En
 Texas, funcionarios de inmigración arrestaron a principios este mes al 
premiado periodista mexicano Emilio Gutiérrez Soto y a su hijo. 
Gutiérrez Soto, quien buscó asilo en Estados Unidos por primera vez en 
2008 luego de recibir amenazas de muerte por informar sobre un supuesto 
caso de corrupción en el Ejército mexicano, fue detenido luego de que su
 solicitud de asilo fuera rechazada y se enfrenta ahora a una posible 
deportación a México, uno de los países más peligrosos del mundo para 
los periodistas. Emilio Gutiérrez Soto se comunica con nosotros desde el
 centro de detención de El Paso, Texas, donde se encuentra recluido 
junto a su hijo.
El próximo jueves 21 de diciembre Democracy Now! entrevistará al abogado de Gutiérrez Soto.
Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.
JUAN GONZÁLEZ: Nos 
acompaña en el teléfono Emilio Gutiérrez Soto, un periodista mexicano 
que se encuentra en un centro de detención estadounidense en El Paso, 
después de que su petición de asilo fuera rechazada.
AMY GOODMAN:
 Emilio cruzó la frontera por primera vez en 2008 con su hijo después de
 recibir amenazas de muerte por su cobertura de la sangrienta guerra 
contra las drogas en México cuando trabajaba para el periódico El Diario
 del Noreste en Ascensión, Chihuahua, cerca de la frontera con Nuevo 
México.
JUAN GONZÁLEZ: Bienvenido 
Emilio Gutiérrez Soto a Democracy Now!. Nos puede explicar un poco de su
 historia y de los reportajes que estaba haciendo en México antes de 
llegar a Estados Unidos, los cuales causaron la represión del ejército 
contra usted.
EMILIO GUTIÉRREZ SOTO:
 Yo escribí algunas notas informativas en donde relataba el actuar de 
los militares en la zona noroeste de Chihuahua, precisamente en el 
municipio de Ascensión, Chihuahua, y concretamente en la población de 
Palomas, que es la frontera con el estado de Nuevo México. Esto causó 
una reacción de disgusto en el secretario de la Defensa Nacional, que 
envió al jefe de la Quinta Zona Militar en Chihuahua, el general Alfonso
 García Vega, a amenazarme de que ya había escrito unas notas, en 
concreto tres, en donde hacia los señalamientos de corrupción, de 
asaltos cometidos en contra de la población por parte de los uniformados
 del Ejército. Y pues me sentenció, me dijo: “Ya escribiste tres notas, y
 no va a haber una cuarta”. Y claro que hubo una cuarta nota, y hubo una
 queja ante la comisión de los derechos humanos y una denuncia ante la 
Fiscalía del Estado. Eso motivó a que por un tiempo, después de esas 
amenazas, buscarán una conciliación conmigo, pero nunca se dieron los 
términos de una conciliación. Así las cosas, permanecí prácticamente con
 un poco de miedo ante la seria advertencia de un general, un alto mando
 del Ejército mexicano. Ya en el 2008, el ejército irrumpió en mi casa, 
tumbó la puerta principal, nos amenazó con sus armas, me tiraron al 
suelo y me dijeron que andaban buscando armas y drogas. Nos destruyeron 
nuestra casa, y obviamente que no encontraron nada, absolutamente nada. Y
 nuevamente regresó un temor enorme a nuestras vidas, de tal manera que 
yo tenía que velar de noche el sueño de mi hijo y permanecer atento en 
las ventanas de mi casa para ver quién pasaba cerca, y yo dormía en mi 
oficina mientras desarrollaba mi trabajo como periodista. Ya un mes más 
tarde, el 5 de mayo por la noche, después de haber irrumpido y 
destrozado nuestra casa, tomamos más precauciones, y el 16 de junio de 
2008 decidimos ingresar a los Estados Unidos solicitando asilo político,
 no sin antes advertir que los militares me estaban vigilando de una 
manera muy cercana, y de que una amiga mía me dijera que tenía un 
familiar dentro de la élite de acción rápida del Ejército, y este 
personaje militar le advirtió a mi amiga que había un plan para 
asesinarme. Obviamente tuve que tomar las cosas necesarias de mi casa de
 una manera muy rápida, ir por mi hijo a la casa de un amigo donde 
estaba después de asistir a un servicio religioso, y nos escondimos en 
un rancho, un sábado, el 14 de junio, nos escondimos en un rancho, y el 
día 16 optamos por cruzar hacia Estados Unidos por la frontera del 
Berrendo-Antelope Wellsen, en el Estado de Nuevo México, donde nos 
pusimos a disposición de los agentes de inmigración de los Estados 
Unidos solicitando el asilo político.
