Entrevista a Alfredo Rada Vélez, viceministro de Coordinación con Movimientos Sociales
Correo del Alba
| “La Coordinadora de Defensa del Agua y la Vida, fue un primer ensayo de bloque campesino, obrero y popular en lucha contra las políticas neoliberales” | 
Cuando sugerimos tratar
 la contingencia política de los movimientos sociales en Bolivia, de 
inmediato se nos vino a la mente la pertinencia de dialogar con el 
viceministro Alfredo Rada, quien, con una apretada agenda, reuniones y 
audiencias con distintos sectores sociales, sin embargo, hizo un 
paréntesis en su actividad y recibió a Correo del Alba, en su despacho en Palacio Quemado.
 Siempre
 ha sostenido que sin movimientos sociales no hay proceso de cambio, 
¿cómo se ha dado la participación de esos movimientos a lo largo del 
proceso boliviano?
 Este proceso político se gestó allá por 
el 2000, cuando en Cochabamba surgió la Coordinadora de Defensa del Agua
 y la Vida, que fue un primer ensayo de bloque campesino, obrero y 
popular en lucha contra las políticas neoliberales. Luego se expandió a 
nivel nacional y logró un triunfo político estratégico en octubre de 
2003, cuando la burguesía comenzó a ser desplazada del poder político 
con el derrocamiento y fuga al exterior de Gonzalo Sánchez de Lozada. En
 ese momento, la burguesía se replegó hacia los espacios regionales de 
la denominada “media luna”, conformada por los departamentos de Santa 
Cruz, Beni, Pando y Tarija. Para legitimarse en los espacios políticos 
regionales utilizó la demanda de autonomías departamentales.
 Por
 su parte, el bloque social revolucionario, encabezado en ese momento 
por los pueblos y naciones indígena originarios, a los que se sumaron la
 clase obrera y otros sectores populares, se movilizó para lograr la 
convocatoria a una Asamblea Constituyente y, después, para defenderla, 
así como para respaldar las iniciativas que tomó el nuevo gobierno de 
Evo Morales, como la nacionalización del excedente hidrocarburífero en 
mayo de 2006. 
 Con posterioridad a la llegada a la presidencia
 de Evo Morales, ¿cómo se comportó el bloque de fuerzas políticas y 
sociales que menciona?
 Entre el 2006 al 2009 se dio el mayor
 avance en las transformaciones políticas y económicas, y el mayor nivel
 de acción colectiva de los movimientos sociales, siendo la marcha 
nacional de octubre de 2008, que exigía la aprobación de la nueva 
Constitución Política del Estado, y que recorrió 200 kilómetros desde 
Caracollo hasta La Paz, la más grandiosa expresión de la fuerza de masas
 en ese período. Sin embargo, una vez logrado el objetivo de fundar un 
nuevo Estado Plurinacional, a partir del 2010 entramos en una etapa de 
reflujo de masas. 
 Son varios años en los que se priorizó la 
estabilidad por sobre el cambio, se asentaron tendencias moderadas y 
pactistas dentro del Gobierno; es el momento en que se realizaron 
concesiones y retrocesos programáticos en varias áreas.
 ¿Esta etapa de reflujo de masas se mantiene?
 Comenzó a ser superada a fines del 2013, cuando en la ciudad de Santa 
Cruz, la Central Obrera Boliviana (COB) que se había distanciado por el 
“gasolinazo” de diciembre del 2010, decidió en una reunión nacional el 
reencuentro con el proceso de cambio. Esto permitió, entre 2014 y 2015, 
dar vitalidad a la Coordinadora Nacional por el Cambio (CONALCAM), 
estructura creada en 2007 para defender la Asamblea Constituyente, pero 
que pronto entró en un prolongado debilitamiento que se extendió por 
tres años, entre el 2011 y el 2013, como expresión en lo organizativo 
del reflujo de masas al que nos referimos antes. 
 ¿Cuál es el estado actual de la CONALCAM?
 En los últimos años, la CONALCAMha sumado varias organizaciones 
nacionales, hasta llegar a las 30 que actualmente la conforman. Vuelve a
 tomar iniciativas políticas como fue impulsar el referéndum de febrero 
de 2016 para la habilitación constitucional del compañero Evo Morales 
para un nuevo período. El resultado de ese ejercicio fue negativo, se 
perdió por escaso margen, pero ello no anula la acción colectiva de los 
movimientos sociales que lo impulsaron. Estoy en desacuerdo con la 
crítica pequeñoburguesa que califica –a posteriori y con los 
resultados en mano– aquella propuesta como una “falta de sentido común”;
 sigo y seguiré pensando que es mejor para los revolucionarios 
equivocarse junto al pueblo que acertar lejos del pueblo. De esa forma, 
aún en la derrota mantienes unida la base social del proceso y la 
preparas para nuevas luchas en las que puedes salir victorioso.
 ¿Por qué le asigna tanta importancia a la CONALCAM?
 Porque cada proceso revolucionario tiene su particular configuración 
del nuevo poder político. En el caso boliviano se le denomina “gobierno 
de los movimientos sociales” y una de sus expresiones, la más conocida 
aunque no la única, es la CONALCAM. No olvidemos que el propio Evo se ha
 referido a ella como el gabinete de los movimientos sociales. Un 
gabinete en el que confluyen tres bloques: a) El bloque indígena 
originario campesino, que se expresa en el Pacto de Unidad de sus cinco 
organizaciones matrices; b) El bloque obrero conformado por las 
organizaciones de los trabajadores mineros y metalúrgicos, fabriles, 
petroleros, constructores, de luz y fuerza, del magisterio, todos 
afiliados a la COB. Podemos incluir en este bloque a la base proletaria 
no sindicalizada de las cooperativas mineras;c) El bloque urbano-popular
 conformado por juntas vecinales, transportistas y comerciantes 
gremialistas.
 Sostengo que si los movimientos sociales se 
empoderan dentro del proceso de cambio, uno de los espacios en el que se
 puede ejercer la conducción política es la Coordinadora. Esto 
fortalecerá el liderazgo de Evo, que siempre se ha mantenido fiel a la 
base plebeya de la que surgió.
 Particularmente significativo ha 
sido una de las más recientes resoluciones de la CONALCAM, que pidió ser
 parte de las decisiones económicas y de la agenda productiva. Así 
salieron al paso de la propuesta que la burguesía, representada en la 
Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, le hizo al Gobierno: 
conformar un Consejo Económico y Productivo entre los empresarios y los 
ministros. Si nos fijamos bien en este debate se está expresando también
 la lucha de clases.
 ¿Lucha de clases o conciliación entre clases?
 Recuerdo los debates en la izquierda hace dos décadas. Junto a varios 
otros yo sostenía que la opresión de las naciones originarias por el 
Estado colonial republicano debía ser previamente superada para así 
avanzar en la lucha por el socialismo comunitario. La fundación del 
Estado Plurinacional lleva a un despliegue mayor de la lucha de clases 
en una sociedad que aún es capitalista. Lo decisivo es que fortalezcamos
 en este período a las fuerzas comunitarias y obreras, que las 
empoderemos. Este planteamiento no tiene nada que ver con el pactismo 
conciliador con la burguesía.
 @CorreodelAlba
 

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