Resumen
Durante casi ya dos 
décadas el Estado chileno ha intentado contener el último levantamiento 
de las comunidades mapuches jugando una estrategia que une el trabajo 
sucio de los organismos de inteligencia, con la judicialización del 
conflicto social, lo que ha llevado aparejado violentas escenas 
represivas violatorias de derechos humanos, condenas por organizaciones y
 tribunales internacionales en la materia.
Los montajes 
judiciales en base a testigos sin rostros, la violenta represión que ha 
traído consigo el asesinato por la espalda y ejecuciones extrajudiciales
 de comuneros mapuche, así como las agresiones y detenciones de ancianos
 o menores de edad, han dejado un saldo de condenas internacionales, en 
foros y tribunales internacionales, además del costo en imagen país, que
 no han podido ser obviadas ni silenciadas por las autoridades del 
Estado y quienes dirigen la política internacional del país.
Esta 
política, heredera de la estrategia del exterminio iniciada a finales 
del siglo XIX, está hoy absolutamente fracasada y no precisamente por 
criterios humanistas del Estado y las inversiones capitalistas en 
territorio mapuche, sino simplemente por la creciente resistencia de las
 comunidades en las dos últimas décadas. A pesar de ello esta vieja 
política se niega a morir y aún se construyen relatos comunicacionales 
como el que actualmente levanta el conglomerado de medios de la Radio 
Bío Bío, un sector de la empresa forestal y los siempre erráticos 
encargados de comunicaciones de la gobernación de Arauco e Intendencia 
del Bío Bío, el discursillo de manual de “las mafias de ladrones de 
madera” que estarían detrás del conflicto. Tanto esta, como otras 
estrategia comunicacionales, de similar matriz levantadas en estos casi 
20 años de conflicto, así como el papel de los grupos de inteligencia 
que están detrás de esta y otras acciones comunicacionales, está aún más
 fracasados que la propia vía judicial-represiva, a la cual acompañan, 
profundamente cuestionados desde los propios grupos de poder.
Han 
fracasado rotundamente como lo establecen las propias cifras que manejan
 las autoridades, tanto del número, calidad y extensión de las acciones,
 como la popularidad nacional e internacional de la causa mapuche. A 
partir de este fracaso es que surge desde una parte del gobierno, 
avalado incluso por un sector del empresariado y la derecha, la 
estrategia Huenchumilla, cuyo correlato comunicacional se aproxima al 
trabajo que levanta el periodista Pedro Cayuqueo en CNN Chile a través 
del programa Kulmapu.
Las Contundentes Cifras de la Patronal
El
 informe anual de la “Multigremial de la Araucanía” (MGA) entrega cada 
verano y que este año incluyó a la Región del Bio Bio, entrega cifras 
rotundas que nos llevan a realizar algunas lecturas interpretativas.
Así
 podemos constatar que las “acciones violentas e ilegales” relacionadas 
al conflicto mapuche en el Bío Bío más que se duplicaron, saltando de 27
 acciones durante el 2013 a 59 durante el 2014, con la agravante que las
 acciones que se registraron durante este 2014 en las provincias de 
Arauco y Bío Bío son de una connotación mayor a las registradas en años 
anteriores y también en comparación a las registradas durante el 2014 en
 la región de la Araucanía.
Las cifras en las provincias de Cautín
 y Malleco tampoco son alentadoras para la patronal: solo en la comuna 
de Ercilla, las acciones llegaron a 68 el año 2014, en Angol fueron 49 y
 en Collipulli 28.