JUAN GONZÁLEZ: ¿Su intento
 de mudarse a Estados Unidos era para permanecer permanentemente o era 
porque usted estaba huyendo de la represión de los militares?
EMILIO GUTIÉRREZ SOTO:
 No, lo hicimos con la intención de mudarnos de manera permanente, 
porque cuando existe una amenaza por parte de los militares es algo por 
demás serio, y además de que existían antecedentes de la forma de actuar
 de los militares, los cuales en algunos de los casos… pues la gente ya 
no aparecía. Los secuestraban y ya no aparecían.
JUAN GONZÁLEZ: Emilio, 
¿puede describir lo que significaría para usted una deportación a 
México, y puede hablar de las condiciones en las que se encuentra en la 
cárcel del Paso?
EMILIO GUTIÉRREZ SOTO: Una deportación de nosotros implica obviamente la muerte. ¿Por qué? Porque el servicio del ICE
 (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU.), dependiente 
del Departamento de Seguridad Interna de los Estados Unidos, por ley 
debe entregar un reporte a las autoridades migratorias de México y al 
Consulado, y el Consulado y las autoridades migratorias de México, 
obviamente, no gozan de ninguna credibilidad, de ninguna 
confidencialidad, y por el contrario muchos de sus oficiales, mucho del 
personal del consulado o del servicio migratorio están coludidos con el 
crimen organizado, y el crimen organizado es precisamente el Gobierno 
mexicano. Si no hubiera la anuencia del Gobierno mexicano para que los 
grupos delictivos pudieran trabajar con esa impunidad, seguramente 
serían otras las condiciones, pero el Gobierno mexicano facilita a los 
grupos criminales que actúen en total impunidad. El Gobierno mexicano, 
como todos lo sabemos, es el más corrupto que existe en todo el 
hemisferio y obviamente no goza de ninguna credibilidad. Las condiciones
 en que nos encontramos en esta cárcel del ICE
 en el Paso son denigrantes, de verdad, hemos visto, mi hijo y yo, que 
la mayoría de los inmigrantes aquí detenidos son Centro y sudamericanos 
en su mayoría. Ya no somos tantos los mexicanos que estamos en esta 
cárcel, y pues dada la extrema pobreza que se vive en el país, pero que 
se vive más en Centro y Sudamérica, pues para muchas de las personas 
detenidas les parece que las condiciones son adecuadas, que son 
agradables, pero no dejan de ser denigrantes. Contamos con regaderas con
 moho, la comida es, aparte de pobre nutricionalmente… no es de ninguna 
manera agradable consumirla, aparte de que son raciones demasiado 
pequeñas.
JUAN GONZÁLEZ: Las 
autoridades de inmigración de EE.UU. dicen que usted no tiene prueba de 
lo que está diciendo, en términos de la represión que sufrió en México, y
 que no hay testigos que estén dispuestos a hablar de su situación. 
¿Cómo puede responder a esto?
