Chile: “Las llamadas energías renovables pueden ser nuestra próxima pesadilla”
Entrevista a Juan Pablo Orrego, director de la ONG ambientalista chilena Ecosistemas. Incluye documental "Chile: Ríos de Vida, Ríos Vendidos"
Observatorio Petrolero Sur (OPS) | OPS
La construcción de más de una docena de centrales hidroeléctricas mantiene en resistencia a los pobladores de las regiones australes de Chile. Unas 50 organizaciones de aquel país trabajan de manera mancomunada por una Patagonia Sin Represas, una de esas agrupaciones es la santiaguina Ecosistemas, cuyo referente es Juan Pablo Orrego. El verano pasado OPS lo entrevistó en la cordillerana localidad de Epuyén, en Chubut, y en un extenso diálogo explicó el por qué de esas represas y planteó la necesidad de realizar profundos cambios en los modelos de generación y consumo energético. También contó cómo se le robó el agua al pueblo chileno.
Más allá de algunos datos coyunturales que quedaron desactualizados por el paso del tiempo, el testimonio de Orrego aporta herramientas para reflexionar sobre lo que sucede en Chile, y también en nuestro país, cuando desde el poder nos hablan de crisis energética.
-Podrías dar un panorama de las campañas contra las centrales hidroeléctricas proyectadas en el sur de Chile.
Estamos desarrollando una campaña muy frontal de oposición a la industrialización de la Patagonia y a la construcción de mega-centrales hidroeléctricas de embalse. En el fondo nuestros objetivos son tres: el primero, sin duda, es defender la integridad ambiental de la Patagonia chilena y argentina; el impacto local que provocarían estos emprendimientos sería bestial. Vi el Bío-Bío [VII Región] antes y después de [la construcción de] las dos mega-centrales hidroeléctricas [Ralco y Pangue en los ’90/2000] y sé lo que causan estos monstruos en las cuencas chilenas, que son pequeñas, ricas en biodiversidad.
El segundo gran objetivo, y esto es más la agenda de Ecosistemas, es tratar de influir en términos de la política energética. Nosotros decimos que en este momento en Chile no hay política energética, en los tiempos de la dictadura se le entregó el desarrollo energético a las fuerzas del mercado -a las empresas eléctricas privadas-, cuyo objetivo es vender electricidad como una mercancía y punto. La visión chilena es muy cortoplacista y muy ciega, no les ha interesado la eficiencia energética y no les ha interesado, tampoco, las fuentes renovables. Esto es una paradoja, porque Chile es uno de los países más ricos del planeta en fuentes renovables no convencionales.
Y el tercer objetivo es influir en el modelo de desarrollo, porque hoy día Chile está atascado, de los tiempos coloniales en realidad, en una fase productiva primaria, que nosotros llamamos primitiva. Chile vende el 70% de su cobre en forma de concentrado -tierra chancada con cobre adentro- para que otros lo refinen y después nos vendan el cobre en muchas aplicaciones. ¿Cuál es el segundo pilar de la economía chilena? La harina de pescado; la gran pesca industrial que está diezmando las especies de nuestros mares. Y el tercer pilar brillante es el forestal: millones de hectáreas de plantaciones de pino y eucalipto -con los cuales se ha sustituido el bosque nativo- que Chile exporta sea como astillas o pulpa de celulosa, particularmente a Japón -que nos vende el papel con todo el valor agregado.
El problema de fondo, que nos tiene como estamos, es que las industrias primarias son las que más consumen energía, las que más consumen agua, las que más contaminan y sólo generan empleo bruto, no te genera desarrollo humano. Nosotros queremos que Chile transite a una fase productiva terciaria, para lo cual está muy bien posicionado en el Cono Sur y abierta hacia el Pacífico. En esa fase sustentas tu economía en la oferta de servicios; servicios de salud: excelentes hospitales, que venga gente de otros países a tratarse en los hospitales y clínicas chilenas; servicios de educación: excelentes universidades; servicios de comunicaciones, bancarios y, por supuesto, también un ecoturismo muy bien regulado, a muy baja escala gestionado por la población local.
En la Patagonia realmente el turismo es una alternativa realmente importante a la mega hidroelectricidad, porque todas las actividades agropecuarias son difíciles, los suelos son jóvenes. En Chile se quemaron, entre Aysén y Magallanes, 4 millones de has de bosque para despejarlas y después inundaron estos campos con miles de miles de miles de ovejas. O sea, la Patagonia prístina en realidad no está.
Sin duda la Patagonia es lejos donde hay más integridad ambiental de todo Chile, pero es una cosa relativa, el resto del país lo hemos hecho pedazos.
-Decías que Chile tiene muchas posibilidades de desarrollar energías renovables. ¿De dónde proviene la energía que se consume?
En este momento el 70% de la energía primaria la importamos. Chile tiene muy poco petróleo y muy poco gas en el extremo austral, Magallanes básicamente; y tenemos carbón de muy mala calidad -de baja capacidad calórica y con mucho contenido de compuestos sulfurosos-, las emisiones son muy severas.
En los años ’30 y ’40 se pensó que la única fuente de energía posible eran los ríos, hoy día eso es inaceptable. La matriz en el Sistema Interconectado Central -que cubre como el 93% de la población- es, más o menos, 55% hidroeléctrica y 45% termoeléctrica. Después hay un sistema pequeño en el norte, que abastece a las grandes mineras, que son puras termoeléctricas a carbón y, en algunos casos, gas natural. En el año ’95 se construyó un gasoducto desde Argentina y cinco años después nos cerraron la válvula.
Mientras las empresas chilenas privadas compraban el gas a un precio ridículo, 3 dólares el millón de BTU, lo vendían a 21 dólares el millón de BTU. Las empresas privadas se precipitaron al combustible más barato de turno y se pusieron todos a construir plantas termoeléctricas de ciclo combinado a gas natural. Más o menos en el año 2000 Argentina nos cierra la válvula y se crea esta suerte de crisis energética que está usando el sistema como justificación para tratar de construir monstruos como el proyecto Hidroaysén, en el corazón de la Patagonia chilena.
-¿Qué es Hidroaysén?
Hidroaysén es una sociedad entre Endesa Chile -subsidiaria de Endesa España, que está siendo comprada por la italiana ENEL-, con una rancia empresa chilena que se llama Colbún, en realidad la rancia es la familia. Los dueños son la familia Matte, una familia multimillonaria de derechísima, con una tremenda influencia política, que está detrás de todo el tema forestal. Ellos crearon esta sociedad Hidroaysén para construir cinco megas represas de embalse: dos en el río Baker -una maravilla de lugar, de cuenca y de cultura- y tres en el río Pascua –que está prácticamente deshabitado, lleno de huemules, con formaciones boscosas endémicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario