Ángel Guerra Cabrera
La Jornada
El inicio por Rusia de
 intensos ataques aéreos a posiciones estratégicas del autodenominado 
Estado Islámico (EI) en Siria es una clara expresión del mundo 
multipolar en que Estados Unidos y sus aliados ya no pueden actuar a su 
antojo. Hace 20 días el canciller Sergei Lavrov dijo que Rusia mantiene 
su cooperación militar con Siria y que puede incrementarla si Damasco lo
 solicitara. 
Hemos ayudado, seguimos ayudando y ayudaremos al gobierno sirio cuando se trate de suministrar todo lo que necesite el ejército sirio, añadió. Dijo que Rusia quería evitar que Siria se convirtiera en otra Libia, en alusión al inmenso caos reinante en este país desde que fue bombardeado y despedazado por la OTAN.
Esta semana, al dirigirse a la Asamblea General de la ONU, el 
presidente Vladimir Putin fue muy crítico de los países que se sienten 
con derecho a actuar al margen de la organización internacional y de su 
Carta, que han intervenido militarmente y han desgarrado a varios países
 de Medio Oriente. Al referirse a la responsabilidad de la OTAN en el 
surgimiento del EI y la hipocresía de algunos que dicen luchar contra el
 terrorismo increpó: 
Quiero dirigirme a todos aquellos que ayudaron desde fuera a avivar los conflictos en Oriente Medio y en África: ¿Se dan cuenta de lo que han hecho? Todos los intentos de jugar con los terroristas, de financiarlos, son fatales y pueden tener consecuencias catastróficas. Señores, se están metiendo con gente muy cruel, pero no son tontos ni primitivos. Ellos no son más tontos que ustedes, y quién sabe quién utiliza a quién para sus propios fines.
El EI es otro Frankestein creado por el afán de despojo imperialista.
 Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Arabia Saudita, Turquía y Quatar 
financiaron a rebeldes sirios supuestamente moderados que terminaron 
ocupando extensas zonas del país árabe a las órdenes de Al Quaeda y 
algunas de sus filiales. Luego, al parecer, con una buena mano de los 
servicios secretos de Israel han derivado en ese ente bárbaro y 
sanguinario que se les fue de control –como les pasó en su momento con 
los talibanes en Afganistán– y ya se extiende por vastas regiones de 
Siria, Irak e intenta desestabilizar Líbano. Su propósito declarado es 
constituir un califato 
islámicoen todo el mundo musulmán. Sin embargo, ha concitado la condena de las más prestigiosas autoridades teológicas del islam.
Hasta ahora la coalición creada por Estados Unidos hace un año
 para combatir al EI, supuestamente constituida por 60 países, no ha 
conseguido hacerle ni cosquillas con sus bombardeos aéreos. Mientras, el
 Pentágono ha confesado el fracaso de sus multimillonarios planes para 
entrenar rebeldes sirios 
moderadosque le hagan frente a la organización extremista. Muchos de ellos han sido muertos no más entrar en territorio sirio o se han pasado con armas y bagaje a las filas del enemigo que se suponía debían combatir.
Una diferencia crucial entre la coalición creada por Estados Unidos y
 el esfuerzo que inicia Rusia es que la primera surgió sin contar con el
 gobierno legítimo sirio del presidente Bashar al Assad ni con el 
Consejo de Seguridad de la ONU. Sus acciones, por tanto, son ilegales e 
ilegítimas.
En cambio, la fuerza aérea rusa está en Siria a solicitud de Damasco y
 en acuerdo con los gobiernos de Irán e Irak. En la capital de este 
último han establecido un Centro de Información que coadyuve al 
intercambio de inteligencia y a coordinar las acciones contra el EI. En 
línea con ello, Putin ha hecho un llamado a Estados Unidos y sus aliados
 a sumarse a un esfuerzo conjunto para liquidar al EI e incluso disuadir
 a jóvenes que se sienten atraídos por este y dar la oportunidad de 
salirse a quienes ya entraron en la aventura.
Pero hacerlo mediante una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. Subrayó, además, que era 
clavela participación los países árabes e islámicos y mencionó en particular a Irán, Arabia Saudita y Egipto. Resulta imposible seguir aguantando el orden mundial existente, resumió Putin.
Al cumplirse 70 años de la fundación de la ONU pudimos apreciar una 
argumentación semejante en las históricas y muy aplaudidas palabras del presidente Raúl Castro,
 lo que es muy importante, pues Cuba es referente mundial de los pueblos
 que luchan por la justicia social, la paz y la cooperación 
internacional.
Twitter: @aguerraguerra
 

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