EMILIO GUTIÉRREZ SOTO:
 Yo creo que las autoridades migratorias es una institución que se basa 
en mentiras. Pareciera que necesitaría yo ingresar a Estados Unidos con 
unos balazos en la frente y con balazos en la espalda, o bien entrar 
mutilado, como se acostumbra a ejercer la acción por parte del grupo 
criminal institucional que es el Gobierno mexicano. Me parece que las 
autoridades migratorias están más que despistadas y, simplemente, están 
actuando con dolo y en base a mentiras. Hemos presentado mi caso, desde 
el momento en que ingresamos a Estados Unidos, ha sido el más 
documentado. El juez que trató nuestro asunto, yo lo considero un juez 
holgazán. Un juez que no se dio la oportunidad de leer los principales 
documentos que presentamos, entre otros, uno que envió la comisión 
nacional de los derechos humanos, institución que investigó las 
agresiones que tuvimos por parte del ejército mexicano y determinó que 
nuestras vidas corrían peligro. De ese calibre para empezar. Que no 
existe documentación, claro que existe documentación, y si lo vemos como
 un antecedente, y actualizado, tenemos 121 periodistas asesinados, de 
los cuales ninguno de los casos a sido esclarecido, ninguno. Entonces 
cómo pueden atreverse a decir que no contamos con los argumentos y las 
pruebas necesarias, simplemente son flojos para desarrollar su trabajo, y
 quien no tiene credibilidad en este caso es el ICE, el Departamento de Seguridad Interna y es el juez.
JUAN GONZÁLEZ: Emilio, 
¿qué mensaje tiene usted para el pueblo de Estados Unidos acerca de su 
situación ahora, ante la posibilidad de empezar una huelga de hambre y 
qué significa su caso en su totalidad?
EMILIO GUTIÉRREZ SOTO:
 Yo creo que mi caso es emblemático para los periodistas mexicanos. La 
huelga de hambre aún la tengo en consideración, toda vez que iniciarla 
dentro de esta cárcel al servicio del ICE 
implica que pueda ser enclaustrado en un lugar en solitario, en donde 
los enfermeros o los doctores puedan obligarme a consumir comida 
mediante una sonda que se introduce por la nariz, lo que volvería a ser 
otra violación a mis derechos humanos, a mis derechos fundamentales como
 persona. El mensaje que yo les enviaría a la población de los Estados 
Unidos es que por favor se solidaricen con el dolor que existe entre las
 familias de los periodistas asesinados en México, los cuales aún buscan
 aunque sea un aliento de justicia, lo cual no existe. Por el contrario,
 lo que hemos visto es una total impunidad solapada desde el presidente 
de la República, en este caso Enrique Peña Nieto, y del anterior, del 
etilizado Felipe Calderón, que inició una guerra contra el narcotráfico 
con la única finalidad de legitimarse en el poder, al que arribó 
mediante un fraude. Entonces, yo creo que la solidaridad de la 
ciudadanía estadounidense es muy elemental. Debemos contar con ella, por
 favor, para que podamos tener una aspiración de vida, una aspiración 
para poder seguir denunciando, para seguir diciendo: “Estamos hablando 
con la verdad, nada más”. Es lo único que nos ha motivado, al menos a mí
 en mi carrera como periodista, hablar con la verdad y participar en la 
búsqueda de la justicia social
JUAN GONZÁLEZ: Emilio, 
nosotros vimos una foto tomada por su hijo que lo muestra a usted 
encadenado, nos puede hablar de su situación física, ¿está recibiendo la
 medicación que necesita? ¿Cuál es su situación física?
EMILIO GUTIÉRREZ SOTO:
 Bueno mire mi situación física no es muy buena, apenas ayer por la 
tarde me suministraron medicamentos para mi alta presión y para el 
colesterol, y todavía faltan algunos estudios que me tienen que realizar
 sobre otros órganos en que mi cuerpo, que parece que no están 
funcionando adecuadamente, y creo yo que todo esto es a causa del estrés
 extremo al que nos han sometido, al miedo que nos han otorgado 
injustamente las autoridades migratorias, desde el juez que nos negó la 
posibilidad, que no creyó en nuestro caso pese a contar con evidencias 
en papel que llenaban dos carritos de mandado. Las evidencias que 
nosotros hemos presentado han sido demasiadas, los testimonios que se 
presentaron en su momento ante el juez eran contundentes, sin embargo 
fueron desechadas. Mi condición física, yo la siento delicada. Me siento
 mal.
JUAN GONZÁLEZ: A usted 
recientemente lo nombraron para un premio de El Club de Prensa Nacional 
de Estados Unidos, ¿nos puede hablar de cuál es la situación de los 
periodistas en México actualmente? Uno de los países más peligrosos para
 periodistas en todo el mundo, especialmente en un país que no está en 
guerra abierta. ¿Qué significa su caso en términos de los periodistas 
mexicanos?
