La finalidad de este 
artículo consiste en comprender de forma crítica los principales 
aspectos de la modernidad en categorías como: la política, la economía y
 la sociedad a partir del texto “Economía y sociedad, esbozo de sociología comprensiva de Max Weber”
 para así, realizar una crítica a las categorías expuestas por Weber 
mediante el pensamiento crítico. Dicho pensamiento ha sido fuente de 
re-configuración desde la década de los noventa por intelectuales 
latinoamericano como Aníbal Quijano, Enrique Dussel, Walter Mignolo, 
Ramón Grosfoguel1 entre otros. Los cuales dieron condiciones para comprender la “colonialidad epistémica” proveniente del tradicionalismo en la teoría social.
 La particularidad que ofrece este giro-epistemológico, es que facilita 
realizar una crítica a los conceptos de la modernidad y las principales 
teorías sociales que se han desarrollado en los círculos del 
conocimiento universal, por un punto, el proyecto decolonial contribuye a
 ver otra forma de la modernidad en su lógica latinoamericana. 
Para ello, este artículo recurre a una mirada crítica sobre el texto de 
Weber, y rescata la conceptualización realizada sobre la política, la 
economía y la sociedad. 
 De esta forma, se busca la 
interrelación entre el pensamiento crítico latinoamericano y el enfoque 
decolonial en las ciencias sociales sobre el texto mencionado. Para el 
desarrollo del artículo se recurre a la siguiente metodología: 1) Un 
abordaje hemerográfico y bibliográfico sobre el giro-decolonial, 2) Un 
análisis documental en torno al pensamiento crítico latinoamericano y 3)
 Los procesos de interrelación teóricos, conceptuales y metodológicos 
sobre la teoría social construida desde Latinoamérica.
 Introducción  
 El desarrollo del pensamiento científico en las ciencias sociales se ha
 caracterizado por una lógica racional, y un sentido de ver la ciencia 
como un campo que responde a las condiciones materiales de su época. El 
fuerte debate que ha dado la teoría crítica por ir más allá de lo 
tradicional y la discusión dicotómica de la modernidad ha mostrado 
elementos que intenta superar la idea de ver la política como un 
ejercicio instrumental, la dominación como la capacidad de que un actor 
pueda obedecer la voluntad de otro, y el Estado como una figura 
monolítica que se caracteriza por crear un tipo de clase la burocracia y
 dotarla de un conocimiento especializado. 
 La Sociologia de 
Weber (1968) se identifica con el “significado” de la acción social, 
dado que permite tener una ciencia que responde a una acción posteriori 
del individuo. En el leguaje weberiano la interpretación adquiere 
sentido puesto que responde al modo causal del efecto, esta forma de 
acción se articula con una actividad de sentido intencionado en los 
hechos sociales, y la construcción de un tipo de ideal de actores con 
naturaleza semejante. 
 En efecto, la sociedad desde una 
perspectiva de Weber responde a la conducta humana que se relaciona con 
la racionalidad del individuo, acá el interés resulta en ver como una 
acción social es comprendida a partir de la conducta de otro individuo y
 permite la validez del objeto. La conceptualización que existe sobre 
“algunos problemas de la sociológicos” responde al marco epistémico de 
la sociología como ciencia, la valoración y su relación con la ideología
 para saber cómo se constituye una lógica de la política en una sociedad
 moderna [ CITATION Mer02 \l 9226 ].
 El desarrollo teórico de 
Weber en su primera etapa de producción, se le conoce como un momento 
donde los principales problemas económicos, políticos y sociales desde 
una perspectiva histórica aparecen, ya que ofrece aspectos de tipo 
analítico sobre la realidad alemana (1889- 1899) y la figura que tiene 
la ley en la acción social. En este momento la idea de pensar la 
economía, la sociedad y la política se convierte en los elementos que le
 darán argumentos para problematizar la epistemología y metodología de 
la ciencia social, a su vez, esta circunstancia le permite comprender en
 la acción social (Weber M, 1992).
