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martes, 15 de enero de 2013

Entrevista con Iván Márquez, jefe de la delegación de Paz de las FARC-EP "Nunca haríamos un acuerdo de espaldas al país"




Contagio Radio y Semanario VOZ


Periodistas de Contagioradio y el semanario VOZ recibieron las respuestas a un extenso cuestionario que le formularon al comandante Iván Márquez, quien encabeza la Delegación de la Paz de las FARC-EP sobre distintos temas de interés después de la instalación de los diálogos de paz en Oslo, Noruega y del comienzo de la Mesa de conversaciones en La Habana.


Márquez en medio de las incertidumbres del proceso mantiene el optimismo, se refiere a los avances desde Oslo hasta hoy, resalta la importancia de la participación de la sociedad para que la salida dialogada al conflicto armado sea posible, en particular los aportes de las mesas regionales promovidas por las comisiones de paz de Senado y Cámara, así como las conclusiones del Foro sobre Política de Desarrollo Agrario; se pronuncia sobre la reforma tributaria y otros temas políticos y sociales y expresa la posición del movimiento alzado en armas respecto al imaginario social mediático sobre sus fuentes de financiación, entre otros aspectos importantes.

Analiza la tregua unilateral decretada por las FARC-EP cuyo plazo va hasta el 20 de enero y plantea la posibilidad de un armisticio o de una tregua bilateral indefinida.

-Después de Oslo ha corrido bastante agua bajo el puente. Veamos uno de los aspectos del Acuerdo General para la terminación del conflicto. El tema agrario ¿En qué estado se encuentra? ¿Hay avances? ¿Se han estrechado las distancias, luego de que se conocieran dos puntos de partida tan distantes?


-Digamos que hay un diagnóstico común de la situación de miseria que como maleza invadió el campo colombiano. El índice Gini del 0.89 es un espejo que refleja la terrible la desigualdad que campea en el sector. Ni siquiera el gobierno tiene las fuerzas ni los argumentos para cuestionar esos tristes números de la injusticia. Durante el tiempo que ha corrido debajo del puente hemos configurado una visión más amplia de la problemática. En La Habana hemos escuchado la voz de los expertos de la ruralidad, como son nuestros campesinos, indígenas, empresarios, catedráticos... Ya están fluyendo importantes insumos, producto de foros y eventos organizados por iniciativa popular, por la ONU y la Universidad Nacional, y por las comisiones de paz de senado y cámara, que contienen la esperanza de solución del problema rural que ha anhelado mucha gente, por mucho tiempo, por la certeza, que nadie les quita, de que ahí está la clave de la paz. Estamos dando los primeros pasos en un camino que todos sabemos complejo. Necesitamos instrumentos de navegación. Para llegar a nuestro destino de paz, requerimos como GPS y brújula, la estadística, las cifras y el catastro, pero en Colombia esas ayudas no existen o son muy deficientes. Se necesita saber qué es lo que se va a redistribuir, restituir y formalizar. No pueden ser baldíos solamente. Para las FARC-EP hay un monstruo cebado en sangre y despojo que subyace en el fondo del problema: el latifundio, pero algunos de las elites prefieren no nombrarlo, lo protegen, lo disimulan, caminan en puntillas cuando pasan frente a él. Ese ha sido el error de todos intentos de reforma agraria, si es que se les puede dar ese nombre. Pero saben que si las cosas siguen como van, en poco tiempo podrían arrendar o vender esas grandes propiedades a las trasnacionales minero-energéticas. Negocio es negocio.

-Organizaciones de la sociedad organizada rural de los sectores populares y otros, entre ellos la Ruta Social Común por la Paz, reiteran permanentemente la necesidad de la participación, ustedes mismos como delegación de paz de las FARC EP, lo han planteado, Cuándo hablan de participación de las organizaciones, Es insuficiente una páginas web y un foro como el realizado recientemente en Bogotá, ¿por qué? ¿Y el corto tiempo de las conversaciones si dará para otra forma de participación? ¿Qué puede ser eficaz y eficiente para esa participación? ¿Qué se están imaginando?


-Para las FARC-EP lo fundamental es lo que determine la voluntad nacional, el soberano, el constituyente primario, frente a la guerra y la paz, y en este caso, frente al tema específico de la ruralidad y el territorio. En la mesa somos su voz y sus soldados. Estamos ciertos que la dinámica del proceso la imprime la iniciativa popular. Hay derechos de participación política que la gente tiene que hacerlos valer. Con la movilización si es preciso. Ningún colombiano, ninguna organización política o popular, puede admitir mordazas bajo el chantaje de la judicialización si llegare a hablar con una de las fuerzas beligerantes en la mesa, como lo pretende el ministro del interior, Fernando Carrillo. No hay nada más absurdo. Ese chantaje que pretende que no podemos dialogar con las organizaciones sociales hasta tanto no nos desmovilicemos, es todo un disparate, que no habla de grandeza ni de buenas intenciones del gobierno frente a la paz, y denota en cambio una ignorancia total frente al decoro que destella la guerrilla de Manuel. La mesa y sus protagonistas tienen que estar al servicio de la gente. La paz de Colombia no será resultado de un conciliábulo, ni la reconciliación se forja a espaldas de la nación. Por eso valoramos lo producido hasta hoy por los foros y eventos realizados. Sus conclusiones serán insumos esenciales para la construcción de la paz. Saludamos la iniciativa en proceso del Foro Ciudadano Permanente por la Paz . La Web, por su poca accesibilidad, no colma por ahora las expectativas, pero si es un mecanismo práctico que habrá que mejorar. Finalmente, las ideas son muy importantes, pero debemos acompañarlas con grandes movilizaciones, para que tomen forma concreta en la nueva realidad que se está forjando.

-Ustedes han planteado respecto a la información que ya recibieron de las mesas regionales que adelantaron las comisiones de paz de Senado y Cámara, como un insumo importante, ¿Cómo han trabajado esos aportes en la mesa?, ¿Estos aportes no son suficientes como medio de participación de la sociedad rural?


-Los aportes de las mesas regionales promovidas por las comisiones de paz de Senado y Cámara, así como las conclusiones del Foro sobre Política de Desarrollo Agrario Integral organizado por la ONU y el Centro de Pensamiento de la Universidad Nacional, que recibimos las FARC en la Habana el 8 de enero y el gobierno en Bogotá, y aportes de otras iniciativas populares, todas esas ideas y sueños empezarán a ser estudiados a partir de 14 de enero cuando la mesa reanude actividades. Claro que las FARC ya lo están haciendo y los estamos sometiendo a debate a través de nuestros canales. Reiteramos su inmenso valor y nuestra intención es que ninguno de estos esfuerzos pase a la historia como espacios que se abrieron para “botar corriente”. Recuerde que habrá un mecanismo para refrendar lo convenido, que también debe definirlo el pueblo.

-El presidente Santos, el ex ministro De La Calle, el presidente de la SAC, el doctor Mejía han reiterado que el modelo económico no está en negociación, esto significa que la política minero energética que afecta suelos y subsuelo, que define modelos de desarrollo no se discute ¿De qué entonces discuten o a que llegan a acuerdos? ¿Cuáles son los mínimos?

-Esa es una aspiración del gobierno, muy respetable por cierto, pero no concuerda con el espíritu ni la letra del Acuerdo General de La Habana. Por otra parte, es imposible que la profundización de la política neoliberal que promueve Santos, la entrega del territorio a la industria extractiva trasnacional, se escape a la discusión del primer punto sobre tierras, acceso y uso, soberanía alimentaria, ruralidad digna. Este no es un país de ignaros ni cafres. Lo que viene avanzando con redoble de tambores y artificios mediáticos, es la extranjerización de la tierra, la desnacionalización de la economía, la pérdida de la soberanía, la destrucción del medio ambiente, el tejido social, nuestras costumbres. Viene avanzando con ruido de locomotora, el hambre y la desposesión, la victoria definitiva de la injusticia. Duro pero cierto, ¿no? La verdad pura y limpia es necesaria. Los colombianos todos debemos colocarnos al frente, en la trinchera de la patria, para decirles a los nuevos colonialistas que, no pasarán. ¿Los mínimos? La reforma rural integral y la reversión del infrahumano coeficiente Gini.