Si pensamos que el conflicto se inició en 1997 
con unas pocas comunidades de apenas 3 comunas: Tirúa y Contulmo 
(Provincia de Arauco) y Lumaco (Provincia de Malleco), orígenes de la 
Coordinadora de Comunidades en Conflicto de Arauco y Malleco (CAM) la 
cual fue proscrita e ilegalizada durante los gobiernos de la 
Concertación. Hoy las acciones se extienden por el Alto y Bajo Malleco, 
los conflictos en Cautín que antes del descabezamiento de la CAM estaban
 restringidos a unas pocas comunidades de Victoria, Vilcun y Chol Chol, 
hoy se extienden a lo largo y ancho de toda esta provincia, incluso en 
las comunas donde las comunidades mapuches eran consideradas fuentes de 
votantes para la extrema derecha pinochetista chilena, así el catastro 
2014 identifico 14 acciones en la comuna de Freire, puerta para extender
 el conflicto a la zona lacustre Villarrica-Pucon-Cararrehue, de hecho 
en Villarrica ya se registra un acción durante el 2014. Otras comunas 
muy ligada políticamente a la derecha y con ello a la “paz social de los
 agricultores” ya registran acciones este 2014: Nueva Imperial (2) 
Puerto Saavedra (2) Carahue (3) Los Sauces (2) Loncoche (1), cuestión 
que amenaza con intensificarse.
Para el 2015 la patronal de la 
Araucanía deberá extender sus estudios a la Región de los Ríos, donde 
las acciones también se incrementaron durante el 2014, al igual que en 
la Provincia de Osorno en la Región de los Lagos, donde el conflicto 
también ya está instalado y amenaza con expandirse aún más hacia el sur.
Conflicto Mapuche en la Provincia de Bío Bío.
El
 año 2014, el conflicto en la región del Bío Bío salió de las 
comunidades lafkenche de la provincia de Arauco y se extendió a las 
comunidades Moluche de la comuna Mulchen (2 acciones), los pewenches en 
el Alto Bío Bío (2 acciones) y Quilaco (1 acción).
El 24 de julio 
una acción con quema de maquinarias de la empresa Colbun que construye 
represas en el rio Bío Bío en la comuna de Quilaco, sorprendió a muchos,
 el Alto Bío Bío no veía situaciones de ese tipo hace más de una década,
 solo unas semanas antes Bachelet (8 julio) había estado en ese sector, 
inaugurando la represa del sector Angosturas del Bío Bío.
El 6 de 
septiembre un ataque incendiario afectó en la comuna de Alto Bío Bío las
 instalaciones de la Fundación Pehuen, ligada a Endesa la otra empresa 
de energía que ha impactado el río Bío Bío con sus embalses y centrales 
Hidroeléctricas.
El 9 de diciembre un atentado incendiario contra 
la casa patronal, la casa del cuidador y cuatro bodegas de hacienda en 
el sector Ranquilco de la comuna de Mulchen, marcó otro hito, pues hasta
 ese momento las demandas de tierra de las comunidades moluche de esta 
comuna se habían realizado por vías institucionales y las ocupaciones de
 predios habían sido todas de carácter puramente simbólico.
Pero, 
sin duda, la acción más significativa desde el punto de vista de poder 
económico fue el atentado incendiario contra el Fundo Aguas Blancas de 
propiedad de Eliodoro Matte Larrain, principal accionista de CMPC y uno 
de los dos poderosos del rubro forestal, la acción afectó a un “quincho”
 de su hacienda ubicada camino al Alto Bío Bío el 28 de diciembre.
Conflicto Mapuche en la Provincia de Arauco.
El
 año 2014 las acciones en la Provincia de Arauco se iniciaron el día 3 
de enero en el sector de Huallepen, comuna de Contulmo, donde 5 
maquinarias forestales fueron quemadas, días más tarde (9 enero) un 
camión con brigadistas fue atacado en la comuna de Cañete, tres días más
 tarde, el día 12 de enero la empresa que realizaba los trabajos de la 
ruta que uniría Tirúa con la región de la Araucanía decide abandonar las
 faenas ante los continuos atentados de que era objeto.
En Febrero
 las acciones continuaron en el conosur de la provincia de Arauco: 
Cañete, Contulmo y Tirúa. El 21 de febrero se registra una quema de 
cabañas en el sector Huillico (Contulmo) ese mismo día diversos cortes 
de ruta se registraban en el camino que une Cañete con Tirúa (Ruta 
P-70), un intento de despeje, tras 3 días de toma de carretera finalizó 
con 9 carabineros heridos el día 24 de febrero.