 Siendo así que Weber vincula 
la política como un ejercicio heurístico que tiene como fin la acción 
racional sobre un medio, aquí se rescata la estrategia metodológica 
weberiana puesto que deja entrever el desarrollo de un pensamiento 
monolítico y basado en una lógica objetividad y distante de lo 
subjetivo. La explicación es causal y el efecto de la economía y 
sociedad desde Weber implica una ruptura instrumento del fin que tiene 
cada espacio en el desarrollo del Estado- Moderno. 
 Desarrollo
 El punto de la “objetividad- cognoscitiva” en Weber responde a una 
propia lógica del positivismo y el historicismo alemán que le dan 
elementos para categorizar la política, la economía y la sociedad frente
 a la construcción del Estado como una entidad que debe tener la 
capacidad de mantener la fuerza y ejercer el monopolio legítimo de la 
misma. En ello, se rescata el tipo ideal de un Estado que debe tener 
criterios propios que legitime las clases sociales, una política 
estructural que según Weber debe responde a los intereses del Estado 
para sí, y una economía que se articule con los avances y necesidades 
del Estado y la sociedad. 
 Al mismo tiempo, la cuestión de la 
política en Weber se relaciona con un interés racional más que como un 
ejercicio funcional a los intereses del individuo por esa razón la 
connotación económica se ve ligada a un liberalismo social de corte más 
amplio que permitiera ofrecer las condiciones materiales e inmateriales 
que aparecen en los hechos sociales propios de una sociedad (Weber M, 
1968). 
 El sentido genérico de Weber sobre los sectores que 
conforma un Estado, responde a una tendencia liberal y organizativa de 
la estructuras sociales de su época, dado que la inestabilidad y 
problemas de seguridad eran los fenómenos en particular que afectaban el
 territorio, es así que Weber sitúa la construcción de los “tipos 
ideales” tal como resulta ser en el Estado al momento que establece una 
relación de la norma y la acción social donde procede un cálculo de 
valores con fines y arreglos sobre los ideales normativos de la 
sociedad.
 Así pues, el poder que configura al Estado transciende
 a un ejercicio de la violencia y un problema de llegar a consensos y 
acciones comunicativas entre diferente actores. Reconociendo que la vida
 social en términos políticos y económicos constituye la autoridad (ley)
 weberiana al momento de su legitimidad donde establece acciones que 
instrumentalizan el disenso y las desigualdades sociales. 
 En 
términos concretos, el Estado responde como un resultado de la 
modernidad que contiene la lógica weberiana de autoridad, legalidad y 
coerción a través de diferentes medios. Acá la creencia de valores se 
delega a la autoridad política, y se da fuerza a la coacción para 
establecer el imperio de la ley, el derecho de la seguridad y el deber 
racional de emplear la fuerza física cuando lo requieran las 
circunstancias. Lo que implica la condición de un individualismo 
metodológico que actúa en función de la legitimidad del Estado y produce
 la articulación de los procesos individuales que dan sentido 
intersubjetivo a la conceptualización monolítica del Estado. 
 
Desde la sociología comprensiva estas categorías se articulan con la 
dominación y el sentido de la acción, ya que ofrece elementos para ver 
el Estado, la sociedad, la política y la economía como interactuaran 
desde una visión eurocéntrica del conocimiento[ CITATION Gro08 \l 9226 
]. Esta noción del Estado – Moderno se articula con una mirada 
racionalista que deja elementos peculiares de los proceso 
latinoamericanos como: las formas de organización indígena, la diáspora 
de prácticas negras, el sentido y lazos comunales de los grupos sociales
 excluidos, las revueltas campesinas y las grandes contradicciones del 
capital y el trabajo que ya Marx narraba en los manuscritos donde 
explica la inconformidad de los sectores sociales, y la necesidad de 
construir acciones en función de superar la explotación, la violencia y 
la crisis de la condición humana en sus tiempos[ CITATION Mar04 \l 9226 
].