-El reciente Foro sobre política agraria en Bogotá mostró diversas maneras de abordar la problemática rural, algunos partiendo de qué no es posible negociar el modelo, otros afirmando la necesidad de modificar el modelo. Sin embargo, todos coincidían en la identidad de los problemas como la pobreza, la marginación rural, la ausencia de bienestar social para los trabajadores rurales, algunos aspectos del ambiente y del cambio climático, y la ausencia de infraestructura de telecomunicaciones, sistema férreo, sistema carreteable, déficit técnicos, tecnológicos entre otros. ¿Cuál es la postura de las FARC EP?

-De acuerdo, eso es lo que hay que superar. Y aunque parezca increíble, lo dicen ya los papeles públicos, en la mesa hay consenso entre las partes de que es urgente construir la dignidad rural, asunto que atañe a toda la nación. La vida digna en las ciudades depende de la estabilidad rural, y viceversa. Se debe estrechar esa relación simbiótica para que Colombia salga adelante. Atender las justas reclamaciones de la población rural y urbana, desoídas por décadas, abriría las puertas, por primera vez, al ejercicio de la construcción de democracia verdadera. Hay que democratizar la vida nacional, empezando por la democratización de la tenencia de la tierra.

-Volviendo a la propuesta de Colombianas y Colombianos por la Paz sobre un Foro Permanente, para este colectivo su naturaleza está o va más allá de la Habana y del escenario de conversaciones que se adelante con el ELN y el EPL, partiendo de reconocer los disensos con sectores empresariales y de los puntos de identidad de estos con los sectores rurales. ¿Las FARC EP cree que existe un sector empresarial que puede comprometerse con la construcción de un proceso de paz en lo rural, que pueda establecer acuerdos entre cooperativas rurales y sector privado, en condiciones justas? O de suyo descartan que el capital privado pueda aportar al proyecto político de las FARC EP o al proyecto que se construya entre comunidades y privados?


-Claro. Es que el sector empresarial, la industria nacional, los agricultores, los ganaderos, están siendo apaleados por la política económica del gobierno que tiene su corazón vendido a los intereses económicos de las trasnacionales. Para la inversión extranjera, todo: exención de impuestos, gabelas para que coloquen todas sus ganancias en el exterior, seguridad legal que prioriza los derechos del capital sobre los derechos sociales y sobre la propia industria nacional. Mientras una trasnacional paga por ejemplo menos del 15%, y hasta el 5% en impuestos, los industriales colombianos tienen que pagar el 30%. Cuando quieran, las multinacionales se pueden llevar su maquinaria y su tecnología. La política del gobierno está arruinando la industria nacional. Y para rematarla, le clava impunemente el puñal de los TLC. En Oslo nos dimos cuenta que el gobierno Noruego cobra a las trasnacionales impuestos del 76%, y que esa tributación redunda sagradamente en el bienestar colectivo. No estamos pidiendo aportes al proyecto político de las FARC-EP, no. Estamos impulsando es un proyecto nacional que beneficie a todos. Unas comunidades campesinas, bien organizadas, deben asociarse con la industria nacional en condiciones que favorezcan en justicia a cada una de las partes. 

siguele aca..: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=162249
-A partir de esa valoración, ¿qué rol debe desempeñar el Estado colombiano? ¿Qué peso tiene el poder local y regional en esa construcción de Estado?


-El Estado colombiano no puede seguir actuando de espaldas al país, para feriar, como lo está haciendo, las riquezas naturales que debieran ser utilizadas en la solución de los graves problemas sociales que nos aquejan. La desnacionalización, la reprimarización, están destruyendo lo poco que queda del alma y la industria nacional. La gente del común, las capas medias que están siendo golpeadas sin piedad, ya no se comen el cuento de la prosperidad y el crecimiento del país, porque saben muy bienes que todas esas multimillonarias ganancias reportadas no benefician al país nacional, sino de las transnacionales que están exportando, desde el territorio de Colombia, las riquezas que extraen de manera exacerbada, del subsuelo patrio. Y para ello Santos les ha dado luz verde y patente de corso.

-Volvamos a la realidad. Está una reforma tributaria aprobada recientemente por la coalición legislativa de la Unidad Nacional, en ella se generan nuevos beneficios o exenciones para el capital y las inversiones de empresas extractivas, ¿qué opinión le merece está decisión?

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