Guatemala,
20 ene (PL) La Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, calificó hoy
de importante la condena a 90 años de prisión contra el exjefe
policial, Pedro García Arredondo, por la quema de la Embajada española y
la muerte de estudiantes universitarios.
Menchú, quien en esa masacre perdió a su padre Vicente Menchú y a su
primo Francisco Tum, recordó que la querella fue desgastante durante los
16 años que duró en Guatemala.
García Arredondo debe purgar 40
años de cárcel por la tragedia en la sede diplomática española en enero
de 1980, y 25 años por cada uno de los dos estudiantes ultimados, según
el Tribunal de Mayor Riesgo B, integrado por las togadas Jeannette
Valdés, Sara Yoc y María Castellanos.
Aunque horas antes de
leerse la sentencia, el acusado insistía en su inocencia, la judicatura
también lo responsabilizó con la muerte de dos universitarios que
participaban en el velorio de las víctimas del incendio.
El
juzgado de alto impacto también anunció este lunes que el próximo jueves
se realizará la audiencia de reparación en horas de la mañana. El
señalado como culpable declinó ofrecer declaraciones y manifestó que no
tenía ninguna opinión que dar.
El debate por este caso se
reinició el pasado 9 de enero, cuando el exdiplomático español Yago Pico
afirmó como testigo que en el incendio perpetrado el 31 de enero de
1980 hubo abuso de autoridad de los agentes de la fuerza pública de
Guatemala.
Las audiencias relacionadas con esta causa, iniciaron
en octubre del año anterior y la Fiscalía señaló como responsable del
siniestro a García Arredondo, exjefe del Comando Seis de la extinta
Policía Nacional.
Desde el comienzo del fuego hasta la una de la
madrugada del 1 de febrero no hubo ninguna llamada del gobierno
guatemalteco para consultar sobre el estado del embajador español en
Guatemala, Máximo Cajal, aseguró el declarante Picó.
Una versión
diferente ofreció ante el tribunal, Eduardo Cáceres Knox, sobrino del
exvicepresidente Eduardo Cáceres Lehnhoff, víctima mortal en el
siniestro.
El deponente sostuvo que los manifestantes fueron los
responsables porque "tenían bombas molotov (...) los policías mostraron
que en los morrales de los manifestantes había bombas".
El
asalto a la sede diplomática dejó un saldo de 37 personas quemadas,
incluidas el cónsul español Jaime Ruiz y sus empleados Luis Felipe Sanz y
María Teresa Vázquez, así como 22 campesinos del noroccidental
departamento del Quiché |
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