 “Me  etiquetarán como el  monstruo (nazi) más grande desde la Segunda Guerra  Mundial”, escribió Anders  Behring Breivik en un manifiesto de 1500  páginas redactado durante años. En el  documento redactado en inglés, al  que titulo: “Una declaración europea de  independencia-2083″ y firmó  con el seudónimo “Andrew Berwick”, Breivik se  calificó como “cazador de  marxistas”.
“Me  etiquetarán como el  monstruo (nazi) más grande desde la Segunda Guerra  Mundial”, escribió Anders  Behring Breivik en un manifiesto de 1500  páginas redactado durante años. En el  documento redactado en inglés, al  que titulo: “Una declaración europea de  independencia-2083″ y firmó  con el seudónimo “Andrew Berwick”, Breivik se  calificó como “cazador de  marxistas”.El texto, cuya copia obtuvo  la AFP, parece que fue terminado apenas  unas horas antes del comienzo del doble  ataque de Oslo y en él, el  neonazi marca un límite: “La lucha contra las élites  multiculturales en  Europa no debería ser superior a 45.000 muertos y un millón  de  heridos”.
En el larguísimo texto que  entremezcla un cuaderno de bitácora, un  manual de aprendiz de terrorista,  referencias históricas para los  extremistas cristianos y propaganda política, el  noruego de 32 años se  presenta como “comendador de los caballeros justicieros” y  muestra que  mide el alcance de sus mortíferos proyectos.
El noruego de 32 años cita  que, al inicio de su odisea en 2002 en  Londres, junto otras ocho personas inició  la “Orden Militar y Tribunal  Penal Europeo-los Caballeros Templarios”, en  alusión a la conocida  orden religiosa que combatió en las Cruzadas.
Esa orden, según escribió el  antiislamista, tenía como objetivo “una  guerra preventiva contra los regímenes  culturalmente  marxistas/multiculturales de Europa” para “rechazar, vencer o  debilitar  la invasión/colonización islámica en curso, para tener una ventaja   estratégica en una guerra inevitable antes que la amenaza se  materialice”. “El  tiempo del diálogo ya pasó. Dimos una oportunidad a  la paz. La hora de la  resistencia armada sonó”, sigue.
Con una cruz de los  Templarios en su primera página, el texto está  repleto de referencias a los  jefes de guerra cristianos en los  conflictos contra los musulmanes. Pero la  preparación concreta de su  mortífero proyecto comienza realmente en el otoño  2009, según el  manifiesto.
“Estoy en un cambio de fase  de mi proyecto”, escribió en ese periodo  explicando que fundó una empresa minera  y una pequeña granja para  utilizarlas como “cobertura” para sus compras de  productos explosivos.  “Ahora tengo que comprar legalmente un fusil  semiautomático y una  (pistola) Glock”, redactó en septiembre de 2010, dos armas  para las que  obtuvo una licencia, según la prensa noruega.
Desde mayo de 2011, su  cuaderno de bitácora ahonda en detalles, con  un diario de sus preparativos, sus  compras (entre otras de explosivos) y  sus desplazamientos. Arriba de una lista  de productos que necesita  para fabricar una bomba se puede leer una ironía del  sospechoso: “todo  esto debe ser fácil de comprar, a menos que uno se llame  Abdulá Rachid  Mohamed…”.
El sospechoso establece una  lista de países como objetivo en Europa,  esencialmente vinculada a la  importancia de las comunidades  musulmanas, Francia figura en el primer lugar.  “Un objetivo prioritario  es la reunión anual de un partido  socialista/socialdemócrata”,  escribió el noruego que menciona también “los  encuentros de  periodistas” o “los festivales culturales”, pero también las  centrales  nucleares o los edificios oficiales.
Fue finalmente el barrio en  donde está la sede del gobierno de  centroizquierda noruego en Oslo y un  campamento de verano de la  juventud laborista al oeste de la capital el blanco  elegido para los  ataques.
El autor reivindica también  la autoría de un video de 12 minutos,  resumen visual del manifiesto, publicado  en YouTube el día de los  atentados y retirado el sábado.
El manifiesto termina con  estas palabras: “Pienso que esta será mi última entrada. Son las 12H51 del  viernes 22 de julio”.
Usó “balas expansivas”  para causar la mayor masacre posible
El asesino confeso de los  atentados de Oslo, Anders Behring Breivik, buscaba la mayor matanza posible en el tiroteo de la isla de Utøya. Con este fin, usó balas expansivas o “dum-dum”, prohibidas en las guerras desde 1899 por el tipo de daños  que causan.
Este tipo de munición tiene  sus extremos huecos -la punta y el culote- para que el núcleo se fragmente en el  impacto. “El efecto que causan dentro del cuerpo es similar al de  miles de agujas y alfileres“, ha señalado el cirujano jefe del hospital que  ha tratado a 16 heridos de bala de la isla de Utøya.
A pesar de sus 26 años de  experiencia, Coolin Poole asegura que “nunca había visto algo así” refiriéndose a los pequeños fragmentos de bala encontrados en los  sobrevivientes, en su mayoría jóvenes y adolescentes.
Estas lesiones internas han  causado incontables quebraderos de cabeza al equipo de cirujanos del  Hospital Ringerike.
“Esas balas más o menos  explotaban dentro del cuerpo de las víctimas. Las heridas internas que tenían  eran absolutamente terribles“, ha añadido el cirujano en declaraciones a un  diario local noruego.
Las balas expansivas son  muy difíciles de adquirir legalmente en Noruega. Su uso  está restringido a operaciones antiterroristas, tanto para abatir  suicidas como para disparar sobre secuestradores dentro de un avión sin dañar el  fuselaje. También se usa en ocasiones concretas en la caza  mayor.
Fuente: CubaDebate (Con información de  agencias AFP y EFE)
 
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