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lunes, 30 de abril de 2018

La criticada amnistía de Andrés Manuel

Enrique Calderón Alzati

En el debate presidencial queobservamos el domingo pasado pudimos apreciar a los candidatos del PRI y del PAN lanzarse contra Andrés Manuel López Obrador, con el apoyo de los otros dos candidatos independientes (aunque no me queda claro independientes de qué o de quién) criticando su propuesta de amnistía como una estrategia insensata para reducir y de ser posible eliminar la violencia que azota al país. ¡No se puede apagar el fuego con más fuego!, fue su respuesta a esas críticas. La historia le da la razón:

Al buscar cómo legitimar su gobierno, a Felipe Calderón se le ocurrió declarar la guerra a los narcotraficantes, con eso sólo logró un dramático aumento de la violencia, luego de que las fuerzas armadas fueran llamadas a apoyar a la policía, infiltrada por los delincuentes, al igual que otras instituciones de gobierno, por lo menos desde el periodo de Carlos Salinas de Gortari; los resultados los conocemos todos: la pérdida de decenas de miles de vidas y crecimiento de la violencia en diversas regiones de la república. Muchas vidas fueron de niños y jóvenes ajenos a los grupos delictivos que cayeron ante el fuego cruzado entre los malhechores y las fuerzas de seguridad. Se trata de daños colaterales, respondió el entonces Presidente de la República.

Después se sabría que Calderón había permitido la distribución y venta de armas en territorio nacional a partir de un acuerdo absurdo realizado con el gobierno de Estados Unidos conocido como el Proyecto Rápido y Furioso, supuestamente orientado para identificar a los grupos delictivos, sin que se informara la existencia de ese acuerdo al Congreso de la República. Más de medio millón de armas de fuego entraron al país cada año sin ser incautadas.
A partir de esos hechos irresponsables y absurdos los resultados se hicieron notar día con día; el movimiento dirigido por Javier Sicilia Paz con Justicia y dignidad constituyó un llamado al gobierno, a los partidos políticos y a la sociedad para buscar alternativas que permitiesen encontrar una solución del problema, no hubo respuesta más allá de crear un área de atención a las víctimas, que poco ha servido para ese fin.
Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto se siguió esencialmente la misma estrategia, los resultados fueron aún más adversos, tal como éste tuvo que admitirlo en días pasados. Además de la violencia recurrente, se agregaron las acciones realizadas por las fuerzas armadas al margen de la ley en Tlatlaya y Tanhuato, así como la desaparición emblemática de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, en las que el gobierno ha quedado involucrado al impedir que las investigaciones incluyan al ejército.
Hace menos de 25 años un hombre negro, que había sido mantenido en la cárcel por 27 años, fue electo como presidente de Sudáfrica; él propuso un plan con objetivos similares a los de López Obrador para superar la grave crisis de violencia y odio en la que había vivido su país los 50 años anteriores. Ese hombre se llamaba Nelson Mandela, su propuesta de amnistía fue sumamente criticada por muchos, pero terminó siendo aceptada al darle el triunfo en las elecciones de ese año. Sudáfrica no dejó de tener problemas, pero el ocaso del odio, del deseo de venganza y la violencia misma pasaron a la historia. El Premio Nobel de la Paz que le fue entregado a Mandela algún tiempo después, constituyó el reconocimiento mundial de la idea de que el fuego no se apaga con fuego.
Las condiciones actuales de nuestro país, sumido en una guerra contra el crimen, son totalmente diferentes a las del Apartheid sudafricano, esencialmente generado como un injusto proceso colonial con intereses económicos y un grave conflicto racial; sin embargo, López Obrador sólo ha esbozado una idea, dejando clara su intención de poner el tema a consulta, no para aplicarla sin ton ni son sin tomar en cuenta las leyes, sino como un tema de estudio para lograr nada más y nada menos que lo que la nación necesita para superar uno de sus más graves problemas actuales (el otro es la corrupción). No se trata de premiar a los autores de crímenes, ni de mandar de vacaciones a ladrones, sino de recuperar la paz y la tranquilidad que nos ha sido robada. La noticia divulgada por la revista Procesosobre la invitación de López Obrador al reconocido sacerdote Alejandro Solalinde para conformar un consejo ciudadano de contraloría social y ética en torno a este tema, y la aceptación de Solalinde, constituye un paso importante, que a la vez es indicador de las dimensiones y consecuencias de esta nueva visión para enfrentar el grave problema de la violencia que tantos daños ha causado ya.
Las críticas de los candidatos contrarios a esta idea sólo muestran su limitada visión de los problemas y preocupaciones que enfrentamos los ciudadanos de este país, que quisiéramos que nuestra familias volviesen a vivir con seguridad y tranquilidad, como las recordamos de épocas bastante mejores a las que se viven hoy, a partir de que un grupo de delincuentes adueñados del poder se niegan a dejarlo utilizando para ello las campañas de miedo y desconfianza utilizadas con éxito en el pasado.
En este contexto llama la atención la incongruencia del candidato del PRI ante sus señalamientos contrarios a la amnistía, mientras es incapaz de preguntarse por las razones por las que de hecho ha utilizado su jefe Peña Nieto para perdonar de facto, al ex gobernador de Chihuahua, César Duarte, por los fraudes cometidos en perjuicio de la población de ese estado, al igual que a su amigo Emilio Lozoya, señalado por los directivos de la empresa Odebrecht en relación con sus actos de corrupción.
Twitter: @ecalderon_a

A falta de pruebas, balas



Emir Sader

Las farsas jurídicas, comoinstrumento de persecución política del más grande líder político de Brasil, podrían desembocar en disparos. Tiros en contra de los autobuses de las caravanas de Lula, ahora en contra del campamento de solidaridad con él en Curitiba. El que no tiene argumentos apela a la violencia.

La madrugada del sábado, después de circular en varios coches dos horas antes, grupos de derecha dispararon contra el campamento donde duermen los que participan en el plantón frente a la sede de la Policía Federal. Veinte tiros fueron realizados, dos personas resultaron heridas, una de ellas gravemente en el cuello. Ambas están hospitalizadas.

Las balas y las farsas son siempre los argumentos de la derecha. Las segundas se valen del arsenal de mentiras a través de los medios, vueltos instrumentos de destrucción de la democracia, de los derechos sociales y de la soberanía de Brasil. Así como se valen de jueces vueltos instrumentos de la liquidación del patrimonio nacional y del más grande liderazgo que Brasil posee.
Las balas operan directamente cuando la derecha se enfrenta, aislada, a argumentos incuestionables que desmienten sus farsas y se queda sin apoyo mientras el pueblo toma conciencia y se moviliza masivamente en favor de Lula. Ocurrió algo así en las caravanas, se da así en el campamento de Curitiba.
La derecha brasileña, desesperada, pasa ahora de la violencia de las palabras, las ofensas, las mentiras, a la agresión de hecho. Han tomado preso a Lula sin ningún fundamento, y ahora asedian a quien se solidariza con él en Curitiba. Pero, como ha escrito un periodista, tendrían que tomar preso no sólo a Lula, sino también a sus millones de electores. Como no tienen más pueblo para movilizar, movilizan su arsenal. A quien no tiene pueblo y no tiene razón le queda la violencia.
Fue así en Brasil en 1964. Si tuviera argumentos para instaurar su régimen, la derecha no tendría por qué apelar a las fuerzas armadas para destruir violentamente la democracia en Brasil.
Cuando se vio superada por las huelgas obreras durante la dictadura utilizó la violencia para tomar preso a Lula, creyendo que con ello quitaba el liderazgo del movimiento y lo asfixiaba. Tuvo el efecto contrario.
Ahora quieren diseminar el temor con violencia, amenazas de militares, editoriales que piden un nuevo golpe. La democracia asfixia a la derecha. Han puesto en práctica su proyecto y están destruyendo a Brasil, liquidando su potencial económico, aniquilando los derechos del pueblo, rebajando totalmente la imagen del país en el mundo. No tienen candidato, no tienen más programa. Entonces, apelan a la violencia y las amenazas.
Eso es todo lo que la derecha tiene que ofrecer a Brasil. Todo su esfuerzo para dar el golpe. Fue para eso. Iban a combatir la corrupción, pero han instalado el gobierno más corrupto de la historia del país, mientras falsifican documentos para condenar a quien no logran probar ningún tipo de irregularidad en su vida pública.
Iban a arreglar la economía, a recuperar su credibilidad, a limpiar las finanzas públicas, pero han llevado el país a la peor fase de su historia, sin ninguna credibilidad, a punto de no lograr controlar la depreciación ante el dólar y llevado el endeudamiento público a nivel récord.
Como siempre, la derecha promete algo y hace lo contrario.
El que puede reunificar y pacificar el país es Lula. Sólo él. Tomarlo preso es tomar presa la única posibilidad de restablecimiento de la convivencia pacífica entre todos. Tomarlo preso es tomar presa la única posibilidad que Brasil tiene de volver a ser un país unificado alrededor de objetivos comunes.
Lula libre es, además de una medida justa, la vía para restablecer la paz y el crecimiento económico, con políticas sociales y reconocimiento de los derechos y la dignidad de todos. Sin persecución ni balas, con argumentos y justicia.

Las guerras de EU contra México desde Reagan hasta Trump

Bajo la lupa

Alfredo Jalife-Rahme

Instalaciones de la Base Aérea de Santa Lucía, en el municipio de Tecámac, estado de México. Imagen de archivoFoto Carlos Ramos Mamahua

En 1996, el anterior secretario del Pentágono en la mayor parte de los dos mandatos de Ronald Reagan, Caspar Weinberger, en colaboración con Peter Schweizer, presidente del Instituto James Madison, con un prólogo ignífero de la ex primera ministra Margaret Thatcher publicó su libro volcánico La próxima guerra (https://goo.gl/tyL5oK) de EU en el mundo, donde exhibe cinco escenarios: 1) contra Norcorea, que no ha variado sustancialmente, pero con la esperanza de un apaciguamiento debido al próximo encuentro entre Trump y el mandatario norcoreano, Kim Jong-un; 2) contra Irán, cuya prospectiva se ha intensificado con Trump que sopesa abjurar el acuerdo nuclear que operó Obama, para favorecer a Israel; 3) invasión a México (sic) debido al advenimiento de un gobierno radical; 4) contra la Rusia resucitada, y 5) contra Japón, lo cual ha variado sustancialmente y que, a mi juicio, ha sido sustituido por China en el nuevo espacio geoeconómico/geopolítico del Indo-Pacífico.

Weinberger –de padre judío y madre episcopalista, implicado en el pestilente escándalo del Irán- Contras– contemplaba sin desparpajo intercambios nucleares, guerras químicas (hoy la moda, aunque fuesen fake newscomo en Siria), y la ciberguerra. Doce años después del ominoso libro siguen vigentes cuatro de sus cinco escenarios.
Es impactante que México venga en tercer lugar en las cinco guerras programadas por Weinberger, ex vicepresidente de la omnipotente trasnacional Bechtel y anterior presidente de la revista Forbes, de la cual es accionista el entreguista ex presidente Ernesto Zedillo.
Por demás perturbador es que algunos ex mandatarios de México participen, a sabiendas o por nesciencia, en los organigramas de los proponentes de la invasión a México.
La invasión proyectada conlleva el cambio de régimen en México y uno de sus primeros operativos contempla(ba) la destrucción de la base aérea de Santa Lucía, tema relevante con el debate sobre la viabilidad de los aeropuertos de los hoy ­candidatos.
Desde los secretos Tratados de Bucareli de 1923, la dotación y operabilidad del Ejército Mexicano ha sido limitada y controlada. Ignoro si esto ha variado desde la presunta incrustación del “México neoliberal itamita” al esquema de Northcom/Comando Norte (https://goo.gl/LvFAza) y a la integración energética de Norteamérica (https://goo.gl/b6jbiv) (https://goo.gl/PQrUDB).
La invasión terrestre propuesta por Weinberger sería por tres zonas: 1) del Fort Lewis (estado de Washington) –que 12 años después está fusionado con la base aérea de McChord– a través de Tucson (Arizona) penetrando por Sonora; 2) de Brownsville a Tampico, y 3) desde Fort Hood (Kileen, Texas) entrando por Monterrey hasta Guadalajara.
Se suma un ataque de los marines al puerto de Tampico, otro punto muy vulnerable de México: clásica ruta de las invasiones previas, como la marítima de Veracruz en 1914, según el Museo Nacional de las Intervenciones (https://goo.gl/ccr67w).
Ya en ese entonces, Weinberger vislumbraba una poderosa guerra de propaganda –cuando Televisa era todavía omnipotente– para persuadir a los mexicanos de la bondad de la invasión de EU que tenía como objetivo implantar la verdadera democracia y dar fin a su situación de “Estado fallido (https://goo.gl/M8ihvz)”: concepto desestabilizador que estuvo muy de moda por los multimedia de EU hasta que fue entregado el petróleo mexicano mediante la “reforma energética (https://goo.gl/EUET7w)”.
Con Fox, entonces presidente texano-irlandés-mexicano el ASPAN (https://goo.gl/GV2Qqq) –que ni aportó seguridad y menos prosperidad a la parte mexicana de Norteamerica (sic)–, y con Calderón y su hilarante Iniciativa Mérida de guerra contra las drogas se gestó de facto una invasión militar disfrazada de EU mediante la participación de sus mercenarios de Blackwater/Xe Services.
La invasión de Weinberger contaría con el respaldo del secretario de Relaciones Exteriores de México –a no confundir con Videgaray 12 años después– que participaría con un grupo de conspiradores para capturar la residencia de Los Pinos.
Ya desde 1970, Brzezinski, entonces consejero de Seguridad Nacional de Carter, alertaba de que EU “no deseaba otro Japón al sur de su frontera (https://goo.gl/vQRT54)”, lo que explica(ba) el rezago tecnológico de México y la flagrante ausencia de transferencia de tecnología en el discriminativo TLCAN que benefició más que nada y nadie –en términos de porcentaje de ingresos del PIB– al narcotráfico: primer ingreso nacional en bruto.
En espera de las guerras programadas por Weinberger, que ninguna ha ocurrido y operan como jaque al rey, nada menos que el general Wesley Clark, del grupo Chicago y anterior comandante de la OTAN en la guerra clintoniana contra Yugoslavia, delató que, después de los polémicos ata­ques del 11/9, el Pentágono adoptó un plan para derrocar a siete países en cinco años: Irak, Libia, Siria, Somalia, Sudán, Líbano e Irán (https://goo.gl/vkyDhz). Cinco ya ocurrieron: sólo faltan Líbano e Irán.
Una cosa son las guerras regionales de Israel encomendadas a EU, delineadas en el memorando secreto del israelí-estadunidense Paul Wolfowitz y reveladas por el general Clark, y otra cosa son las guerras globales de Reagan/Weinberger/Thatcher.
Las guerras que libra EU contra México desde 1836 con la independencia de Texas (luego anexada en 1845 por EU) –sumada de la guerra de EU en 1846/1848, en la que México perdió 2.4 millones de kilómetros cuadrados, más de la mitad del territorio, sin contar la expedición punitiva de Pershing contra Villa en 1916– fueron reales.
La guerra planeada por Weinberger persiste 12 años después bajo la espada de Damocles de la invasión de EU a México debido a la doble coartada de la fracasada (¿deliberadamente?) guerra de las drogas y al ascenso de un gobierno “radical ( whatever that means)”, que ahora se han transmutado en una doble guerra contra la que parece ser perenne guerra contra las drogas y la nueva guerra demográfica, con excrecencia electorera a los dos lados de la frontera (https://goo.gl/dsmjpp), debido a la galopante natalidad del segmento mexicano en EU que ha puesto de cabeza a Trump, el profeta de los WASP: blancos, anglosajones y protestantes (https://goo.gl/a3mNJ6).
Trump ya militarizó la frontera con 4 mil soldados de la Guardia Nacional que pueden llegar a 100 mil, según los deseos del general Kelly, anterior mandamás de la Seguridad del Hogar y hoy jefe del gabinete trumpiano.
Ni la tercera parte de su muro ni la militarización de la frontera de Trump son nuevas cuando ya dos ex presidentes, el republicano Baby Bush y el demócrata Obama, habían colocado en la frontera 6 mil y mil 200 soldados respectivamente (https://goo.gl/hhy5YQ).
Por lo visto, el ejército de EU mantiene un menú de guerras multivariadas y hasta de balcanizaciones contra México (https://goo.gl/T86b2N) (https://goo.gl/kXnJYL).
Es perturbador el discurso balcanizador del ex gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón alias El Bronco –apodo que denota más su congénito salvajismo que su civilidad–, quien sin recato ultraja a los habitantes de los estados del sur, en específico a Chiapas y a Oaxaca. ¡Cuidado!

