Guatemala
Estamos comenzando el 
segundo año de gobierno, del presidente más inepto de la reciente 
historia de Guatemala. Un presidente que llega al poder, después de 
grandes movilizaciones sociales en contra de la corrupción y la 
impunidad. A lo largo y ancho del país, hubo grandes movilizaciones 
exigiendo un cambio no solo de gobierno sino de rumbo. Como resultado un
 sin número de funcionarios corruptos en la cárcel, varios prófugos y 
todavía falta mucho por destapar.
Después de eso; que algunos 
llamaron la toma de conciencia ciudadana, aparece un grupo de políticos,
 que fueron denominado “antipoliticos”, es decir, aquellos que nunca 
habían participado en política y supuestamente no tenían ningún vínculo 
con partidos y políticos corruptos de la vieja guardia. Poco duraría esa
 idea de “ni corrupto ni ladrón”. Primero porque llegaba al gobierno, 
una persona que de estadista no tiene nada, una persona sin tener la 
capacidad de dirigir los destinos del país y peor aún sin las 
capacidades para promover los cambios que necesitamos. Segundo, una 
persona vinculada a las fuerzas más oscuras del militarismo, sin ser 
militar. Tercero, igualmente de corrupto, mentiroso y poco serio como 
los demás.
Al final de su segundo mandato, se evidencia 
totalmente que el pacto entre élites corruptas, es un hecho. El segundo 
informe, que al decir verdad, son doscientas páginas totalmente falsas, 
además, no parece un informe de gobierno, sino un documento de quejas. 
Desde la presentación hasta el final, encontraremos argumentos como: 
difícil, temor, adversidades, etcétera. De entrada se quiere posicionar 
como presidente, al argumentar que por el sistema democrático fue electo
 y por lo consiguiente, según entiendo yo, que se presenta como el 
intocable. Hace honores al plan de la burguesía y oligarquía el Katun 
2032, ahora llamado por Jimmy Morales como la Ruta 2032.
Lo más 
ridículo es que apela que todo lo que está presentando es fruto de una 
cultura de transparencia y rendición de cuentas, como parte de su 
obligación como servidor público. Ridículo, porque este gobierno no es 
nada transparente y tampoco, ha tenido el nivel de un servidor público 
honesto y ético, al contrario, ha querido manipular y obstruir la 
justicia, por ejemplo, cuando declara non grato a Iván Velásquez, cuando
 quiere retorcer las leyes para que salga libre su hermano y su hijo. La
 alianza con Alvaro Arzú para que el hijo de esté, llegue a ser el 
presidente del tan corrupto y cochino congreso. Y, su interés para que 
el nuevo o la nueva fiscal, sea alguien que deje sin perseguir a actores
 corruptos que aún existen en Guatemala, como la mayoría de alcalde 
municipales y gobernadores.
Otra falacia de este gobierno, es 
cuando argumenta que el “2016 fue para ordenar la casa”. Cualquiera se 
pregunta, ¿Qué orden?. Cuando lo que vemos en lo cotidiano, grandes 
problemas, mucho más grandes que los baches que están en todas las 
carreteras del país. Una institucionalidad gubernamental con 
funcionarios corruptos en todos los espacios. Alcaldes, gobernadores, 
diputados, policías, funcionarios medios y bajos, totalmente manchados 
en corrupción.
Habla de avances en materia de educación, salud, y
 otros servicios, cuando en realidad los niños y niñas mueren antes de 
nacer. Hombres, mujeres, niños, niñas, ancianos y ancianos, son la mayor
 parte de la población con desnutrición, por falta de alimentos y 
lugares para producirlo.
En educación, un nivel alto de 
analfabetismo, pero además no existen lugares adecuados para que los 
niños, niñas y jóvenes vayan a recibir clases. En las aldeas, las 
escuelas carecen de letrinas, agua potable, lugares de recreación. Al 
mismo tiempo que nos enfrentamos a un modelo de privatización de la 
educación.
La cultura del diálogo. ¿Cuál cultura del diálogo?. 
Cuando, en vez de diálogo lo que hay es abuso de poder e imposición de 
fuerza. Por ejemplo, cuando el 15 de septiembre ciudadanos rodearon el 
congreso para exigir la renuncia de los diputados, los desalojos 
violentos en todo el país. El desarrollo de la militarización, creando 
destacamentos militares, principalmente en la región norte de Guatemala y
 el Ejército haciendo trabajos que lo tocaría al ministerio de 
comunicación, de salud, de educación, etcétera. Y para muestra, solo en 
el momento de la toma del poder de la nueva junta directiva del congreso
 y la entrega de su informe, militares y policías brindando seguridad, 
para protegerlos de supuestos grupos violentos, cuando en realidad los 
violentos, corruptos, ladrones y cobardes, estaban y están dentro del 
congreso.
Finaliza la presentación de su informe con esta frase: 
“Con base en lo anterior, puedo decirle al pueblo de Guatemala que me 
siento sumamente agradecido con Dios, mi equipo de trabajo y con todos 
los guatemaltecos por los grandes resultados que como Nación alcanzamos 
en 2017”. ¿Cuáles resultados?. Cuando en realidad el legado de Jimmy 
Morales, fue lo siguiente: sobresueldo, dos antejuicios por corrupción, 
hijo y hermano en juicio, obstrucción de la justicia por intento de 
expulsión de Iván Velásquez, apoyo al pacto de corruptos, el asesinato 
de las 41 niñas en el hogar seguro, desalojos y asesinatos de líderes 
sociales y comunitarios, militarización de territorios, obstruir la 
consulta comunitaria en Cahabón, reconocimiento de Jerusalén como 
capital de Israel, reconocer al cínico y corrupto Jorge Orlando 
Hernández como presidente de Honduras, apoyar al secretario de la OEA 
Almagro, para intervenir Venezuela, el nivel de violencia en el país, la
 militarización en los territorios indígenas, funcionarios corruptos que
 viven bajo la protección del gobierno, etc.
En este año 
preelectoral, nos estamos enfrentando a la consolidación del pacto de 
corruptos y de elites, que tiene como objetivo llegar hasta el 2032. 
Este 2018 así como es el año de la consolidación del pacto de corruptos,
 también debería ser el año de la articulación de los pueblos para 
desterrar a la vieja y corrupta política. 
 

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