El gobierno bolivariano
de Nicolás Maduro ha tomado posesión para un nuevo periodo
democráticamente electo, la mayoría del pueblo venezolano apoya el
proyecto iniciado por Hugo Chávez, los veinticinco comicios ganados
desde entonces lo demuestran. Para esta nueva etapa la República
Bolivariana de Venezuela enfrenta la intensificación de las agresiones
contra la persona del presidente y contra todo el proyecto de reformas
sociales que se han implementado, el imperialismo norteamericano prepara
de manera descarada una agresión directa para derrocarlo con el apoyo
de países como Canadá, Perú, Colombia, Brasil, Argentina, Chile y
Paraguay (quien ya rompió relaciones con Venezuela) entre otros. La
reciente declaración que hicieron la mayoría de los países del Grupo
Lima (con la honrosa excepción de México y Uruguay) exigiendo que
Nicolás Maduro no tomara posesión nuevamente, fue dirigida por la
Organización de los Estados Americanos (OEA) que ahora se pronuncia
públicamente y la mayoría de los países que la integran han desconocido
al gobierno venezolano, junto a la CIA y la Unión Europea (UE),
preparando el camino para la ruptura de relaciones y la intervención
imperialista. En estas fechas miembros de la Asamblea Popular venezolana
buscan crear un golpe parlamentario como se hiciera, por ejemplo,
contra Manuel Zelaya en Honduras el 2009. Las formas de injerencia e
intervencionismo han variado en cierta manera, pero la intensión es la
misma, regresar al colonialismo estableciendo el dominio de los Estados
Unidos y las oligarquías de la región para saquear la riqueza natural,
que en el caso venezolano es especialmente el petróleo, en el caso de
que las medidas parlamentarias fallen, la estrategia se dirige a generar
conflictos bélicos entre países hermanos que sirvan de pretexto para el
imperialismo y su permanente política Monroe.
Por su parte los
gobiernos de Cuba, Bolivia, Nicaragua, Uruguay y el Salvador han
manifestado su apoyo y solidaridad con Nicolás Maduro y el pueblo
venezolano, el proyecto bolivariano desde sus inicios se proclamó a
favor de la integración y la unidad latinoamericana, siguiendo los
ideales del prócer que le da nombre: Simón Bolívar. El nuevo capítulo de
la historia latinoamericana comienza con la política de agresión
imperialista reforzada, Cuba es puesta otra vez en la mira,
incrementándose el bloqueo genocida y las campañas difamatorias en su
contra; Bolivia ha recibido las primeras hostilidades por parte del
gobierno de Brasil mediante insultos a su pueblo y a su presidente Evo
Morales, los comentarios racistas sobre el origen étnico de su población
son una pequeña muestra de la guerra que se va preparando; Nicaragua
lleva tiempo siendo agredida, con la manipulación de los medios masivos
de comunicación se ha generado una imagen negativa del gobierno de
Daniel Ortega; para el caso de Uruguay e incluso de México, su decisión
de no apoyar las declaraciones e intenciones injerencistas del Grupo
Lima y la OEA, los ponen en la mira de los gobierno regionales al
servicio del imperialismo, que poco a poco, según avancen sus gobiernos
en reformas sociales y el mejoramiento de las condiciones de sus
pueblos, serán señalados y agredidos, el campo de batalla del siglo XXI
entre el imperialismo y los proyectos progresistas a favor de la
humanidad será sin duda Latinoamérica.
Las fuerzas oligarcas de
América Latina se unen en esta nueva campaña de agresión contra la
República Bolivariana de Venezuela, no descansaran hasta lograr su
objetivo o hasta ser nuevamente vencidos, sus intereses son extender sus
riquezas, controlar gobiernos títeres y establecer sus raíces
conservadoras y neofascistas en las conciencias de los pobladores
latinoamericanos, para ello usan a todos los medios de comunicación a
sus disposición, la guerra mediática lanzada al mundo para revertir la
opinión pública lleva largo tiempo, con Cuba se realiza desde el inicio
de la Revolución hace sesenta años, con Venezuela desde la toma del
poder por Hugo Chávez. Las intensiones de las oligarquías es acabar con
toda manifestación progresista que atente contra sus oscuras maniobras y
empresas, el recién ascendido gobierno brasileño de Jair Bolsonaro lo
ha expresado abiertamente, al señalar que perseguirá cualquier
manifestación de pensamiento de izquierda, y en los hechos, ha reabierto
el camino para la devastación y extracción de la materia prima al
firmar un acuerdo para que las tierras del amazonas sean destruidas por
las transnacionales hambrientas de riqueza, los pueblos del amazonas
tienen ante ellos una gran amenaza y deberán desplegar una gran
resistencia, la ultraderecha latinoamericana pretende regresar al poder y
destruir todo avance realizado por los gobierno progresistas y
movimientos sociales. El imperialismo norteamericano enfrenta una crisis
estructural y global, sus cimientos se tambalean, pero eso lo hace
mucho más agresivo e impredecible, por eso buscan mediante estos nuevos
ataques fortalecer su poder.
Las fichas en el tablero del
ajedrez geopolítico se están moviendo, otra vez estamos ante la
necesidad de resistir y organizar la utopía bolivariana de la
integración y unidad de los pueblos latinoamericanos a favor de su
bienestar y del mejoramiento de sus condiciones de vida: defender a
Venezuela hoy, es defender a todas nuestras naciones y su
autodeterminación. Es tiempo de ondear la bandera de Nuestra América
para hacer frente a las agresiones imperialistas venideras.
Cristóbal León Campos es integrante del Colectivo Disyuntivas
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