 Para  frenar lo que consideran un proceso en curso de privatización del agua  en América Latina, organizaciones de la sociedad civil comienzan a  coordinar acciones conjuntas en la región. Denuncian la aplicación “de diversas formas sutiles” que tienden a dejar este recurso fuera del control estatal.
Para  frenar lo que consideran un proceso en curso de privatización del agua  en América Latina, organizaciones de la sociedad civil comienzan a  coordinar acciones conjuntas en la región. Denuncian la aplicación “de diversas formas sutiles” que tienden a dejar este recurso fuera del control estatal.Aunque admiten que el diagnóstico sobre la situación del control del  agua no esta todavía claro, el foro de organizaciones “trabaja en ese  debate”, explicó a IPS el sacerdote católico Nelito Dornelas, asesor de  la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) en el Foro Nacional  de Cambios Climáticos.
Lo que sí está claro es que hay muchas situaciones puntuales en cada  país tendientes a ese fin, según los organizadores del “Seminario  Internacional: Panorama Político sobre Estrategias de Privatización del  Agua en América Latina”, realizado el miércoles 29 y el jueves 21 en la  sede de la Universidad Federal de Río de Janeiro.
“En Brasil está en curso un proceso de enajenación del agua semejante  al que ocurrió con la energía eléctrica cuando, después de la  privatización, las tarifas aumentaron cerca de 400 por ciento”, sostuvo a  modo de ejemplo el “Movimiento de los Afectados por las Represas” (MAB,  por sus siglas en portugués)
“Tenemos que movilizar a la población alrededor de ese debate”, consideró Dornelas.
Para los participantes del seminario es necesario convocar a un  referéndum en los países de la región, como el realizado en 2004 en  Uruguay y que le dio el control social a los recursos hídricos de ese  país, o el más reciente de Italia. Entre otros puntos sometidos a  votación, 95 por ciento de los que participaron de la consulta adhirió  al No a la privatización del agua.
“Queremos que el gobierno se ocupe del servicio de aguas y del recurso de manera general”, subrayó.
América Latina tiene hoy el mayor control y posesión de los recursos  naturales del planeta y, por eso, es importante comenzar a movilizarse  para preservar esa riqueza, según explicó en entrevista con IPS Rogerio  Hohn, de la coordinación nacional del MAB.
En ese sentido, el seminario “buscó promover un amplio debate de las  organizaciones de cada país para aportar soluciones conjuntas”.
Para el MAB, la privatización del agua se expresa de diversas formas  sutiles, además del control del servicio de abastecimiento domiciliar.
Por ejemplo, entregando a los municipios la administración de ese  recurso para debilitar negociaciones a nivel nacional, cobrando por su  uso o apropiándose a través de sectores como la agricultura, la minería o  el de las empresas de saneamiento.
“Inclusive los embalses para generación de energía eléctrica son una  forma de privatización del agua, porque no se vende sólo energía sino el  agua que está en el embalse”, destacó Hohn.
La ministra de Medio Ambiente de Brasil, Izabella Teixeira, llamó la  atención sobre un aspecto del informe nacional sobre disponibilidad y  calidad de recursos hídricos, presentado últimamente por la Agencia  Nacional de Aguas (ANA).
El estudio muestra que 69 por ciento de los recursos hídricos  brasileños son utilizados para la irrigación de cultivos y pasturas, y  que más de 90 por ciento de eso va para el sector privado.
“Tenemos que ver si esas áreas de irrigación están en zonas  vulnerables de oferta de recursos hídricos en el futuro, para que  podamos asegurar la producción agrícola con oferta de agua, o sea  necesario reencauzarlas”, dijo Teixeira, al referirse a una eventual  falta de agua para el sector en algunas regiones.
El informe, que el gobierno de la izquierdista Dilma Rousseff tomará  como base para la implementación de políticas de administración de  recursos, explicita que, en el sector agropecuario, el consumo de agua  de los animales equivale a 12 por ciento, mientras que la demanda de  ciudades es de 10 por ciento y de la industria de siete por ciento.  Brasil es considerado la gran reserva de agua dulce del mundo, ya que  posee 11,6 por ciento de la disponible en el planeta y 53 por ciento de  la de América del Sur.
Según el estudio del ANA, cada brasileño tendría a su disposición 34  millones de litros de agua dulce por año. Una oferta que podría mermar  si avanzan los proceso de privatización del sector, según Edson  Aparecido da Silva, coordinador del Frente Nacional por el Saneamiento  Ambiental.
En entrevista con IPS, Aparecido da Silva explicó que en Brasil  todavía gran parte de la operación de servicios de saneamiento es  pública, puesto que atiende aún a casi la totalidad de los 190 millones  de habitantes del país. El sector privado sólo abarca a nueve millones  de personas, detalló.
Sin embargo, los privados ya manifestaron “que en poco tiempo pueden  ampliar su inserción en el área de saneamiento en alrededor de 30 por  ciento de la población”. “Es decir que convivimos todo el tiempo con la  amenaza de más privatización”, alertó.
Ese proceso va a contramano de lo que ocurre en países como  Argentina, Alemania, Francia e Italia, donde vuelven a poder del Estado  los servicios de saneamiento, afirmó.
Servicios “que eran privados y vuelven a ser públicos porque los  gobiernos percibieron que se encarecían para la población y, con ello,  se excluía a muchos ciudadanos, sobre todo en los países más pobres”,  concluyó.
Fabiana Frayssinet / IPS
 
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