Conversación con George Mavrikos, reelegido secretario general de la Federación Sindical Mundial
La Federación Sindical 
Mundial (FSM) es una federación internacional de sindicatos fundada el 3
 de octubre de 1945 en París. Es la segunda organización sindical 
internacional más antigua y fundadora de la Organización Internacional 
del Trabajo (OIT). Sigue la línea del movimiento sindical clasista y 
lucha contra el capitalismo y el imperialismo, por una sociedad sin 
explotación del hombre por el hombre.
Desde enero de 2006 la sede 
mundial de la FSM se encuentra en Atenas. En cada continente cuenta con 
una oficina regional. En todos los sectores importantes tiene Uniones 
Internacionales Sindicales (UIS). 
La FSM tiene representantes 
permanentes ante organismos internacionales como la ONU, la UNESCO, la 
FAO o la OIT. Lucha a través de estos organismos y pone de manifiesto el
 monopolio que existe dentro de estos organismos.
George Mavrikos 
nació en 1950 en una de las múltiples islas griegas del Mar Egeo, en el 
seno de una familia dedicada a la ganadería bovina. Trabajó durante 16 
años en la rama de los trabajadores del metal en una fábrica de 
maquinaria agrícola. Ha participado en las luchas sociales de su país 
desde que era estudiante. Fue despedido de su trabajo por su acción 
política y sindical en tres ocasiones.
En 1975 fue elegido 
representante sindical. Durante muchos años fue el director de la 
Asociación de Empleados del Sector Privado de Atenas. De 1993 a 1997 fue
 Secretario General de la Confederación General del Trabajo de Grecia y 
entre 1999 y 2008 estuvo al frente de PAME (Frente Militante de Todos 
los Trabajadores), uno de los principales sindicatos de Grecia.
En
 2000, fue elegido vicepresidente de la Federación Sindical Mundial, 
tras la celebración del XIV Congreso de esta internacional sindical, que
 tuvo lugar en Nueva Delhi. De 2000 a 2005 fue el coordinador de la 
Oficina Regional Europea de la FSM. En el XV Congreso de la FSM, 
celebrado en La Habana, fue elegido secretario general, cargo que 
ostenta desde entonces.
Entre el 4 y el 8 de octubre se ha 
celebrado en Durban (Sudáfrica) el XVII Congreso de la FSM que ha 
reelegido a George Mavrikos como secretario general. Conversamos con él 
en el marco de este Congreso.
-Un nuevo Congreso de la FSM en el que eres reelegido como secretario general. ¿Qué balance haces de estos últimos 5 años?
-La
 situación mundial es de una profunda crisis económica y del sistema 
capitalista que está suponiendo multitud de muertes para los 
trabajadores/as, incluyendo entre ellos a muchos emigrantes. Por eso 
hemos centrado este Congreso en el logro de las necesidades 
contemporáneas de la clase trabajadora; por la emancipación de los 
trabajadores/as; contra la pobreza y las guerras generadas por la 
barbaridad capitalista. Por otro lado está la agresividad imperialista 
que pone en una situación muy dificil a la gente sencilla. 
-¿Y que balance haces del desarrollo de la propia FSM?
-La
 FSM cuenta ya con 92 millones de afilidos/as, ha abierto 7 nuevas 
oficinas regionales, ha creado la UIS de Pensionistas y Jubilados y en 
estos momentos el Congreso acoge a 1150 delegados/as de 111 países.
-¿Que prioiridades tiene la FSM de cara al futuro?
-La
 defensa de la clase trabajadora frente a la barbarie capitalista. Entre
 ellos se encuentran los inmigrantes y refugiados que han llegado a esta
 situación por culpa de las guerras imperialistas y a la explotación de 
los recursos naturales. Debemos desenmascarar el sindicalismo amarillo 
de la CSI por ser antidemocrático y colaboracionista, podemos ver su 
papel oscurantista en el seno de la OIT o frente a las guerras. Y, 
finalmente, desenmascarar a las ONG's e ilusionar a la juventud para que
 confíe en la clase obrera. Valen la pena las luchas, son una necesidad 
para la clase obrera.
-¿Qué significa ser secretario general de la FSM?
-Ser
 secretario general de la FSM es una tarea muy importante, líderes 
mundiales famosos fueron secretarios generales de la FSM como Alexander 
Zarikov, Ibrahim Zakaria, Enrique Pastorino, Pierre Gensous o Louis 
Saillant. Recordemos el Congreso de Damasco en 1994 en el que el único 
asunto tratado fue el combate a las propuestas reformistas que trataban 
de abolir la FSM estando muchos de nosotros presentes y el papel 
desarrollado por el entonces presidente. Es un puesto de gran 
responsabilidad, conozco las dificultades y daré todas mis energías.
