John Saxe-Fernández/III
Arrasa Shell en la mayor licitación petrolera del país. Así anunció La Jornada (1/2/18) algo inusual y grave: que “la anglo-holandesa fue la empresa que más contratos ganó en la cuarta licitación de la ronda 2, al adjudicarse nueve de los 19 que se subastaron” para la exploración y extracción en aguas profundas y ultraprofundas del Golfo de México, contaminado desde un abismo oceánico por BP en
Macondo 2010. La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) también asignó seis contratos a Petronas y cuatro a Pemex. El verbo arrasar en ese encabezado es acertado en más de un sentido: lo es porque Shell et al lograron licitaciones a granel; por su inclinación de asolar y devastar, es decir por el
arrasamiento humano(ver óleo de Guayasamin en Capilla del hombre) y el
climáticodebido a que Shell proyecta los escenarios de sus negocios saltándose los límites pactados en el Acuerdo Climático de París (ACP) de entre 1.5 grados centígrados y dos al aumento de la temperatura global desde la era preindustrial, desautorizándolos y lanzando al mercado y a la atmósfera lo que debe quedar abajo.
O la CNH no las conoce, le son ajenas o no le importan las 
consecuencias climáticas que ya padecemos por la cascada en aumento de 
emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), la aceleración al 
precipicio climático, el deshielo del Ártico, la acidificación y niveles
 al alza de océanos, agregándose la erosión antropogénica en curso de la
 biodiversidad global. (Ceballos, Ehrlich y Dirzo, Biological Annihilation via the ongoing sixth mass extinction www.pnas.org/content/114/30/E6089).
 En tiempos del colapso climático antropogénico la estrategia de 
negocios de Shell con perspectiva a 2050, que desatiende la inversión 
baja en carbón, colocar el manejo de los hidrocarburos mexicanos en 
manos ajenas (
eso es cosa de colonias no de naciones independientes) además de atroz torpeza histórica, es asunto de alta potencialidad catastrófica, bajo gesta de codicias cortoplacistas y no de la razón.
Así se infiere de planes de inversión de Shell que, según la prensa 
londinense, asumen un catastrófico calentamiento global promedio de 
¡entre tres y cinco grados centígrados! La mera suposición de ese rango 
de temperatura está diseñada para restar credibilidad a las metas 
asentadas en París. Nadie en su sano juicio siquiera prevé programar su 
propia destrucción.
Y a la CNH ¿no le importa el costo planetario y humano del cambio 
climático en curso? ¿O es que ni la CNH o sus asesorías estaban al tanto
 de los siniestros manejos de Shell, con viejos lazos negacionistas? ¿O 
no les pareció asunto importante?
La información sobre Shell no es reciente. El asunto ya se 
ventiló en la prensa británica y mundial. Desde 2014 se sabía que la 
Iglesia de Inglaterra amenazó con retirar sus inversiones en Shell y BP 
(en ese momento unos 9 mil millones de libras esterlinas) a menos que 
iniciaran proyectos bajos en emisiones de carbono. Hicieron lo 
contrario. Shell absorbió British Gas Group precisamente para lanzarse 
sobre los yacimientos en aguas profundas de la periferia, bajo el 
argumento, puesto en cuestión, de que el gas natural es más limpio que 
el petróleo.
En fechas más recientes, el 27 de octubre pasado, The Independent de
 Londres informó que un grupo de inversionistas de Shell y BP había 
revelado que a pesar de haber anunciado estar a favor del límite del ACP
 de un máximo de dos grados centígrados ambos gigantes petroleros 
incluyen en sus escenarios de negocios de cara a 2050 
aumentos mucho más altos. El grupo, conocido como ShareAction confirmó que “en su planeación hasta mediados de los 2050s. Shell y BP contemplan aumentos de la temperatura de hasta cinco grados centígrados. Es más del doble del límite más alto acordado por la mayoría de países en París.
Aunque el ACP no es vinculante, al parecer vale poco la palabra 
pública de estos monopolios con los que México hace tratos. ¿Todavía 
México apoya el Acuerdo de París? ¿Existe transparencia en la medición 
de los volúmenes diarios de extracción de recursos que registra Shell, 
firma a la que parece importar poco diseños y prácticas que arriesgan el
 entorno climático que permite la vida misma en el planeta.
¿La CNH autorizó la subasta a favor de Shell sabiendo de su 
estrategia de restar autoridad y credibilidad a la pauta de limitación 
de GEI (y por tanto de las ganancias) encaminada a aminorar la vía a un 
clima catastrófico para la biota global ¿lo hicieron, dicen, dando 
gracias a Diospor los 90 mil millones de dólares prometidos en inversión? Así es su
gracias a Dios, ¿con Shell al timón? ¿Extrayendo del mar
profundo y ultraprofundo(á la Macondo) sin justicia climática lo que la ciencia y la nación advierten debe quedar lo más lejos posible de Wall Street y de la atmósfera?
Mediten el mensaje contra Shell en el Ártico que, con aval científico, advirtió: 
no se puede quemar el petróleo de este planeta y seguir viviendo en él.
Facebook: JohnSaxeF
 
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