El presidente Ollanta Humala reemplazó a más de la mitad de su gabinete, un día después de aceptar la renuncia de su primer ministro en una movida ampliamente interpretada como una señal de que habrá menos tolerancia ante las protestas sociales.
El nuevo gabinete encabezado por el primer ministro Oscar Valdés, un militar retirado y empresario, que fue instructor de Humala en la escuela del Ejército en la década del 80, ha expresado una posición de mano férrea contra los manifestantes que se oponen a un importante proyecto minero en el norte del país.
Valdés comentó el domingo por la noche después de la ceremonia de inauguración a la televisora América que no era “autoritario” por su pasado militar.
“Lo que sí me gusta es la disciplina, que las personas tengan palabra, que los ciudadanos nos comportemos” , dijo.
Analistas y políticos coincidieron en que el nombramiento como primer ministro de Valdés, quien fue ministro del Interior, simbolizaba el endurecimiento del gabinete ante la reaparición de protestas de la población en varias zonas del país.
“Creo que la disposición del presidente y del gabinete es atender todos los conflictos sociales. Lo que sucede es que hemos recibido un país que ha embalsado muchos conflictos, pueblos que no han sido atendidos y hoy quieren hablar al mismo tiempo” , dijo.
El principal ratificado fue el ministro de Economía Luis Castilla, quien logró la confianza de los inversionistas en el gobierno y tiene experiencia en el manejo de las finanzas públicas desde la gestión del anterior presidente Alan García.
Castilla sostuvo que el nuevo gabinete no tenía “ideologías” y que los integrantes del mismo “eran técnicos” .
Dijo esperar que la bolsa de valores de Lima “cierre bien” este lunes, luego del nombramiento del Gabinete, porque los nuevos ministros buscan que “la inversión extranjera siga fluyendo para reducir la pobreza, generar empleos y generar inclusión social”.
Humala también ratificó al canciller Rafael Roncagliolo, un sociólogo de tendencia izquierdista que se desempeñó antes del 2011 como directivo de la organización no gubernamental Transparencia.
Otros funcionarios que permanecen en sus cargos son la ministra de Inclusión Social, Carolina Trivelli; de Comercio Exterior, José Silva; de Educación, Patricia Salas; de Vivienda, René Cornejo; de Salud, Alberto Tejada; y de Transportes, Carlos Paredes.
El principal cambio se produjo en el clave ministerio de Energía y Minas, donde Humala nombró al ingeniero electricista Jorge Merino, quien fue jefe de proyectos mineros de la agencia estatal de la inversión desde 2006.
Merino releva a Carlos Herrera, cuestionado por su defensa del proyecto minero Conga que provoca rechazo en la región Cajamarca y es el principal dolor de cabeza irresuelto del gobierno. El gobierno declaró el estado de emergencia para restablecer el orden en la región.
No obstante Valdés anunció que el proyecto Conga, de 4.800 millones de dólares e impulsado por la estadounidense Newmont, “pasará por un peritaje internacional que el gobierno propiciará...creemos que Cajamarca merece salir de dudas que pueden ser despejadas” .
La minería es el motor económico del país, y el 61% de las exportaciones corresponden al rubro minero.
Otros nuevos ministros son el de Ambiente, Manuel Pulgar; Agricultura, Luis Ginocchio; de la Mujer, Ana Jara; de Justicia, Juan Jiménez; de Trabajo, José Villena; de Producción, José Urquizo; de Interior, Daniel Lozada; y de Defensa, Alberto Otárola.
También se relevó a la ministra de Cultura, Susana Baca, quien fue la primera ministra afroperuana y es una cantante ganadora de un Grammy Latino. Su sucesor es Luis Peirano, un sociólogo y director de teatro.
Humala, un ex teniente coronel del Ejército de 49 años, asumió la presidencia el 28 de julio y gobernará durante 5 años.
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