domingo, 29 de abril de 2018

Mexicanos deben actuar contra firmantes del “Pacto por México”, origen de todo


Pedro Echeverría V.
 
1. Los electores mexicanos de ninguna manera deben votar por el PRI y por el PAN –los culpables directos de la desastrosa situación que vive el país- deben además repudiarlos en sus actos de campaña. Hoy domingo publicó La Jornada un estudio que debe leerse bien y pensarse mucho más. ¿Quiénes son los culpables en estos últimos 12 años de la miseria y el hambre del pueblo mexicano sino los partidos (PRI, PAN, PRD,) que firmaron con el presidente Peña en 2012, el famoso "Pacto por México" o "contra México", como se conoce? ¿Será tan profunda la ignorancia y "el valemadrismo" de nuestro pueblo?

 2. No olvido que el presidente "lengualarga" de Fox, cuando quiso desaforar a López Obrador en 2005/06 hubo millones de protestas en las calles, pero lo que más fuerza tuvo contra Fox fueron los protestas y las interrupciones de sus actos. Se enojó tanto, porque por todos lados recibía gritos de repudio, que tuvo que parar automáticamente el llamado "desafuero". Pienso que igual: las campañas de priístas, panistas y perredistas deben ser repudiadas porque la firma de ese "Pacto por México" fue criminal, fue la base del gobierno de Peña Nieto que ya todos dicen "ha sido el peor gobierno de la historia".

3. Coincido plenamente con quienes han dicho y escrito que este gobierno de Peña Nieto ha sido el peor de la historia a pesar de los gobiernos de Carlos Salinas, Vicente Fox y Felipe Calderón que fueron de los más ladrones y asesinos. ¿Quién pensó que se igualaría y superaría el número de 125 mil asesinatos, más desaparecidos del sexenio anterior de Calderón? Esos asesinatos de los gobiernos de Calderón y Peña superan ampliamente a los de cualquier país en guerra. Pero además, basta con revisar un poco de la economía nacional de los últimos 12 años para ver el desastre económico que vivimos en México.

4. De acuerdo con la Agenda mínima por México, publicada por IDIC (Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico): hay 12 desafíos económicos: la precariedad del país se origina debido a que 57 por ciento de la población ocupada se encuentra en la informalidad (trabajando en la calle), pero del total de 54.4 millones de personas ocupadas (sólo unos cuantos, medio millón) tienen percepciones por arriba de los 26.5 mil pesos mensuales… Los desocupados que no reciben ingresos es 6.5 veces más grande que el de quienes ganan más de 10 salarios mínimos, es decir, 3.4 millones de personas en el país. 

5. México es un país de 25 millones de habitantes y de éstos el 80 por ciento vive en la pobreza y el 40 por ciento de éstos en la miseria. Todos los años, particularmente en tiempos de campaña, los políticos se pasan prometiendo que cuando suban al gobierno las cosas van a cambiar. Llevo por lo menos 58 años escuchando esas mentiras –desde que me hice políticamente consciente- y todos nuestros cambios han sido para atrás: los hijos de los pobres siguen siendo pobres y miserables y los hijos de los ricos, millonarios. Algunos, muy pocos de las clases medias se han colado entre la clase dominante que –aunque sean despreciados, se sienten "triunfadores". 

6. Por ello no olvido a uno de mis filósofos de cabecera, el berlinés Marcuse: "Si el trabajador y su jefe se divierten con el mismo programa de televisión y visitan los mismos lugares de recreo; si la mecanógrafa se viste tan elegantemente como la hija de su jefe, si el negro tiene un Cadillac, si todos leen el mismo periódico, esta asimilación indica, no la desaparición de las clases (o el rompimiento del capitalismo), sino la medida en que las necesidades y satisfacciones que sirven para la preservación del "establecimiento" son compartidas por la población subyacente". (1964) Sólo cambiamos formas pero el capitalismo sigue. 

