América Latina
"Hoy comienza la transición hacia la estadidad", dijo el 8 de noviembre cuando triunfó en las elecciones a gobernador.
Rosselló
fue elegido con 41.76% de los votos, superando al candidato del Partido
Popular Democrático, David Bernier, quien obtuvo 38,94% de los
sufragios.
Hacer
que Puerto Rico sea el estado número 51 de EEUU fue el leit motiv de la
campaña electoral de este hombre de 37 años, hijo del exgobernador
Pedro Rosselló González (1992-2000), y graduado del Massachusetts
Institute of Technology (MIT) y de la Universidad de Michigan, en
ingeniería química e ingeniería biomédica, respectivamente.
Pero
la crítica situación económica que atraviesa la isla, con una deuda
pública cercana a los 70.000 millones de dólares que se ha mostrado
favorable a saldar, probablemente obligue a Rosselló a poner todas sus
energías en negociar con los acreedores.En este sentido, el gobernador ha dicho que un recorte de la abultadísima deuda pública del país deberá formar parte de las conversaciones.
"Lo
hemos establecido y así también los acreedores lo reconocen", señaló
semanas atrás desde Nueva York, en el marco de diversas reuniones que
mantuvo con varios tenedores de bonos, según una nota del periódico El
Nuevo Día.
©
AP Photo/ Ricardo Arduengo
El
objetivo del gobernador electo es acordar con los acrimpeedores antes
del 15 de febrero, cuando el Gobierno deberá pagar unos 1.300 millones
de dólares.
A esto se le deben sumar casi 1.000 millones de dólares cuyos vencimientos comienzan en marzo.Las actuales autoridades han advertido que si no se corren los plazos, las arcas del Gobierno quedarán literalmente vacías.
La deuda pública de Puerto Rico se estima en más de 68.000 millones de dólares, y aunque el anterior gobernador, Alejandro García Padilla, la calificó de "impagable", Rosselló aseguró que la actitud de su Administración será diferente y que no tendrá como política pública "el impago".
Sin embargo este 2 de enero el nuevo gobernador juró para comenzar oficialmente su gestión y empezar a encarar sin descanso la complicada situación que afecta la isla caribeña.
"Estos
van a ser unos años de un Gobierno que va a trabajar incansablemente,
sin compasión en atender los retos", aseguró Rosselló en declaraciones
recogidas por el diario El Nuevo Día.
El
1 de enero por la noche su gabinete estuvo reunido para afinar los
detalles de la nueva Administración, que tendrá el difícil reto de
solucionar la crisis económica por la que atraviesa la isla.
El
juramento realizado al minuto de iniciado su mandato, Rosselló
participará a partir de las 10:00 hora local (14:00 GMT) del acto de
asunción oficial.
"Hay algunas cosas que voy
a hacer desde el primer día", aseguró el gobernador, quien agregó que
"en vez de que solamente sea celebración, la toma de posesión, es un día
de trabajo".
No obstante la declarada intención de hacer frente a
las obligaciones, el nuevo gobernador ha sido consistente en solicitar
que Washington intervenga en la búsqueda de soluciones para la situación
fiscal de la isla.
En
septiembre, el Gobierno de EEUU creó una Junta de Supervisión Fiscal
(JSF) que tendrá a su cargo supervisar la reestructuración de la deuda.
Nacida
en el marco de la ley Promesa (acrónimo inglés de ley para la
supervisión, administración y estabilidad económica de Puerto Rico), la
JSF, compuesta por siete integrantes, podrá definir el presupuesto y las
tasas de impuestos en el país caribeño.Según expresó el propio Rosselló, la junta no se ha manifestado respecto a solicitar la colaboración del gobierno federal.
Puerto Rico es un estado libre asociado a EEUU desde 1952.
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