No hay pruebas, afirma el ex mandatario de Brasil

 Luiz Inacio Lula da Silva, ex presidente brasileño, se reunió ayer con 
trabajadores metalúrgicos en Sao Paulo. Durante el acto, aseveró que 
están juzgando nuestro gobierno
El ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva reiteró este 
sábado que no hay pruebas que justifiquen su condena a nueve años y 
medio cárcel por corrupción, y afirmó que es el pueblo quien debe 
juzgarlo, mientras su defensa entregó a la justicia federal de Curitiba 
la primera respuesta formal contra la sentencia, en la que solicitó 
esclarecer 
omisiones, contradicciones y oscuridadesprevalecientes en el proceso.
Mientras (los jueces y fiscales) no prueben nada contra mí, voy a recorrer este país para que ustedes me juzguen, dijo Lula durante un acto del Partido de los Trabajadores (PT) en esta ciudad.
Me están juzgando políticamente, reiteró.
Están juzgando nuestro gobierno, las cosas que hicimos en este país, añadió el ex dirigente sindical, quien enfrentó a la dictadura militar (1964-1985) y colocó a Brasil en el mapa mundial al lograr sacar a 30 millones de la pobreza.
Este es su segundo discurso público desde que el miércoles pasado el 
juez Sergio Moro lo condenó a nueve años y medio de cárcel por 
corrupción y lavado de dinero. Además, lo inhabilitó para ocupar 
cualquier cargo público por 19 años.
La acusación afirma que es el propietario de un apartamento tríplex 
en el balneario de Guarujá, Sao Paulo, ofrecido por la constructora OAS a
 cambio de favorecer a la constructora en sus negocios con la petrolera 
estatal Petrobras. El inmueble, sin embargo, no llegó a estar a su 
nombre.
El viernes por la noche la defensa de Lula entregó la primera 
respuesta formal contra la condena. En un documento interpuesto ante la 
justicia federal de Curitiba, capital del estado de Paraná, presentó 10 
cuestionamientos al juez Moro.
En el documento, la defensa cuestiona, entre otros cosas, la 
imparcialidad de Moro. Sostiene que ignoró pruebas y testimonios 
favorables al ex presidente, y que la pena es desproporcionada.
Los pedidos de la defensa de Lula tendrán que ser analizados por el 
juez, y después de que éste responda los cuestionamientos, los abogados 
del ex mandatario
 apelarán ante un tribunal de segunda instancia.
El ex presidente (2003-2010), quien enfrenta otras cuatro causas 
penales, puede apelar de la sentencia en libertad. Lula la atribuye a 
una estrategia para sacarlo del mapa electoral.
Condenarlo a prisión y dejarlo fuera de la contienda electoral 
respondería, según él, a una estrategia más amplia para destruir al PT, 
que en 2016 cerró un ciclo de 13 años de gobierno cuando su sucesora, la
 ex presidenta Dilma Rousseff, fue destituida por el Congreso, acusada 
de manipular las cuentas públicas y remplazada por el conservador Michel
 Temer.
Foto Afp
Afp, Dpa y Reuters
Periódico La Jornada
 
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