ella: no garantizan ningún nivel de gobernabilidad y
 viven a espaldas de la democracia verdadera. Los pueblos, en cambio, si
 tienen derechos, y voluntad, de afirmar los más altos valores de la 
dignidad y de la justicia, que son recogidos por los grandes hombre de 
nuestra historia
 Gustavo Espinoza Montesinos, Centro de Estudios Democracia, Independencia y Soberanía (CEDIS)  
 

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