Maciek Wisniewski *
Hace unos meses, analizando el ascenso de Trump, Franco Bifo Berardi apuntaba que el causante de ello era el mismo truco
que una vez usó Hitler [las comparaciones entre ambos son erróneas, pero la similitud en cuestión, correcta] ( Verso blog,
3/6/16). A los alemanes empobrecidos y humillados por la agresión
financiera anglofrancesa posguerra (las reparaciones) Hitler les dijo:
“¡no sois ‘trabajadores-perdedores’ [explotados/desempleados]; sois
‘arios-ganadores’!” Este cambio de autopercepción y sustitución de la solidaridad gremial
(socialismo/comunismo) por la particularidad racial
(nacionalsocialismo) es la misma táctica que hoy –en tiempos de la política identitaria
–
usan Trump y la extrema derecha en Europa. A la gente empobrecida y
humillada por la agresión financiera multinacional poscrisis (la
austeridad) y las décadas del neoliberalismo le dicen: “no sois
trabajadores derrotados, sois ‘raza blanca’ que se levantará de sus
rodillas”.
2. También para Zygmunt Bauman, el secreto de la victoria de Trump –que en su momento descartaba Bifo...– estaba en
casarla
política identitariacon la “ansiedad (angst) económica” que consumía a lo que queda de la clase trabajadora y media –
condensando incluso todos los aspectos de su inseguridad existencial–, ofreciéndoles un
arreglo rápidoa su sufrimiento: la expulsión de los –étnicamente diversos– migrantes (l‘Espresso, 11/11/16).
3. Del mismo modo que Mike Davis llamó a resistir la tentación de sobreinterpretar la llegada de Trump como
el 18 de brumario o el 1933 [norte]americanoy mirar a EU y
las cifras de estas elecciones(The Jacobin, 16/11/16), Vijay Prashad trazó las raíces del lema Make America great again –con su inherente racismo:
hoy el país sufre, y florecía cuando los blancos estaban en control– a la política estadunidense:
casandola retórica de Franklin D. Roosevelt durante la Gran Depresión de los 30, que prometía
dar la voz a los olvidados, con la de R. Nixon, que tras los disturbios raciales de 1968 hablaba de una
mayoría silenciosa–los blancos que lamentaban el fin formal del racismo (¡sic!)–, Trump pintó la imagen de un
olvidadoalienado económicamente y racialmente dirigiendo el resentimiento
por el carril culturalcontra los migrantes y minorías étnicas
responsables por la desaparición de los empleos(Alternet, 9/11/16).
4. A la contranarrativa de Hillary Clinton/Obama de que America was already great, los votantes de las regiones abandonadas desde el clintonismo (fly-over country) y arrasadas por la desindustrialización y la globalización (rust belt), inclinándose por Trump, dijeron
no tanto: muchos se identificaban con su racismo y misoginia apuntadas a las dos principales figuras demócratas, pero otros (swing-voters) se tapaban las narices y votaban
desde lo económico.
5. Thomas Frank –que en What’s the matter with Kansas?
(2004) demostró cómo los trabajadores blancos acabaron apoyando a
conservadores cuyas políticas económicas eran opuestas a sus propios
intereses, y en Listen, liberal (2016), cómo liberales
abandonaron a la clase trabajadora– señaló la negación suicida, el
moralismo elitista y el desprecio clasista/racista de los propios
demócratas: Clinton asumía que los trabajadores no apoyaban a Trump, y
si lo hacían era sólo por su
racismo irracional; así les negaba la capacidad de analizar/saber de dónde venía su pobreza, los juzgaba de antemano y los descartaba por racistas y
deplorables(subestimando su
voto de protesta). “Pero su rabia –subraya Frank– era muy racional, aunque Trump sea su vocero dudoso [falso]” (The Guardian, 9/11/16).
6.
Naomi Klein ya lo predijo: los liberales culparían a todo por la
derrota de H. Clinton –desde la FBI hasta el racismo– para no mencionar
el neoliberalismo (desregulación, privatización, austeridad,
libre comercio) y la ultrarica
clase de Davos(cuyo miembro y candidata era Hillary). “Mucha gente está sufriendo y Trump le habla a este sufrimiento; lo hace atacando a gente de color y migrantes; demonizando a musulmanes y degradando a mujeres, pero el ‘neoliberalismo de élite’ no tiene nada que ofrecer a este dolor: es su causa” (La Jornada, 10/11/16).
7. ¿Es clase o raza [y género]? Es
todo a la vez, aunque la solidaridad y organización deben partir desde la primera (racismo y sexismo han sido históricamente herramientas de división en la fábrica y hoy –en tiempos del
identitarismo– lo siguen siendo también en sus afueras). Lo entendió el reverendo J. Jackson cuando buscaba en los 80 la nominación presidencial; interrogado en Baltimore, el gran centro industrial, como conseguiría el voto de un obrero blanco, dijo que
haciéndole ver que tiene más en común con un obrero negro por ser los dos obreros, que con su jefe por ser blanco.
8.
Si –aparte de ser herramientas del empoderamiento– la raza [y/o género]
ya servía[n] para dividir (el capital), manipular (Trump) o empujar la
narrativa del
mal menor(H. Clinton), ahora sirve(n) también para el
lavado de errores: para los liberales, la única explicación aceptable de rechazo a
las bondades de la globalizaciónes racismo [y sexismo], que tapa la historia de cómo era posible que Trump lanzara su
guerra racial(neoliberalismo) y mantiene su llama.
9. Jodi Dean: la
política identitariaen estas elecciones apuntaba –de ambos lados– a la continuación, no abolición del capitalismo; su versión liberal suprimiendo la historia del anticapitalismo radical
negroy feminismo comunista demolía, no fomentaba la solidaridad, mientras la
diversidadque defendía era sólo la de los
exitosos/celebrities multiculturales; la inclusión de trabajadores en ella era
guerra de clasesque a la vez
blanqueabay vilipendiaba al resto de la clase trabajadora para legitimar las mismas políticas que hacen sufrir a la gente de color (Verso blog, 26/11/16).
10. Según Bifo, la guerra entre el
globalismo neoliberaly el
nacionalismo antiglobalistanos llevará a una tragedia. Igual y sí. Pero igualmente trágico era que –tras décadas del neoliberalismo– la única elección
en el país más desarrollado del mundofue entre las guerras imperiales afuera (H. Clinton) y la
guerra racialen casa (Trump). O nos salva la izquierda capaz de articular las ansiedades modernas desde la solidaridad y lo universal, o sálvese quien pueda.
*Periodista polaco
Twitter: @periodistapl
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