Las
autoridades de Estados Unidos recurrieron a innumerables proyectos
intervencionistas con la meta de derrocar al Gobierno de Cuba, revela
este lunes el rotativo estadounidense 'The New York Times'.
En un artículo titulado 'Misadventures in Regime Change In Cuba (En Cuba, desventuras al intentar derrocar un régimen)', el citado diario afirma que Washington ha gastado 264 millones de dólares durante los últimos 18 años, bajo el pretexto de desarrollar reformas democráticas en Cuba.
"Los sigilosos programas han agravado la hostilidad entre las dos naciones y han bloqueado oportunidades de cooperar en áreas de interés mutuo", insiste 'The New York Times'.
La Agencia para el Desarrollo Internacional de EE.UU. (Usaid, por sus siglas en inglés) ha desempeñado un papel clave a la hora de implementar planes ilegales en Cuba, apostilla el rotativo.
Continúa afirmando que en los primeros años del Gobierno de George W. Bush (2001-2009), se invirtieron cuantiosas cantidades de dinero para acabar con el Gobierno de Cuba, incluso se otorgaron un gran número de contratos a grupo cubanoamericanos.
Uno de los mencionados grupos tenía la responsabilidad de convencer a los Gobiernos extranjeros de que brinden su respaldo al injusto cerco que EE.UU. desde hace más de cincuenta años ha impuesto contra Cuba.
'The New York Times' agrega que, a pesar de los resultados de la investigación de la Oficina de Rendición de Cuentas (GAO, por sus siglas en inglés) en 2006, el Congreso de EE.UU. autorizó en 2008 -45 millones de dólares para los proyectos contra Cuba, una cifra récord-.
Haciendo alusión al arresto del contratista de la Usaid, Alan Gross en 2009 por espionaje, el rotativo expresa que los funcionarios de la Usaid y el Departamento de Estado, decidieron anular los proyectos encubiertos contra Cuba, empero los legisladores cubanoamericanos se resistieron vigorosamente para asegurarse de que siguieran en marcha.
Al concluir, 'The New York Times' pide a las autoridades de la Casa Blanca que adopten ciertas medidas para reanudar las relaciones diplomáticas con Cuba y que dejen al lado sus programas para acabar con el Gobierno de esta isla.
"Washington tiene que reconocer que a lo único que puede aspirar, es a influir de manera positiva en la evolución de Cuba hacia una sociedad más abierta. Para eso, es más productivo lograr un acercamiento diplomático, que insistir en métodos artificiosos", concluye el diario.
No se trata de primera ocasión que el popular rotativo estadounidense difunde artículos sobre Cuba y EE.UU., ya que en menos de un mes ha publicado cinco capítulos sobre el tema y en el más reciente exhortó al mandatario de EE.UU., Barack Obama, a canjear a su compatriota Alan Gross, con los tres cubanos antiterroristas, retenidos en el territorio norteamericano desde 1998.
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