Estos 
enfrentamientos por tomas y despejes de carretera se reiterarían durante
 los meses de marzo, abril, mayo y junio. El 11 de junio se había 
registrado un ataque a una camioneta forestal donde se trasladaba 
personal de seguridad privado. El día 10 de julio los mapuches logran el
 retiro del cuartel móvil instalado a orilla de carretera por fuerzas 
especiales de carabineros en Antiquina, límite entre las comunas de 
Cañete y Tirúa. Ese mismo mes y solo 7 días antes 3 carabineros 
resultaron heridos en el Fundo El Canelo en Tirúa.
El día 19 de 
julio, 11 comuneros y 5 carabineros resultaron heridos tras cruentos 
enfrentamientos, luego de que Fuerzas Especiales y el GOPE irrumpiera en
 un fundo forestal donde los comuneros extraían madera, una escaramuza 
que servirá para montar el discurso de las mafias de la madera. Este 
hecho marca una inflexión, pues hasta ese momento los comuneros 
explotaban la madera de los predios y entregaban a las propias 
forestales, con el conocimiento y consentimiento de estas, práctica 
sistemática instalada desde hace un par de años en la zona, por esto el 
desconcierto de los comuneros mapuches heridos en Huentelolen en 
diversas entrevistas a distintos medios, ellos estaban absolutamente 
sorprendidos de la acción de la policía.
El día 20 de julio un 
predio con vigilancia policial (Fundo Paillaco) es atacado, quemándose 
maquinaria forestal, la fuerza policial que lo custodiaba simplemente 
escapó del lugar, como bien lo consigna el diario El Mercurio en esos 
días con claras muestras de preocupación. Al día siguiente, 21 de julio 
en el sector Curaquidico de Tirúa son quemadas 2 cabañas y maquinaria 
forestal.
23 y 24 de julio la ruta P-70 permanece dos días ocupada
 por comuneros mapuches en diversos puntos. Los cortes se extienden 
incluso a Peleco, intersección entre Cañete, Contulmo y Tirúa.
Octubre: Militarización de la Provincia de Arauco
En
 Octubre el conflicto escala en magnitud y violencia en el cono sur de 
la Provincia de Arauco, como consecuencia del asesinato del comunero 
mapuche José Quintriqueo en la comuna de Galvarino, Provincia de Cautín.
 El día 3 de octubre tres carabineros caen heridos de gravedad en un 
enfrentamiento con comuneros, en una acción en la cual las fuerzas 
policiales no solo fueron incapaces de romper un corte de ruta, sino que
 además debieron huir del lugar con bajas de por medio, en el sector de 
Lleu Lleu. Al día siguiente se montó un operativo policial que contó con
 refuerzos de otras regiones del país, un grupo importante de tanquetas y
 vehículos blindados, que permanecen hasta hoy en la zona. Las acciones 
policiales que incluyeron la presencia del propio director general de 
carabineros en la comuna de Cañete, desde donde dirigió vía aérea las 
acciones policiales.
El resultado de esta concentración de fuerza y
 vehículos militares lo único que logró fue un despeje momentáneo de la 
ruta P-70 por unos pocos días. Simbólicamente comuneros mapuches de Los 
Álamos al norte de la provincia de Arauco, cortaron rutas interiores en 
el mismo momento que se despejaba la P-70 en otra demostración de la 
incapacidad de controlar el territorio por la vía policial y represiva.
Durante
 ese mes solo en la comuna de Cañete, sectores de Huentelolen y San 
Ramón, 16 carabineros más resultan heridos en enfrentamientos ocurridos 
los días 4 y 28 de octubre respectivamente.
Los sucesos violentos 
continuaron hasta el último mes del año 2014, el 3 diciembre Bachelet 
visitó la región, durante todo su trayecto fue acompañada de 
manifestaciones en Penco y Concepción, sin embargo, su visita a Lebu fue
 cancelada por seguridad, a los profesores que la esperaban en la 
capital de la Provincia de Arauco, se sumó la noticia de que decenas de 
focos de incendios forestal simultáneos se extendían en la provincia de 
Arauco, lo que evaluó la seguridad presidencial para la polémica 
suspensión de la visita a Lebu.