 Una crítica desde la decolonialidad (conclusión)  
 La modernidad ha sido reconocida como un sinónimo del capitalismo, ya 
que su contribución epistemológica se ha basado en categorías como el 
poder, el Estado, la economía entre otros campos que tienen un sentido 
funcional en el sistema – mundo capitalista [ CITATION Wal05 \l 9226 ] 
debido a que ofrecen una serie de elementos que yuxtapone la realidad 
latinoamericana y da prevalencia a la imagen de europa como centro del 
conocimiento. Es decir, presenta un desconocimiento de los procesos que 
se han constituido al interior de las regiones donde el capitalismo ha 
sido tardío, y por ende su modulación de la realidad muestra una miopía 
sobre la alteridad etno-racial, feminista, indigenista, campesina y solo
 arguye estos fenómenos como momentos históricos que no hacen parte de 
la hegemonía de paradigmas eurocéntricos. 
 Lo que constituye un 
vacío de las historias, heteronomías políticas, prácticas culturales y 
discursos subjetivos de lo popular y cotidiano en el territorio 
latinoamericano, acá el fundamento de la crítica recae sobre la posición
 universalista, neutral y objetiva de los fenómenos sociales de la 
región. Ya bien lo mencionaba Dussel la modernidad significa una 
invisibilización del oprimido de la historia, y responde a un 
conocimiento que pasa por encima de la dignidad y la vivencia del sujeto
 trasladándolo a un plano geopolítico del conocimiento donde no existe 
un reconocimiento de su condición genérica ni su praxis humana.
 
Tal como resulta ser el caso de “la mercantilización de los movimientos 
sociales, considera Dussel, es “intentar que los movimientos sociales no
 pierdan los requerimientos del pueblo, y logre un ejercicio delegado 
del poder”, llegando al punto de que el pueblo es la única base del 
poder y cualquier autoridad debe delegar su función al servicio del 
mismo”[ CITATION Fig16 \l 9226 ]. 
 En conclusión, el pensamiento
 crítico latinoamericano es una forma decolonial de construir la 
realidad de estos tiempos, desde este lenguaje crítico- comunal se puede
 pensar una serie de prácticas que este más allá de dicotomía entre lo 
tradicional y lo moderno, la izquierda o la derecha. Para así lograr 
proponer una forma de liberación en la praxis del sujeto que determine 
sus propias prácticas y acciones comunales. Igualmente esto simboliza 
“La apuesta por una alteridad política que es la iniciativa de construir
 diálogos, traducir los lenguajes populares en acciones cotidianas y 
luchar en función de un sentido común; lo común no implica un discurso 
simple, sino la razón de superar los vacíos y vicisitudes que cada 
sociedad tiene en su contexto contemporáneo”[ CITATION Fig16 \l 9226 ].
 Lo que simboliza transgredir la formas arcaicas del poder, la política,
 la economía y buscar un ejercicio dialógico entre los sectores 
oprimidos y populares que tiene en su corpus prácticas de resistencia y 
constitución de otro mundo posible y diferente donde podamos participar,
 crítica y construir otra realidad que supere la crisis civilizatoria 
del capital y la explotación multidimensional de la existencia humana.
 Bibliografía
 Figueroa, J. J. (12 de Agosto de 2016). Los movimientos sociales y su 
alteridad política. Obtenido de Revista de Ciencias Sociales 
Rebelión.org: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=215464
 Grosfoguel, R. (2008). Del imperialismo de Lenin al Imperio de Hardt y 
Negri: «fases superiores» del eurocentrismo. Universitas Humanística, 
(65), 15-26.
 Marx, K. (2004). Manuscritos económico-filosóficos de 1844. Buenos Aires: Ediciones Colihue SRL.
 Merton, R. K. (2002). Teoría y estructura social. México: Fondo de Cultura Económica.
 Wallerstein, I. M. (2005). La crisis estructural del capitalismo. 
Bogotá: Centro de Estudios, Información y Documentación" Immanuel 
Wallerstein" - Los libros de la contra historia. Desde Abajo.
 Weber, M. (1968). Economy and Society. New York: Bedminster.
 Weber, M. (1992). "Roscher y Knies y los problemas lógicos de la 
escuela histórica de economía" en Max Weber, El problema de la 
irracionalidad en las ciencias sociales. Madrid: Tecnos.
Nota: 
  1 
   Este fenómeno  conocido como el giro-epistemológico y conceptual 
ofrece los  elementos para la emergencia del famoso “proyecto 
modernidad/  colonialidad/ decolonialidad en Latinoamérica”.  
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
 

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