-También hay un nuevo presidente de la organización.
-Desde
 el Consejo Presidencial hemos decidido apoyar la candidatura de 
Sudáfrica para nombrar como presidente a Mike Makihayiba. Estamos 
seguros de su papel y su contribución al movimiento sindical de clase. 
El trabajo realizado por la organización sindical Cosatu es de agradecer
 y una muestra de la potencialidad de estos compañeros y compañeras.
-Y se modifica ese Consejo Presidencial.
-El
 Consejo Presidencial pasa de 44 a 47 miembros ya que la FSM ha crecido y
 necesitamos cuadros que den el 100% de sus fuerzas. Modificamos la 
representación por países de tal forma que de África pasan a ser 12 
miembros, 14 de Latinoamérica, 8 de Europa, 11 de Asia, 7 de los países 
árabes. Solo se presentan 3 mujeres y renovamos 20 miembros.
-Has comunicado al Congreso que será tu última etapa como secretario general.
-Así
 es. Estoy convencido de que en el próximo Congreso encontraremos un 
secretario o secretaria general mas joven, mas fuerte. Y debemos creer 
en la nueva generación.
-¿Como valoras el XVII Congreso de la FSM?
-Han
 sido tres días de discusiones, 100 oradores con ponencias desde el 
estrado, hemos avanzado en un congreso abierto. También han asistido 
amigos/as y simpatizantes, es el carácter del sindicalismo de clase. 
Podemos confirmar que fue abierto, democrático, internacionalista, de 
los trabajadores/as. El Congreso ha sido monitoreado por observadores 
sudafricanos a los que agradecemos también su trabajo.
-¿Cuáles son las principales tareas de futuro?
-En
 primer lugar tenemos deberes organizativos: reforzar la FSM, ya 
contamos con representantes nuevos de países importantes. Pero debemos 
reforzar la FSM en todos los países. Hemos tenido conversaciones con 
sindicatos de Nigeria y del mundo árabe que abandonarán la CSI para 
incorporarse con nosotros. Se va a crear la oficina en Rusia para 
Eurasia. Entre todos debemos tener un objetivo común. Y no solo son 
números, se trata de un asunto político e ideológico. Debemos fortalecer
 los sindicatos de base porque no somos elitistas y esos sindicatos 
deberán ser escuelas. Tenemos que trabajar con las masas, en los centros
 de trabajo, porque no somos burócratas.
Por otro lado, en el 
Consejo Presidencial debemos debatir sobre temas mas concretos y prestar
 especial atención a África, es el futuro del movimiento sindical. 
Finalmente, debemos rechazar el papel de los sindicatos amarillos. Y en 
ese mismo foro daremos cabida a los secretarios generales de las UIS.
-¿Qué pueden esperar las mujeres, los emigrantes, los jóvenes de la FSM? 
-Hay
 que dar respuesta cada día junto a ellos. Si las mujeres no participan 
no podemos hablar de sindicalismo de clase y es una mala imagen que solo
 haya 3 en el Consejo Presidencial. Hemos escuchado grandes discursos de
 mujeres en este congreso. Nuestra intención es crear Comités de la 
Mujer Trabajadora, de Juventud, de Científicos, Jurídico...
-¿Y cuáles son las prioridades?
-Todos
 estamos de acuerdo con nuestros principios pero necesitamos radicalizar
 las luchas de forma mas política, concienciar a la clase trabajadora. 
No podemos vivir bajo un régimen de explotación, tenemos que luchar por 
la emancipación de los trabajadores/as. Las armas políticas e 
ideológicas son nuestras herramientas y debemos unir a todos bajo una 
misma orientación.
Hay dificultades, en Brasil, en México, en la 
Region Árabe, en África... pero debemos proteger a la FSM por delante de
 todo tras sus 71 años de historia porque seguimos aprendiendo de 
nuestra historia.
-¿Cuáles son las líneas ideológicas de la FSM?
-El
 carácter internacionalista es nuestro elemento mas importante y debemos
 apoyar a Cuba, a Venezuela, a todos los cuadros que luchan en sus 
países. Necesitamos respetar nuestra línea política, una línea 
militante: antiimperialista, anticapitalista, de unidad de trabajadores 
como clase.
-¿Y cuáles son las perspectivas?
-Las 
perspectivas son muy optimistas, porque tenemos superioridad ideológica y
 de cuadros sobre los sindicatos amarillos y ellos saben que tenemos esa
 superioridad moral.
-¿Cuál va a ser el rol de la FSM en los próximos años?
-La
 FSM debe introducir un nuevo elemento en la lucha de clases: atacar. Y a
 partir de ahí, preparar el futuro de la clase obrera para el siglo XXI.
 

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