El año se cerró en Arauco el 27 de
 diciembre con el baleo del helicóptero policial en Lleu Lleu donde 
resultó herido en el tórax el hijo del prefecto de carabineros de la 
provincia de Arauco, hecho que le costó la remoción del cargo a la 
autoridad policial.
Un ciclo que se niega a morir y otro que no puede nacer
La
 estrategia represiva seguida hasta hoy por el Estado Chileno se muestra
 fracasada en todos los ámbitos, desde lo político a lo policial, tanto a
 nivel interno como externo. La cada vez más creciente y militarizada 
presencia policial se muestra incapaz incluso de controlar las 
carreteras en la zona de conflicto, zona de conflicto que por lo demás 
se extiende geográficamente año tras año.
El impulso de campañas 
comunicacionales referidas a las mafias de las maderas son otro sin 
sentido más en esta actual correlación de las fuerzas en disputa, ya que
 de alguna forma, la única posibilidad de rescatar la producción de 
madera para las forestales, es su explotación por parte de los mapuches,
 ya que en la práctica perdieron el control del territorio sobre las 
cuales están estas plantaciones.
En función de este escenario es 
que surge desde diversos sectores dominantes la estrategia Huenchumilla,
 que apunta pasar de la línea puramente represiva a otra de control 
social. Para ello Huenchumilla cuenta con ciertos consensos, pero no con
 la unanimidad. En este contexto resulta absolutamente decidor el actuar
 tanto del gobernador de Arauco como del Intendente del Bío Bío, ellos 
son hombres de la vieja escuela de la Concertación, administradores del 
orden social y económico de la dictadura, que creen que el conflicto 
mapuche puede conducir tal cual el conflicto estudiantil o el de la 
reconstrucción post terremoto, migajas de becas o subsidios, corrupción 
de algunos dirigentes, cooptación de otros y represión para los que 
persistan en la lucha. Sin embargo, este conflicto tiene un desarrollo 
mayor para el cual esto no basta y por el contrario, las acciones 
represivas en la medida que son superadas alientan aún más el desarrollo
 del conflicto.
La urgencia de Toro en culpar a los mapuches del 
asesinato de un carabinero en la provincia de Arauco, que en definitiva 
había sido ejecutado por un parcelero, la intendencia que se sumó a la 
campaña comunicacional de las mafias roba maderas, se alejan mucho de lo
 que pretende Huenchumilla y la Provincia de Arauco, origen y epicentro 
del actual levantamiento mapuche, cuyo rol es fundamental a la hora de 
hacer efectiva esta estrategia.
Huenchumilla ya cuenta con un 
grave problema, producto del trabajo sucio de los grupos de inteligencia
 y la estrategia jurídico represiva de criminalización de las 
organizaciones, hoy el movimiento mapuche no cuenta con orgánicas ni 
voces para establecer puentes de diálogo y negociación, son muchos los 
actores y todos independientes entre sí, debido a la fragmentación que 
estas dos políticas combinadas provocaron.
La estrategia de 
Huenchumilla es muy astuta y de implementarse efectivamente puede 
conducir a un enfriamiento del conflicto por décadas. Con solo el 1% de 
las tierras usurpadas tras la ocupación del estado Chileno se satisfacen
 las necesidades de todas las comunidades que actualmente conflictuan, 
incluso las de aquellas potenciales de conflictuar e incluso más. Eso es
 mucho menos que el 50% de las utilidades que pagó Petrobras en Bolivia 
tras la elección de Evo Morales que actualmente le permite continuar con
 su negocio.
Sin embargo, Huenchumilla y quienes están detrás de 
él, chocan con lo mismo que chocan las diversas políticas de la Nueva 
Mayoría y es que en la práctica no existe una política de la Nueva 
Mayoría. Más aun cuando Matte y Angelini, los controladores de la gran 
industria forestal y maderera en este país, están detrás de la 
financiación de las campañas políticas. Tal como dijo el periodista 
Pedro Cayuqueo, muy cercano a la línea Huenchumilla “las forestales” son
 los Penta de la Nueva Mayoría.
 

No hay comentarios:
Publicar un comentario