7. Se señala más  adelante: El grupo de mexicanos que perciben entre 5 y 10 salarios mínimos tampoco resulta ser más cuantioso (2.1 millones de personas, que equivale a 2.4 por ciento) en comparación con la población que gana cuando mucho un salario mínimo (7.4 millones de personas o 14.1 por ciento). Ante tales cifras, el IDIC indicó que solo 3.4 por ciento de los ocupados tiene un ingreso de bienestar, contra 20.6 por ciento que vive en la precariedad absoluta por falta de ingreso o bien por la percepción de un salario mínimo que actualmente es de 88.15 pesos. El sistema le ha dado en la madre al pueblo y como parte de él, nada hacemos contra los "pactistas". (29IV/16) 


Inquietudes en la plutocracia por Meade


 Utopía


Eduardo Ibarra Aguirre

Una parte de los dueños del dinero, en México y la aldea global, la representada por los 800 empresarios que integran los consejos regionales del consorcio financiero Citibanamex y los directores de los 20 mayores fondos de inversión en el mundo (don dinero, pues) y que manejan recursos equivalentes a nueve veces el valor de la economía mexicana, sesionaron a puerta cerrada con Lorenzo Córdova, presidente del Instituto Nacional Electoral, y le preguntaron sobre el presente y el futuro jurídico y político de la candidatura oficialista de José Antonio Meade e incluso la del blofero Ricardo Anaya, presuntamente enriquecido de manera ilícita.
Lo anterior es posible saberlo por la apertura con la que Córdova Vianello informó a preguntas expresas de los reporteros: las principales preocupaciones del grupo están relacionadas con la capacidad de la autoridad electoral de dar a conocer el resultado de la votación la noche del primero de julio y acerca de los mecanismos legales para una declinación o sustitución de candidato presidencial.
Sobre la primera puntualizó que a las 23 horas del primer domingo de julio el INE hará público el conteo rápido aún si se cruzan los rangos y no se pueda definir un ganador. Respecto al tema que nos ocupa dijo que se trata de un acto político, no jurídico. La ley electoral prevé la posibilidad de desistimiento de una candidatura, pero el tiempo para las coaliciones o fusiones ya pasó. "Si en el tiempo que viene un candidato independiente declina, y esto ocurre antes del 6 de mayo, cuando arranca la impresión de las papeletas, su postulación no aparecerá en las boletas. Y si alguno de los candidatos decide renunciar o declinar, eso no significará que los votos emitidos por esa opción se transfieran a otra. Las coaliciones y partidos tienen oportunidad de presentar sustituciones, siempre que el caso de renuncia ocurra antes de 30 días de la jornada electoral.
Que una fracción de los dueños de México y de la aldea estén interesado por los mecanismos para sustituir a Meade Kuribreña como candidato presidencial o abrir espacios para una coalición de hecho en torno a Anaya Cortés para enfrentar al hasta hoy invencible Andrés Manuel López Obrador, es ilustrativa del estado de ánimo de los magnates que también juraron que están preparados para operar bajo un gobierno de Obrador.
Es pertinente que los señores del dinero ajeno que manejan como propio, registren que ninguna declinación implica que los votos de ese candidato estén asegurados para el favorecido, y mucho menos en tiempos en que el malestar e irritación ciudadanas están a la orden del día. Allí está, por ejemplo, el muy limitado efecto político que generaron los apoyos de Armando Ríos y Silvano Aureoles al candidato del grupo gobernante encabezado por Enrique Peña y que busca mantenerse en el poder con Pepe Toño.
Por supuesto que inquietudes como las reseñadas y el lejano tercer lugar en que permanece el candidato del PRI, alimentan los trascendidos e informaciones sobre el futuro del abogado y economista que hace campaña hablando de sí mismo maravillas.
"No me preocupan ni me ofenden los rumores y reflexiones acerca de una supuesta declinación de mi candidatura", afirma Meade. Sin darse cuenta que el problema no es de ofensas sino de eficacia político-electoral y no tanto por él, que es un buen candidato, pero con la pésima marca del Revolucionario Institucional y el descrédito del presidente que lo impuso, amén de proclamarlo candidato ciudadano en una contradicción insalvable.
Acuse de recibo
"El tetrapartido. Bautiza Nuncio a la variopinta alianza de los restos del PRI-PAN-PRD y demás: ¡Todos juntos no la hacen contra Morena!"; asegura María Fernanda Campa (De "allá pa'ca" y de "acá pa'allá", 27-IV-18)… "José Manuel García. He leído 5 artículos de ti, Eduardo, y ni hablar eres muy bueno"… "TUCAMLO, se llama esa farsa de debate. Al próximo, le impondrán respuestas de 15 segundos para que AMLO menos pueda contestar. Y no dudo que los demás candidatos ya sabían las preguntas que les iban a hacer. Mi voto para AMLO y Morena"; afirma René Monroy Ramos… "Castro Marín Marco. Mexicali, Baja California. AMLO, la mentira más grande para México"… La respuesta llegó de León, Guanajuato, y es de Manuel Amador: "Pues prepárate, porque esa 'mentira' puede ser tu próximo presidente, aunque te duela"…. Invitación de Genaro Rodríguez a la presentación del libro Cuentos del barrio, del maestro Manuel Pérez Miranda, el jueves 3, a las 12:10 horas, en el Aula Magna Alejandro Avilés de la Escuela de Periodismo Carlos Septién, en Basilio Vadillo 43, colonia Tabacalera, Metro Hidalgo… "Nosotros no censuramos", fue la respuesta de Tatiana Clouthier, jefa de la campaña de AMLO, a Ciro Gómez en Radio Fórmula, la mañana del 27 de abril. El conductor enmudeció... "El mágico valle del río Grande" no es mágico, ni valle ni grande, afirma lector indocumentado desde Villa Café, Texas.



Caravana: derechos de tránsito y asilo

Jorge Durand

La caravana Vía Crucis, que atraviesa México y recién pasó por Guadalajara, se dirige por diferentes rutas a la frontera norte para solicitar asilo. No es la primera vez, ni será la última.

Lo que sí es primera vez, es la reclamación directa, pública e insistente del presidente de Estados Unidos, que dice que es trabajo y obligación de México y su gobierno impedir el paso de los miembros de la caravana y deportarlos. En síntesis, obedecer y hacer el trabajo sucio, que no quiere, o no puede hacer el vecino.

Los migrantes centroamericanos de la caravana tienen el derecho a transitar que les conceden las leyes mexicanas e internacionales, dada su precaria situación e intención de solicitar refugio. Se les da permiso de 20 días para salir por alguna de las fronteras, presumiblemente la del norte.
Es asunto de la nación vecina aceptar o rechazar la petición y proceder de acuerdo con sus leyes. De hecho, esta práctica mexicana, de los 20 días de permiso, fue una adaptación de nuestras leyes a las políticas estadunidenses.
El caso más renombrado es el de los cubanos, que entraban sin documentos, se les detenía y luego no se sabía qué hacer con ellos. En ocasiones, la mafia de Miami se encargaba de liberarlos y llevarlos al norte. En otros casos, la embajada de Cuba no respondía y había que liberarlos o deportarlos. Por eso se diseñó el permiso de los 20 días, para que pudieran llegar a Estados Unidos. Fue una salida práctica y económica para solucionar la migración creciente de cubanos en tránsito.
Esta práctica se aplica a otros casos, como el de los haitianos y africanos que llegaron hace un par de años. El problema es que la frontera se ha convertido en un embudo. Y es México el que tiene que organizar un tránsito ordenado, legal y humanitario, dado que no puede detener o deportar a migrantes que desean transitar para ir a solicitar asilo a otra nación. Hay una lista de países señalados por ACNUR que tienen derecho internacional a solicitar asilo dadas las situaciones en el lugar de origen.
Pero tampoco el gobierno mexicano puede hacerse de la vista gorda de manera indefinida: pasados los 20 días de permiso. puede deportarlos de manera expedita. En otros casos, espera a que se venza el permiso mientras transitan, los detienen en la frontera y los deportan.
La manera correcta es solicitar asilo en una embajada del lugar origen. Pero muchos no pueden hacerlo porque están huyendo o siendo acosados. Por eso optan por cruzar la frontera hacia territorio estadunidense y pedir refugio. Esa práctica tiene décadas para los cubanos y menos años para los casos de otros países. Una vez que cruzan ya no los pueden regresar o deportar a México.
Como la vía de entrada autorizada, por la línea, es muy controlada por el servicio de migración mexicano y de Estados Unidos, los migrantes centroamericanos, muchos menores o viajando en familia, optaron por cruzar por cualquier lado y entregarse a la migra. Ya una vez en territorio estadunidense, la ley dice que los menores tienen derechos especiales y no pueden ser deportados hasta que haya la orden del juez y juicio correspondiente. Como los sistemas de asistencia social no pueden dejar a los niños sin sus padres, se les da permiso para reintegrarse a sus comunidades en la diáspora y proceder con el trámite. De esa manera han ingresado más de 150 mil menores en los últimos años y en menor medida sus acompañantes.
Era una estrategia de reunificación familiar, dadas las reglas de política migratoria que impedían el retorno de los migrantes. Las medidas disuasivas de incrementar costos, riesgos y penas, forzaron a los migrantes a quedarse en el otro lado y forzar la reunificación familiar por medio de esta vía.
No era el caso de los mexicanos, ya que todos los menores pueden y son deportados de manera expedita y hay convenios firmados para hacerlo de manera ordenada y segura, con participación de los consulados fronterizos e instituciones en el lado mexicano. Pero no se puede deportar a niños de otro país a México.
Hoy, son cada vez más padres de familia, varones con niños, los que transitan por nuestro país, con la esperanza de que el niño les abra la puerta a un proceso de refugio y, finalmente, los deje vivir temporalmente en Estados Unidos.
En realidad, el derecho de asilo y la solicitud de refugio está en crisis a nivel mundial. El caso de Europa es particularmente relevante, por la negativa de muchas naciones a recibir migrantes que solicitan en esa condición. Italia y Grecia están en una situación semejante a la de México, que no pueden rechazarlos, pero tampoco pueden obligarlos a quedarse. Porque simplemente no quieren permanecer ahí.
Francia, paradójicamente, cerró su frontera con Italia en Ventimiglia, en 2016, y regresó a 18 mil personas, pero, a su vez, deja en situación precaria, aunque libre, a los miles de migrantes en tránsito en el Pas de Calais y otros campamentos de la costa que están en tránsito hacia el Reino Unido.
En México, la crisis migratoria de hace unos años con Canadá, se debió al creciente número de solicitantes de refugio de origen mexicano. Y se cerró la puerta para todos.
Algo así va a pasar con las próximas caravanas que ponen en tensión permanente a México, Estados Unidos, organizaciones de migrantes y ONG que les apoyan o dan ayuda a lo largo del camino. Honduras los expulsa y los deja salir sin problema, Guatemala se hace de la vista gorda y México, medio atiende el asunto. Finalmente, Estados Unidos enrarece el ambiente con declaraciones altisonantes.
La órdenes ejecutivas están dadas para no permitir el paso hacia Estados Unidos. El permiso de 20 días para transitar, por si no se han dado cuenta las autoridades, ya no es solución y está en crisis: humanitaria, social y políticamente hablando.
Y estos asuntos se resuelven a nivel multilateral y no bilateral, como pretende ahora el presidente Trump. Y hay que recordárselo.

Síntomas y diagnóstico de una catástrofe social contemporánea


Mucho más que una campaña continental de dominación colonial, el Law Fare expresa el fin del “capitalismo democrático” iniciado con la Revolución Francesa (1789) y completado con los acuerdos de la ONU (1948)


“La diferencia entre la descripción de una parte de la historia
y la descripción de la historia como un proceso unitario
no es por lo demás una diferencia de alcance….
sino una contraposición metodológica,
una contraposición de puntos de vista”
Giorgy Luckas en Historia y conciencia de clase

Escribo estas notas (para los “míos”, como dice Malena, para mis compañeros de lucha por la dignidad humana en los territorios de las periferias del mundo burgués contemporáneo) como un intento de balance conceptual de estos primeros meses de lucha del año 2018. De las nuestras contra el Macrismo y la ofensiva generalizada e integral contra todos y cada uno de nuestros derechos. Y contra el Derecho como tal.
Y de mis viajes por el País Vasco (febrero 2018), Paraguay y Brasil (abril 2018), con el corazón apretado por las noticias del genocidio en tiempo presente en los territorios palestinos ocupados por Israel (por donde caminé en el 2016) y la muerte anunciada de mi hermano colombiano Jesús Santrich, empeñado, sin retorno posible, en revelar, en sacar del silencio y las sombras de la infamia otros presos, otras muertes de sus compañeros insurgentes desarmados; a quien visité en junio del 2017 cuando todavía no habían acuchillado el convenio de paz firmado por la Farc y el estado Colombiano.
No escribo desde la plácida superficie académica ni mucho menos desde el cinismo de aquellos que trabajan de “opinólogos” de luchas ajenas (Pitrola, Altamira, Del Caño y otros dirigentes del FIT argentino), administradores de un supuesto rojímetro que les permite negar solidaridad a Lula por no dar el piné de revolucionario y callar ante el secuestro de Jesús Santrich, porque su saber urbano y súper institucional cita ni registra la voz de un guerrillero ciego empecinado en no quedar en el lugar del derrotado que tantos pretenden para él. Incluida alguna izquierda miserable que celebra como supuestos éxitos propios, las derrotas ajenas.
Pretendo, primero, que no se pretenda uniformidad de diagnóstico a los que describimos el mismo listado de agravios, que son solo síntomas de algo por interpretar y explicar. Segundo, que se reflexione críticamente en que la ilusión del “fin de los golpes de estado” era eso y que el culto ,casi pornográfico, al camino institucional (incluso por aquellos que no lo habían practicado jamás) debe superarse, si queremos, al menos, tener chance de luchar contra el Imperio realmente existente.
Destituyeron a Zelaya en Honduras, a Lugo en Paraguay y a Dilma en Brasil por métodos cuasi institucionales que incluían porciones muy limitadas de acción militar. Insólitamente a esos golpes de estado se los llamó “blandos” “constitucionales” o “legales”. El lenguaje es siempre uno de los primeros territorios del combate, y la aceptación de las voces enemigas, una de las demostraciones de debilidad más lamentables.

Macri basura, vos sos la dictadura
Desde el año 2009, ya por nueve años, una Operación Continental de Contrainsurgencia Imperial de Neocolonización de Nuestra América se lleva adelante siguiendo un libreto único, con las lógicas adaptaciones nacionales: utilización de aquellos poderes que nunca se pusieron en cuestión (así hablaba de ellos los documento imperiales estratégicos conocido como Santa Fe elaborados por la CIA entre 1980/1986): el Poder Judicial, el Poder Mediático y el aparato armado del Estado no importa el nombre que tenga: Fuerzas Armadas, Servicios de Inteligencia, Gendarmería o Policías, para recuperar plenamente aquellos poderes que sí se someten a la consulta electoral: el Poder Ejecutivo y el Legislativo que han ido volviendo a sus manos en Paraguay, Honduras, Argentina, Brasil, Chile y aún en Ecuador donde ni siquiera ganaron las elecciones como en Chile o Argentina.
¿Qué queda por fuera de su dominio imperial?: Acaso Venezuela y Bolivia, Uruguay en mínima medida, el gobierno del Farabundo Martí en El Salvador está en picada, el gobierno sandinista de Nicaragua sobrevive con muchos problemas y por supuesto, fuera de estas lógicas, la Cuba Socialista que acaba de realizar una renovación de su liderazgo digna de aplausos y esperanzas.

Pareciera no quedar dudas que, contra lo predicado por años, a más progresismo, menos gobernabilidad y a más radicalidad política, económica y diplomática, más estabilidad y posibilidades de triunfar
A este cambio en los gobiernos de la región, que expresa una estrategia de dominación imperial y que viene demoliendo el edificio de la integración latinoamericana creada en estos años, más o menos autónoma, la denomino “fin del ciclo de los gobiernos progresistas de la región”. Fin del ciclo de los gobiernos progresistas de la región, cualquier otra interpretación corre por el que la hace, pero negarse a ver la realidad suele ser complicado y para ser rigurosos constituye una crisis aguda de percepción de la realidad de la que el compañero Jorge Beinstein ha llamado la atención muchas veces [1].
De eso se trata esta nota.
Digamos, para ser más gráficos que si la Picana Eléctrica, el Falcón sin Patente o la Bota Militar podía simbolizar el periodo de dominación militar que se inicia con el Golpe de Estado de 1954 en Paraguay y Guatemala, se afirma con los sucesivos golpes en Brasil (1964), Chile (1973), Uruguay (1974) y el de Videla de 1976, este nuevo ciclo de dominación colonial tiene a la Cárcel y la Toga de los Magistrados Judiciales como la cara más visible. En la Cárcel están Lula en Brasil; Milagro Sala, Facundo Jones Huala y otros en Argentina, los Seis Campesinos, los de Curuguaty y muchos, muchos más en Paraguay; los mapuches en Chile y otros cientos en Honduras, Colombia y casi todos los países latinoamericanos. La cara del Juez Moro, del fiscal paraguayo Jalil Rachid o el Juez argentino Bonadio se conoce tanto como eran conocidos los rostros de Stroessner o Pinochet, y es que su función de ejecutor de políticas de eliminación de toda forma de resistencia o aún de mínima autonomía frente al plan de normalización imperial, es de igual sentido esencial, aunque no manejen ametralladoras ni usen capuchas.

Y que se enoje Le Monde Diplomatique o los amigos brasileros de Pagina 12 como Emir Sader que siguen pregonando las bondades del sistema democrático representativo como si fuera ciego ante la evidencia brutal de que el periodo en que se respetaba más o menos el voto de las personas y la formalidad de la letra jurídica, ha pasado. Podría darse una vuelta por la cárcel de Curitiba o por las favelas militarizadas de Río, aprendería sobre su país bastante más que lo que le dicen sus papeles, amarillos de viejo y “fuera de época” [2].
Con todo su “sabiduría” no se dio cuenta que el mundo, creado por el fin de la segunda guerra mundial, ese mundo, resultado de la Revolución Socialista Rusa y el triunfo sobre el nazi fascismo en 1945, el mundo diseñado por la organización de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el Convenio de Prevención y Castigo al Celito de Genocidio, firmado en 1948, no existe más como tal y lo que queda está debilitado y en vías de demolición.
Sader y sus discípulos latinoamericanos, intelectuales y políticos, los que firmaron el Consenso de Buenos Aires [3] (1997) y los que soñaron como cualquier otro “triunfador” de la política que “hubo historia, ya no lo hay”, no comprenden lo fundamental e imprescindible para triunfar sobre el fascismo contemporáneo: asumir que vivimos una nueva etapa histórica en que sus ilusiones progresistas se han derrumbado, y aplastado a millones con sus escombros.

No entienden quienes son los nuevos gobernantes de América Latina. Digo, no entienden por qué Macri, Temer, Piñera, Santos o Uribe que son lo mismo, Cartes o quien lo suceda Creen que el hecho de ser electos por tramites institucionales o consultas electorales los convierte en mandatarios democráticos. No ven que estamos ante un grupo de polítcos fascistas, contenidos por ahora en su furia genocida.
Si quieren, de guante blanco, pero no “democráticos”, ni “civilizados”, ni “humanizados”. Salvajes asesinos que auspician y sueñan con un nuevo genocidio. Digo, con asesinar un dirigente social cada dos días como hicieron en Colombia en el año 2017, el año que comenzó a pocos día de que entregaran el premio Nobel de la Paz a Santos. La paz de los cementerios.
Nos enfrentamos pues a una paradoja enorme: sostener la lucha por los derechos humanos y en el terreno del Derecho en tiempos en que la misma concepción de los Derechos Humanos y del Derecho están en coalición con los valores dominantes desde el Setiembre del 2001 (Acta Patriótica), potenciados con el acceso de Trump al gobierno de los EE.UU. en noviembre de 2016, de la lucha contra el Terrorismo y la doctrina del Derecho del Enemigo que niega, justamente, todo derecho, incluido el de la presunción de inocencia o el debido proceso, a todas y todos los que no se le subordinan o aún más, pretenden enfrentarlos. Pues ese es nuestro cometido, ni dejarnos asimilar por los valores dominantes ni dejarnos expulsar del espacio que hemos conquistado en largos años de lucha de manera colectiva. Ni nos vamos ni dejaremos de plantear nuestra verdad en todos los terrenos. Como casi en toda la historia de la Liga, pero más que nunca. Nos enfrentamos al mayor intento de actuar como una dictadura brutal en un periodo de vigencia formal de una Constitución reformada siempre a favor de la dominación burguesa. Por eso, en la Plaza de Mayo, este 24 de Marzo dijimos lo que dijimos.
Macri basura, vos sos la dictadura.
 