EMILIO GUTIÉRREZ SOTO:
  El hecho de que el Club de Prensa Nacional de los Estados Unidos me 
haya distinguido a mí con el premio John Aubuchon de este año, que es 
uno de los más emblemáticos de esta organización, me llena de 
satisfacción y me hace ser más humilde ante el trabajo de alto riesgo 
que desarrollan mis colegas en México. En México los periodistas que se 
atreven a hablar con la verdad, que se atreven a denunciar a los 
gobiernos corruptos, están en un serio riesgo de ser secuestrados, de 
ser desaparecidos, de ser obligados a exiliarse o bien a callarse, y eso
 regularmente ocurre con los periodistas que tienen una forma de pensar 
libre, porque quienes trabajan para empresas que sirven de paleros para 
el Gobierno, gozan de cierta protección gubernamental. Ellos 
regularmente no son atacados por los esbirros del sistema gubernamental 
mexicano, sobre todo del sistema federal. Aunque los estatales y los 
gobiernos municipales no se escapan de ser los principales agresores de 
los periodistas. El 99 por ciento de las agresiones de los periodistas 
en México provienen de los gobiernos, y para mí realmente fue una 
sorpresa que el National Press Club me otorgara esa distinción, que 
obviamente fue en reconocimiento al trabajo arduo de peligro con el que 
se desenvuelven ellos, y con que yo me desenvolví en México.
JUAN GONZÁLEZ: Emilio, ¿usted cree que está siendo reprimido aquí en Estados Unidos por el mero hecho de pedir asilo político?
EMILIO GUTIÉRREZ SOTO:
 Yo creo que sí, estoy seguro que sí. Es un mensaje para la prensa de mi
 país para que no se atrevan a venir a los Estados Unidos en busca de 
asilo político, so pena de ser encarcelados como estamos nosotros. 
Nosotros hemos cumplido con todas las indicaciones que nos ha hecho el 
gobierno a través de sus instituciones de inmigración, absolutamente 
todas, de tal forma que hasta nos presentamos para estar en una cita con
 una corte de apelaciones enfrente de un oficial de ICE.
 Nosotros nunca hemos pretendido ni escondernos ni burlar, tan siquiera,
 las indicaciones y las leyes de inmigración. El día que nos presentamos
 ante las autoridades de inmigración este mes llegamos un poco tarde, 
porque el temporal estaba muy agresivo, estaba nevando, estaba 
lloviendo, la carretera estaba cristalizada, la persona que nos estaba 
“dando un ride” para acudir en tiempo y forma ante las autoridades tuvo 
un avería en su vehículo, y nos tuvimos que regresan y conseguir otro 
“ride” para cumplir con el compromiso, con la comparecencia ante el ICE y ante una corte de apelaciones por vía telefónica, y pues eso simplemente, la oficial del ICE,
 Patricia Noga, de una manera muy personal ordenó que se nos arrestara 
sin darnos la oportunidad de que hubiera una respuesta de la corte de 
apelaciones. Inmediatamente nos pusieron en un serio peligro, 
prácticamente en el puente internacional, afortunadamente el Supremo nos
 ayudó y llegó una respuesta de la Corte de Apelaciones en donde 
suspendían la deportación. Sin embargo, eso motivó el enojo de la 
oficial Patricia Noga e inmediatamente, en vez de ponernos en libertad, 
en la libertad que hemos gozado por casi más de nueve años, nos puso en 
un camión rumbo a una prisión, una prisión tan deprimente, tan ausente 
de valores en su personal, que se llama Sierra Blanca, y de ahí 
pretendían deportarnos, aún con la parada de la orden deportación, 
pretendían deportarnos a través de la ciudad Acuña Coahuila, esa ciudad 
Acuña está prácticamente tomada por el grupo delictivo de Los Zetas, uno
 de los grupos delictivos de mayor peligrosidad en México. Que un 
oficial de ICE nos pusiera en ese alto riesgo,
 nos hace pensar en quien podría tener más responsabilidad en caso de un
 homicidio de mi hijo y de un homicidio en contra mía, porque están 
devaluando la integridad humana.
