
La Jornada
sacarle el agua al pez.
El voto por el general mueve a la reflexión en términos de que muestra una proclividad social a la mano dura frente a la violencia, antes que a la incipiente y tenaz apuesta por la democracia que con tanto empeño han buscado promover diversos sectores, utilizando los márgenes de los gobiernos civiles. Resultan por ello afectados con esta elección periodistas, académicos, movimientos indígena y sindical, entre otros.
Precisamente el 29 de diciembre de 2011 se cumplieron 15 años de los  emblemáticos Acuerdos de Paz y se mostró el consenso de diversos  sectores en torno a su incumplimiento, si bien para una parte de la  sociedad los acuerdos han representado la no guerra y la posibilidad de  participar abiertamente en diversos espacios. En 1990, en el contexto de  la realización de talleres sobre el Convenio 169 de la OIT, pregunté a  una joven indígena qué significaría que se ratificara el convenio 169 y  me respondió: sería como si triunfara la revolución
. Me pareció  desmedido el juicio, pero me acercó a la necesidad imperiosa de los  pueblos indígenas de contar con canales de participación elementales. Pedir los derechos sin que te maten por ello
, concluían las y los participantes.
En una entrevista de Pascal Beltrán del Río al hoy presidente  guatemalteco, el general ofreció un balance sobre la pacificación: “Lo  primero es la desactivación de un enfrentamiento armado que duró 36 años  en nuestro país. Luego de eso la inserción de la gente que estuvo  militando en la guerrilla y su participación política, que se dio de una  forma pacífica sin ningún problema… En cambio, retomar el tejido social  que se había desunido en esos 36 años es algo en lo que se ha avanzado  poco. Sin duda, nos falta mucho por hacer. Los acuerdos sustantivos, los  de mayor profundidad, son los que requieren más tiempo”. Después abordó  lo que fue su principal oferta en torno a seguridad: Nosotros  tenemos toda la disposición de utilizar todas las unidades del ejército  que sean necesarias. Lo dije en la campaña: vamos a utilizar las  unidades de élite del ejército para que puedan ayudar en la lucha en  contra de las amenazas emergentes, como es el narcotráfico y el control  de las fronteras. Dentro de ellas están las unidades de paracaidistas y  kaibiles
. Respecto de su participación en el conflicto, señaló que hubo excesos
 de ambas partes (Excélsior,  9/1/12). ¿El genocidio practicado como mero incidente? Evitó mencionar  la comisión independiente de esclarecimiento histórico, que ha  documentado que 95 por ciento de los delitos de lesa humanidad fueron  cometidos por el ejército.
Por supuesto, tampoco se refirió a la dictadura militar: Él estaba del lado de la Constitución y la guerrilla quería subvertir el orden
.  Pese a esta visión presente en diversos sectores, los organismos  civiles de derechos humanos han persistido en que se haga justicia;  hasta ahora han logrado juicio para algunos operadores y está ya en  curso la acusación por genocidio al general Mejía Víctores. Justamente  el pasado 5 de enero se realizó una audiencia en ese caso. No es casual  que, en contrapartida, se hayan presentado el pasado mes sendas  acusaciones formales a una amplia gama de periodistas y activistas por  participación en terrorismo
 durante el conflicto armado. Es  evidente que se trata de una acción de amedrentamiento. El nuevo  presidente hizo un llamado a la unidad y a la reconciliación del país.  Afirmó: El cambio ha comenzado
. Recordemos que la reversa también  es un cambio. La comunidad democrática de ese país, y en especial los  pueblos indígenas afectados por la minería, requieren solidaridad, pues  bien dijo un periodista guatemalteco: Se escuchan pisadas de animal grande
.
 
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