
Por Marcela Valente
BUENOS AIRES, 27 abr (IPS) - Un libro publicado en la capital argentina revela la información que los grandes diarios latinoamericanos con acceso a los cables secretos obtenidos por Wikileaks decidieron no publicar porque era contraria a sus propios intereses.
"Wiki  Media Leaks", escrito por los periodistas Martín Becerra y Sebastián  Lacunza, contiene la información referida a la relación entre las  empresas periodísticas de la región y Estados Unidos a través de sus  embajadas.
"Muchos medios han sido vehículo de las filtraciones, pero en  contadísimas excepciones se atrevieron a publicar documentos  diplomáticos que pudieran perjudicarles, o menos aún, que tan solo  aludieran a ellos", destaca el libro.
Cientos de miles de comunicaciones diplomáticas secretas, confidenciales  y sin clasificar de Estados Unidos fueron obtenidas por Wikileaks,  organización sin fines de lucro, y entregadas en 2010 a grandes empresas  periodísticas para su publicación.
El período cubierto por esos cables va desde diciembre de 1966 hasta  febrero de 2010, pero la gran mayoría corresponden al lapso 2008-2010.
Lacunza, colaborador de IPS y licenciado en ciencias de la comunicación,  contó que la idea surgió al ver que medios con acceso a esos cables  "eran reactivos a informar sobre algunos muy jugosos que hacían  referencia a ellos mismos".
Del total de 251.287 despachos del Departamento de Estado (cancillería)  de Estados Unidos y de sus embajadas en el mundo que cayeron en manos de  Wikileaks, hay unos 32.000 originados en América Latina. De ese total,  entre cinco y 10 por ciento aluden a medios informativos, estimó  Lacunza. 
Entre los hallazgos se destaca la "moderación" que se observa entre los  embajadores frente a "las osadías tremendas e ilegales que proponen las  élites mediáticas", dijo Lacunza a IPS.
Según el libro, "la diplomacia estadounidense ha sido, en determinadas  circunstancias, menos agresiva, más contemporizadora, y prefiere  opciones menos radicales que las élites locales".  
El texto arranca con un panorama de los medios de comunicación en la  región y detalla cuáles tuvieron acceso privilegiado a los cables  filtrados por la organización liderada por el australiano Julian Assange  en los distintos países.
A lo largo de toda la investigación queda de manifiesto la fuerte  concentración de medios periodísticos en la gran mayoría de los países  de la región, un tema que, según resaltan los autores, no siempre forma  parte de las preocupaciones principales de Washington.
La publicación tiene un capítulo específico sobre Argentina, que echa  luz sobre los choques entre las principales empresas periodísticas y el  gobierno centroizquierdista de Cristina Fernández. Luego otro que  engloba las estrategias de la embajada estadounidense en Buenos Aires  con países amigos, como Perú, Colombia y Chile.
Más adelante se pone el foco sobre los países con relaciones más  conflictivas con Washington, como Bolivia, Ecuador, Venezuela y  Honduras, y finalmente analiza el caso de Brasil y México, las economías  más grandes de la región.
El libro de Lacunza y Becerra, doctor en ciencias de la información,  revela que hay países como Argentina y Brasil donde prestigiosos  columnistas de diarios y televisión van a protestar contra los gobiernos  nacionales a las embajadas estadounidenses en busca de respaldo a sus  argumentos de oposición.
Luego, esos argumentos expresados en los medios, son recogidos por las  sedes diplomáticas y enviados al Departamento de Estado como parte de  sus análisis en un círculo que Becerra describe como de "endogamia  informativa".
Uno de los columnistas señalados en el libro es el argentino Joaquín  Morales Solá, del diario La Nación y conductor de un programa de un  canal para abonados del consorcio Clarín, y otro es el brasileño William  Waack, de TV Globo. Ambos son citados por los embajadores "para evitar  que los cables sean puramente subjetivos", dice el libro.
Lacunza comentó a IPS que la práctica de apelar a las embajadas,  mientras los gobiernos procuraban avanzar en leyes sobre comunicaciones  más progresistas, se reveló como "una estrategia fallida" de los medios,  "propia de décadas pasadas".
En el capítulo argentino, el ahora exembajador estadounidense en este  país Earl Anthony Wayne dice que el grupo de medios Clarín "no siempre  es manejado del modo responsable que nos gustaría" y también sostiene  que el diario de igual nombre, buque insignia del consorcio y el de  mayor circulación en el país,"puede voltear gobiernos".
"El gobierno (de Fernández) tiene alguna razón acerca del grupo Clarín,  pues este tiene una enorme influencia por su presencia dominante en la  prensa, en la televisión, cable y radio", refiere el diplomático.  También destaca que en Argentina hay "bastante libertad de prensa".
Wayne cuestiona la labor periodística cuando dice que los medios en  Argentina "tienden a poner el foco en rumores y afirmaciones no  chequeadas".
Respecto de Perú, Colombia y Chile, los cables estadounidenses son  magnánimos, pero no exentos de críticas a los medios de esos países.
Consideran "sensacionalistas" diarios de Perú que hicieron campaña contra el ahora presidente Ollanta Humala.
En Colombia, la embajada sostiene que los medios "están alineados  estrechamente con el gobierno" de entonces de Álvaro Uribe (2002-2010),  antecesor de Juan Manuel Santos, y se muestran moderados ante su  enfrentamiento con el mandatario venezolano Hugo Chávez.
Con Bolivia, Venezuela y Ecuador, las embajadas son, en general, más  críticas de las políticas de medios de comunicación, pero no evitan  cuestionar también la falta de rigor o de independencia de estos, que se  embanderan con la oposición política.
"El presidente (de Bolivia, Evo) Morales está en lo cierto cuando dice  que las ricas familias son propietarias de los medios y que en general  tienen una perspectiva conservadora, pronegocios y no comparten las  posturas políticas" del gobierno, afirma un cable.
En Ecuador, la entonces embajadora estadounidense Heather Hodges  reconoce que hay "una pizca de verdad" en las observaciones del  presidente de ese país, Rafael Correa, "de que los medios juegan aquí un  rol, en este caso, de oposición", señala un despacho.
"Muchos dueños de organizaciones periodísticas vienen de la élite, de  los negocios, se sienten amenazados y defienden sus propios intereses a  través de los medios" ecuatorianos, explica la diplomática.
Sobre Venezuela, la embajada revela su sorpresa ante la visita de Miguel  Henrique Otero, director del diario El Nacional, que pide  financiamiento a Washington para neutralizar lo que considera un  "bloqueo publicitario" del gobierno.
Y sobre Honduras, el libro pone de manifiesto que el embajador Hugo  Llorens habló desde el primer día del "golpe de Estado" perpetrado el 28  de junio de 2009 contra Manuel Zelaya, y criticó a los medios  radicalizados contra el gobierno y la democracia en ese país. (FIN/2012
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario