Guillermo Mejía (*)
SAN SALVADOR
- Del 18 al 21 de agosto se desarrollará en la Ciudad/Puerto de La Ceiba, Atlántida, Honduras, la Cumbre Mundial de Afrodescendientes con la presencia de líderes del movimiento de color para analizar, reflexionar y documentar las condiciones de las poblaciones afrodescendientes y los logros obtenidos en los últimos diez años de lucha reivindicativa.
La iniciativa es una respuesta a la resolución de la ONU que declaró "2011 Año Internacional de los Afrodescendientes" y conlleva ese análisis, reflexión y documentación de los logros alcanzados en la implementación de tratados internacionales, además de un análisis sobre la situación actual desde la "III Conferencia Mundial contra el Racismo", en Durban, Sudáfrica, en 2001. Entre los resultados esperados se encuentran: -Documentar importantes aspectos, consensuar el conocimiento o determinantes considerados centrales a las causas de la pobreza y las brechas prevalecientes entre las poblaciones afrodescendientes frente a otras poblaciones alrededor del mundo.
-Establecidos compromisos concretos -incluyendo la Implementación de estrategias y asignación de recursos financieros – que permitan crear una plataforma para el desarrollo sustentable con identidad de las poblaciones afrodescendientes en el corto, mediano y largo plazo para cerrar las brechas de desarrollo.
-Definida una estrategia, y establecidos compromisos entre gobiernos, la cooperación internacional y la sociedad civil para fortalecer las capacidades institucionales de las comunidades y organizaciones afrodescendientes; asimismo, promover el desarrollo integral sostenible con identidad de las comunidades y poblaciones afrodescendientes.
-Alcanzado el acuerdo para la implementación del Decenio Afrodescendiente, el Fondo de Desarrollo Afrodescendiente y el Parlamento Afrodescendiente en las Naciones Unidas.
La economista costarricense Epsy Campbell Barr, activista social y política, afirmó en una publicación de Alainet que, según información disponible, "la condición social y racial de los y las afrodescendientes les coloca en una situación social y económica de desventaja, por el legado de la esclavitud y como consecuencia del racismo estructural y de modelos de desarrollo excluyentes".
Sin embargo, la luchadora social reconoce que "en la última década, producto de la organización social y política de los y las afrodescendientes, existen respuestas estatales o gubernamentales de diversa índole para hacer frente a la insostenible realidad afrodescendiente de la región".
Eso no significa que todo sea color de rosa, porque la globalización ha exacerbado las desigualdades. Por su parte, Miriam Miranda, integrante de la Organización Fraterna Negra Hondureña (OFRANEH), considera en el mismo documento que: "El silencio y el olvido al que hemos sido condenados en Centroamérica los pueblos que poseemos herencia africana, es parte del feudalismo que impera en el istmo".
"Desde la invisibilización hasta el avasallamiento, han sido las políticas de los Estados centroamericanos que se han distinguido en la historia por la violencia y desprecio hacia los pueblos indígenas y negros", agrega. Mientras, se estima que en nuestra región hay más de tres millones de afrodescendientes.
Miranda recuerda la introducción de esclavos en Centroamérica provenientes de Africa en los siglos XVI y XVII por la explotación minera y asentamientos de africanos, por ejemplo, en ciudades como Santiago de los Caballeros y Villa de la Gomera en Guatemala; El Realejo, San Felipe de Austria, Santa María del Aro, y Abierto, en Nicaragua; San Vicente, en El Salvador; y la Puebla de los Pardos, en Costa Rica.
Lástima que la herencia africana en nuestra región pretende ser negada y sólo es reivindicada donde las características físicas son tan obvias, en otras palabras la "política de blanqueo" nunca fue superada, tal es el caso de El Salvador donde el ancestro de color se fue diluyendo en la mezcla de la población que se asume en general mestiza.
El historiador salvadoreño Pedro Escalante Arce aseguró en una ocasión que dado ese mestizaje ha perdurado un porcentaje de la población salvadoreña que lleva sangre mulata en sus venas, pero "en la casi totalidad de casos sin tener en absoluto conocimiento del ancestro, al cual comentaristas e historiadores y el sentimiento popular sumieron en el olvido y callaron el mensaje".
No está de más recordar la participación activa de los negros y pardos en el movimiento de independencia centroamericano de España. Uno de los casos emblemáticos es el del 5 de noviembre de 1811, del cual de cumplen 200 años en el 2011, de ahí el alboroto por el Bicentenario.
Hay una deuda histórica con nuestros antepasados de origen africano que en condiciones infrahumanas, injustas y denigrantes fueron arrancados de sus lugares en Africa y traídos como esclavos a tierras americanas. Los encuentros de análisis y reflexión en torno al "2011 Año Internacional de los Afrodescendientes" es buena oportunidad para reivindicarnos.
(*) Columnista de ContraPunto
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