JUAN GONZÁLEZ: El Gobierno
 mexicano le ha ofrecido protección, según ellos, si usted decide 
regresar a su país ¿porqué ha rechazado esa oferta?
EMILIO GUTIÉRREZ SOTO:
 Porque, obviamente, el Gobierno mexicano no goza de ninguna 
credibilidad, ni a nivel nacional ni a nivel internacional, y prueba de 
ello lo vemos que uno de los reporteros que estaba presuntamente 
recibiendo protección por parte del Gobierno federal en el estado de 
Veracruz fue asesinado. La protección por parte del Gobierno federal 
hacia los periodistas es una vil mentira, no existe protección para los 
periodistas en México.  Quienes nos atrevemos a hablar con la verdad, 
estamos expuestos a ser asesinados.
JUAN GONZÁLEZ: Emilio, 
usted ha mencionado a su hijo, ¿nos puede decir la edad de su hijo, la 
suya, y si usted está pidiendo asilo político para los dos? ¿Cuál es la 
condición de su hijo en este momento?
EMILIO GUTIÉRREZ SOTO:
 Mi hijo tiene 24 años, el acababa de cumplir 15 años cuando ingresó 
junto conmigo al país. Yo tengo 54 años. La condición de mi hijo 
obviamente también es de un gran temor a regresar, porque con el paso de
 los años se ha interesado en mantenerse informado a través de los 
medios de comunicación de lo que ocurre en México, y él, desde su corta 
edad, empezó a ver cual era el actuar del gobierno mexicano, el fue 
testigo de las amenazas del general Alfonso García Vega, él estaba 
conmigo en el momento en que allanaron nuestro domicilio y nos lo 
destruyeron. El tuvo el temor también, por ver mi miedo, de que fuéramos
 interceptados en nuestra huída, y secuestrados y asesinados. Obviamente
 mi hijo tampoco desea regresar a México por nada. Además de que ni mi 
hijo ni yo contamos ya con familiares en México. Nuestra familia la 
hemos ido creando con nuestras amistades en los Estados Unidos.
JUAN GONZÁLEZ: El gobierno
 mexicano ha pasado una ley que permite al ejército participar en la 
guerra contra los traficantes de drogas. Nos puede decir qué piensa de 
esta decisión del gobierno de meter al ejército directamente a la lucha 
contra las drogas.
EMILIO GUTIÉRREZ SOTO:
 Bueno, el ejército siempre ha estado en la lucha contra las drogas de 
una manera disfrazada, y más después de que Calderón, el borrachín de 
Felipe Calderón, declaró la guerra contra el narcotráfico, siempre ha 
sido una mentira. Ahora que están pasando esta ley de la seguridad 
interna es únicamente el preámbulo para poder acallar las voces 
disidentes posterior a la elecciones del 2018. Esto es únicamente la 
preparación para poder someter a todas aquellas personas que protesten 
posterior al fraude electoral que de antemano estamos observando.
JUAN GONZÁLEZ: ¿Nos puede 
hablar acerca del tiempo que ha estado aquí en Estados Unidos, de cómo 
ha trabajado y cómo ha podido seguir su trabajo en el periodismo?
EMILIO GUTIÉRREZ SOTO:
 Mi trabajo en periodismo ha sido mantener informada a la sociedad, en 
comunidades, en foros abiertos, sobre lo que está ocurriendo en mi país.
 Hemos sobrevivido porque yo contaba con un trailer donde podía vender 
comida y algunos snacks. Mi hijo fue un tiempo a la escuela donde empezó
 a educarse como una aspirante a [inaudible] y hemos realmente 
sobrevivido. Actualmente mi trailer de [inaudible] me lo robaron. La 
semana pasada, algunos ladrones se metieron a nuestra casa, nos 
destruyeron lo que teníamos en el interior, y de pasada se llevaron 
nuestra posibilidad de seguir trabajando, al menos en ese negocio de 
comida.
 

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