Con un costo de 700 millones de pesos y un “impresionante equipo”, el titular del Ejecutivo federal y el secretario de Seguridad Pública, inauguraron la División Científica de la Policía Federal, el viernes 9 en la capital azteca, que cuenta con 650 agentes con estudios de licenciatura y “algunos” con posgrado.
Sin duda es un hecho que no es dable ignorar en la larga y costosa reforma policiaca del sexenio y que, dicho sea de paso, tiene por los menos a los gobiernos de Ernesto Zedillo y de Vicente Fox como precedentes inocultables. Pero bien sabe usted, generoso lector, que los cada vez más demagógicos y frívolos tonos discursivos de Felipe Calderón se distinguen por minusvalorar en grado extremo las políticas y las obras del pasado y magnificar los reales y los presuntos éxitos del grupo gobernante que, como dice su eslogan publicitario, “siembra la semilla” para la seguridad pública, la paz, el bienestar…
Además de esta tendencia que se agudiza, Calderón Hinojosa no pudo contener emociones y evidenciar que desde hace cinco años, tres meses y 12 días lo militar y lo policiaco es lo suyo, y que en segundo plano quedan otras esferas del quehacer gubernamental.
Ilustremos con sus propias palabras, algunas con arrebatos juveniles: “Con impresionantes instalaciones y equipo impresionante, dignas de las mejores policías del mundo…”. O bien: “Una Policía Federal que esté a la altura de lo que los mexicanos demandan, que no es ni más ni menos que una de las mejores del mundo. Alguna vez discutíamos en el Consejo de Seguridad algo que nos preocupa, desde luego a todos, hasta qué nivel debemos llegar en el rigor de los controles de confianza y de nuestra capacidad operativa, se trata o no de tener policías tan buenos como los países escandinavos, Suiza”.
Más aún: “Hay muchas series de televisión, películas, que hablan como si fuera un aspecto mágico la investigación policial alrededor de los delitos, y lo que sí es, efectivamente, es una investigación fundamentalmente científica, que requiere precisión de ciencia para ser eficaz”. Lo anterior recuerda la historia fantasiosa del búnker súper secreto desde donde su gobierno centralizaba toda la información y diseñaba las pautas para combatir el crimen organizado y que resultó estar ubicado en una moderna torre de Paseo de la Reforma, frente al edificio de la Procuraduría General de la República.
Sin duda alguna existen avances notables en dotar al país de una policía moderna y eficaz, como la Federal con sus más de 36 mil elementos, de los cuales sólo 8 mil 600 son egresados de licenciatura y laboran en las áreas de inteligencia, pero tampoco puede ocultarse que la elite que rodea a Genaro García Luna no fue sometida a los exámenes de control y confianza obligatorios. Además de que denuncias periodísticas documentan prácticas de corrupción y de extorsión de jefes y agentes de la PF, mismas que llevaron a una reconocida periodista vasca radicada en Ciudad Juárez a sostener, en La Jornada, que allí se paga derecho de piso al crimen organizado o a la moderna policía que tanto entusiasma al general de cinco estrellas.
Justamente el acto inaugural de la sede de la División Científica de la PF se produjo con un enorme despliegue de invitados, mientras la Suprema Corte de Justicia analiza un proyecto de amparo que propone dejar en libertad a Florence Cassez –ciudadana francesa sentenciada a 60 años de prisión–, debido a que su detención fue presuntamente irregular y se violaron sus derechos fundamentales. Y este grave hecho coloca en un predicamento al poderoso e intocable García Luna y a su jefe institucional y amigo predilecto.
Acuse de recibo
El doctor Enrique Semo engalana este espacio al ocuparse de Quejumbre, activismo y ostentación (9-III-12): “Gracias por el artículo de Eduardo Ibarra Aguirre, muy ilustrativo”... Otro veterano del comunismo mexicano, Fernando Carmona, agrega al mismo tema: “La violencia está retratando a Guadalajara, de donde acabo de regresar hace apenas un rato, después de ver en la carretera que va de Zapotlanejo a La Perla a dos tráileres incendiados, la zona llena de soldados y policías federales, mientras a lo lejos se veía la humareda de otro tráiler quemándose en la carretera de paga. Éstos son los resultados del brabucón gobernador de Jalisco, achichincle de Calderón y del clero regional, donde no hay guerra, pero...”. Informa el Cepet que “La coeditora del semanario Zeta, Adela Navarro Bello, fue amenazada por miembros de un grupo delictivo en Tijuana, Baja California. En su columna semanal, Navarro Bello explicó que a raíz de la publicación de ciertos nombres, el 22 de febrero se recibieron llamadas amenazantes en el domicilio del semanario, por lo que exigió la intervención de las autoridades correspondientes. La amenaza ‘de acabar con personal de Zeta’ fue de un miembro del cártel de los Arellano, Melvin Gutiérrez Quiroz”… Mi sentido pésame a la señora Graciela Pacheco por la pérdida de su compañero Ismael Cavazos, en Harlingen, Texas.
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