No todo es reflejo falso de lo real; también es reflejo verdadero de una falsa realidad, que no es lo mismo aunque parezca parecido.
"No hay nostalgia mayor que añorar lo que nunca jamás existió”
Joaquín Sabina

León Trotsky, al cual muchos de sus autoproclamados seguidores podrían leer con mucho provecho, decía que lo que en teoría son diferencias de milímetro, cuando llegan al terreno de la política pueden ser diferencias insalvables por lo lejanas. Y comienzo diciendo que en tiempos de peligros y retrocesos evidentes como el de este 2018, conviene dedicar tiempo a la reflexión teórica puesto que sin comprender lo que nos pasa, seguro que todo esfuerzo de lucha será estéril. No en vano, pero estéril.
Puntualmente, el peligro de hablar demasiado del Law Fare, de esta ofensiva pornográfica e inescrupulosa de los fiscales y jueces de Brasil, Argentina y Paraguay (por lo menos) es perder de vista el fenómeno principal que es el cambio de régimen de dominación en la región. Están instalando un régimen de terror explícito con formas democráticas constitucionales.
Fue Atilio Borón quien se atrevió a calificar al periodo pos dictatorial como el de “capitalismo democrático” [4] para insistir que en el par conceptual capitalismo democrático lo principal era la persistencia del sistema capitalista, advirtiendo hace ya muchos años que el capitalismo puede dejar de ser “democrático” sin volver a la forma de dictadura militar tan conocida en América del Sur pero casi nunca vigente en México o Colombia, donde la combinación de terror con elecciones viene de lejos, casi del fondo de la historia. Acaso desde el asesinato de Gaitán en la Bogotá de abril de 1948 o desde el verdadero final de la “Revolución Mexicana” con la conclusión del gobierno de Lázaro Cárdenas en 1940.
Conviene repasar el ciclo histórico sudamericano: conquista colonial imperial militar; rebeliones de los pueblos originarios sofocadas; independencia formal en condiciones de debilidad centro imperial español y rápida derrota de fuerzas revolucionarias a favor de partidarios de la subordinación a los ingleses; en ese marco Brasil fue el último país con esclavos y perpetró su propio genocidio sobre Paraguay en 1870 con colaboración de Mitre y el partido Blanco de Uruguay consumando definitivamente el primer genocidio [5] de modo tal que la llamada democracia sudamericana, representativa, republicana, formal, burguesa o como quieran llamarla, no era otra cosa que el modo de dominación más pertinente al carácter semicolonial de Argentina y el sur americano.
El Código Penal que sancionaron y la Corte Suprema que impusieron estaban al servicio de tal tarea, la convalidación del primer golpe de estado por parte de la Corte (en el mismo año de 1930) en acordada histórica por lo hipócrita, lo confirma.
Cuando esa democracia formal, y el “imperio de la Ley y el Derecho”, la “preeminencia de la Constitución Nacional” no bastaron para asegurar el orden vigente y la moral indicada, es que vinieron los golpes sucesivos de 1930/1943/1955/1962/1966 y el del 1976. La democracia formal entre golpe y golpe se fue haciendo cada vez más delgada e instrumental a pesar del costado social de la Reforma Constitucional peronista de 1949 y la “corrección” de 1957 (apenas el artículo 14 Bis, de extensión de los derechos sociales, jamás respetado, por cierto)
Y más allá de consecuencias positivas derivadas de la última Reforma de 1994 (la preeminencia de los Pactos Internacionales de los derechos humanos sobre la misma Constitución y el orden jurídico nacional, entre otros como el reconocimiento tardío y formal de los derechos de los pueblos originarios) la Reforma de 1994 no pasó de permitir la reelección de Menem, garantía del Orden Pos Dictatorial, neoliberal y sumiso de la hegemonía imperial norteamericana.
Dice en estos días el sumiso Emir Sader: “Esa ofensiva solo confirma cómo la derecha latinoamericana no tiene compromiso con la democracia, mientras que es la izquierda la que nace, se desarrolla y gobierna por medios democráticos, y la que pelea democráticamente por seguir gobernando o por volver a hacerlo. Quien crea que la vía democrática se ha agotado es un iluso. Incluso porque la vía insurreccional sería camino a la derrota y la catástrofe para la izquierda, como el caso colombiano lo demuestra”. No es cierto, la izquierda latinoamericana nació fuera del orden institucional y luchando contra él. Desde el partido Comunista de la Argentina en 1918 al Ejercito de Liberación Nacional de Bolivia fundado por el Che Guevara. No es su culpa la tragedia de los genocidios sufridos sino del Imperio y las burguesías latinoamericanas. Poner a la víctima en el lugar de la responsabilidad por la violación de los derechos humanos lo pone a Sader fuera del progresismo y las posiciones tibias. Lo deja del otro lado.
La decisión de renunciar a toda otra forma de lucha que no sea la institucional no fue tomada “libremente” sino como una de las consecuencias directas del último genocidio sufrido en la región (conocido como Terrorismo de Estado, o por sus figuras paradigmáticas Pinochet, Videla o Stroessner): la hegemonía del posibilismo en el movimiento popular, la desarticulación del bloque histórico que había bregado por la Independencia verdadera y la fascistización del sujeto burgués, descompuesto como clase nacional, cleptómano y mafioso para siempre.
Traigamos al debate al cubano Roberto Regalado que explica el surgimiento del ciclo de gobiernos progresistas de un modo más complejo que la mayoría de los opinólogos conocidos. Dice Regalado en un texto preparado especialmente para un debate organizado por el PT mexicano y disponible en la web Rebelión [6]:
1. El acumulado de las luchas de las fuerzas populares libradas a lo largo de su historia y, en particular, en la etapa abierta por el triunfo de la Revolución Cubana (1959-1989), en la cual, aunque su desenlace no fue el cumplimiento de los objetivos que las organizaciones político-militares se habían planteado, a saber, la conquista del poder y la instauración de un nuevo Estado y un nuevo sistema social, los pueblos demostraron una voluntad y una capacidad de combate de tales magnitudes que obligaron al imperialismo y a las clases dominantes de la región a reconocerles los derechos políticos que hasta entonces les habían sido negados.
2. El repudio mundial al genocidio y la fuerza bruta históricamente utilizados en el subcontinente como medios de apuntalar la opresión y la explotación, en especial, por parte de los Estados de «seguridad nacional» que asolaron a la mayor parte de la región entre 1964 y 1989, que compulsó al imperialismo norteamericano y a las oligarquías criollas a buscar formas más mediadas de dominación. (inscribamos en ese punto la lucha histórica del movimiento de lucha contra la impunidad de la Argentina y de nuestra propia Liga, nota del autor)
3. El aumento de la conciencia, organización, movilización, y lucha social y social-política, ocurrido en el fragor de la batalla contra el neoliberalismo, que estableció las bases para un aumento sin precedentes de la participación electoral de la gran parte de los sectores populares tradicionalmente marginada de ese ejercicio político, y un cambio en los patrones de votación de la otra parte de ellos que estaba subsumida en la lógica del sistema de dominación.
4. El voto de castigo de amplios sectores sociales contra los efectos devastadores de las políticas neoliberales impuestas a partir de finales de la década de 1970, cuya pionera fue la dictadura militar chilena encabezada por el general Augusto Pinochet.
5. Tratamiento especial merece el «error de cálculo» del imperialismo norteamericano, que creyó poder dejar de oponerse «de oficio», de manera abierta y directa, a todo triunfo electoral de la izquierda, tal como había hecho históricamente, confiado en que su nuevo sistema de dominación continental, cuyo pilar político es la implantación de «democracias neoliberales» en todos los países de América Latina y el Caribe, sujeto a mecanismos transnacionales de control y sanción de «infracciones», blindaría a los Estados de la región contra cualquier intento de penetración por parte de fuerzas políticas de izquierda y progresistas. Esta confianza lo llevó a establecer un pacto de élites de defensa de la democracia representativa, es decir, de la democracia burguesa que asume explícitamente la forma de democracia neoliberal, y al establecimiento de una llamada cláusula democrática en todos los organismos y mecanismos continentales y subcontinentales. No previó entonces que, con estricto apego a las normas de la democracia representativa, fuesen electos candidatos presidenciales como Chávez, Lula, Kirchner, Tabaré, Evo, Correa, Daniel, Cristina, Dilma y otros. No era la primera vez que, convencido de tener garantizado el control de una subregión o de la región en su conjunto, el imperialismo norteamericano impuso pactos de «defensa de la democracia» y sanción a las interrupciones del orden constitucional. Así hizo en Centroamérica en la década de 1920 como medio de disuasión a las constantes guerras entre conservadores y liberales, pero la gesta antiimperialista del general Sandino en Nicaragua y la insurrección indígena campesina y popular de enero de 1932 en el Salvador, aplastada con métodos genocidas por el dictador Maximiliano Hernández Martínez, lo llevaron a desistir de ese empeño. Así ocurrió también tras el triunfo de la Revolución Cubana, cuando el presidente John F. Kennedy decidió aislarla y estigmatizarla rodeándola de «democracias representativas», y terminó derrocando gobiernos constitucionales que no se plegaban al bloqueo contra Cuba, y apoyando a dictaduras militares que sí lo hacían. Todo ello ratifica que el imperialismo no tiene principios, sino intereses. Con claridad lo expresó el sucesor de Kennedy, Lyndon B Johnson, cuando, al apoyar el golpe de Estado contra Joao Goulart en Brasil, en 1964, proclamó la doctrina que lleva su nombre: Los Estados Unidos prefieren tener a aliados seguros, que vecinos democráticos . A la aplicación de la Doctrina Johnson regresa el imperialismo norteamericano para borrar del mapa a los gobiernos progresistas y de izquierda, no mediante los golpes de Estado tradicionales, sino mediante la desestabilización de espectro completo y los golpes de Estado «de nuevo tipo». En América Latina, tras una acumulación de fuerza social y política iniciada en los años ochenta con la lucha de los movimientos populares contra el neoliberalismo, incrementada en los noventa con la ocupación de espacios en gobiernos locales y legislaturas nacionales, que alcanza el clímax en la década de 2000 con el ejercicio del gobierno nacional en una decena de países, desde finales de esta última, la correlación de fuerzas comienza a cambiar a favor de los sectores oligárquicos proimperialistas y, en apenas cinco años, la pérdida de capacidad de movilización popular, la falta de estrategias, medios y métodos adecuados para derrotar la desestabilización de espectro completo, los reveses electorales y los golpes de Estado «de nuevo tipo», llegan a tal punto que la derecha se ufana en proclamar el «fin del ciclo progresista» [7]. ¿Es este un vuelco tan imprevisible o inesperado de la situación política, que no se pudo evitar o no dio oportunidad para una preparación a tiempo que permitiese enfrentarlo en mejores condiciones? Sería imposible responder esa pregunta sin hacernos otra: ¿vuelco imprevisible o inesperado… para quién? La involución de la situación política y económica de la región en general, y de cada país gobernado por fuerzas progresistas y de izquierda en particular, de ningún modo fue ignorada por todas y todos los dirigentes, cuadros militantes, activistas y analistas del bloque popular. Sin embargo, los liderazgos principales y las corrientes políticas e ideológicas hegemónicas en los partidos, frentes y coaliciones progresistas y de izquierda, primero ignoraron o subestimaron el deterioro creciente de la correlación de fuerzas, que pudieron y debieron enfrentar cuando tenían mayores y mejores posibilidades de éxito, y luego quedaron impávidos ante sus consecuencias. ¿Por qué ese inmovilismo? ¿Es atribuible a la «mala intención» o incluso a una «traición»? La respuesta es no, salvo casos específicos que ciertamente pueden existir. Los liderazgos individuales y colectivos de los gobiernos, partidos, movimientos, frentes y coaliciones progresistas y de izquierda, también son productos de correlaciones de fuerzas, tanto en la sociedad en su conjunto, como dentro de ese espectro político e ideológico en particular, y en la América Latina de finales del siglo XX e inicios del XXI, la hegemonía de las fuerzas políticas multitendencias características de la etapa, la ejercen el «progresismo», proveniente de sectores democráticos de los partidos tradicionales, y lo que podríamos llamar la «nueva socialdemocracia latinoamericana»
Ambas corrientes comparten:
[...] la maniquea concepción de la democracia burguesa como sistema político supuestamente imparcial e incluyente, que en América Latina solo funcionó con relativa estabilidad en Uruguay y Chile, y solo lo hizo mientras el imperialismo y las oligarquías de esos dos países no identificaron a la izquierda como una amenaza al sistema, pero tan pronto la percibieron como tal, en ambos implantaron férreas dictaduras.
[...]
De ahí parte la sorpresa e incomprensión que incluso hoy, después de haber sido expulsadas del gobierno o estar en riesgo de serlo —sin haberlo visto venir, ni saber, a ciencia cierta, cómo evitarlo y revertirlo—, y de haber sido criminalizadas y judicializadas, o de estar a punto se serlo, siguen manifestando [...], y también de ahí que la mayor parte de los análisis y reflexiones publicados al respecto, se limiten a denunciar las manipulaciones, transgresiones y violaciones que la derecha hace contra los gobiernos y las fuerzas progresistas y de izquierda, y poco o nada se mencionen las deficiencias y errores de estas últimas que contribuyeron a torcer la correlación regional de fuerzas en su contra.
Paradojas, desafíos, oportunidades del momento histórico
 En esas desveladas noches de las que te hablo, pienso, también,
en el intransferible y perpetuo aprendizaje de los revolucionarios: perder, resistir.
Perder, resistir. Y resistir. Y no confundir lo real con la verdad
 Andrés Rivera, "La revolución es un sueño eterno"

Casi todos coincidimos en que nos enfrentamos a desafíos y peligros muy grandes, pero no todos vemos en esos desafíos paradojas y oportunidades de crecimiento. Dicho de otro modo, nos enfrentamos a muchas paradojas que podríamos sintetizar en una central: La paradoja de que para luchar en el terreno jurídico no hay que creer en la neutralidad del Derecho ni de los jueces, como para acumular en la lucha institucional hay que construir subjetivad revolucionaria y poder popular. Si así lo hacemos el espacio de acumulación es enorme, puesto que es nada menos que el enorme espacio de la lucha democrática en momentos en que la burguesía en todas sus expresiones, incluida su ala progresista, abandona la lucha democrática en aras de una supuesta institucionalidad republicana y democrática que es todo lo contrario. Algo de esto pude compartir en las experiencias vividas en estos pocos meses del 2018.
En el País Vasco compartimos tribuna con los compañeros de Kalera Kalera, todos ellos sobrevivientes a la lucha armada de ETA y la cárcel franquista. Kalera Kalera ha realizado una convocatoria por la libertad de los presos este 21 de abril en Bilbao, con decenas de miles participantes en una ciudad de medio millón de habitantes [8] . Estos compañeros expresan un cambio de estrategia de una fuerza que nació en 1959 y en estos días se considera en extinción activa, digamos que renace en muchas otras, pero que al asumir la lucha institucional lo hace con las mismas caras y los mismos objetivos autonomistas y socialistas de su historia. Las derechas no dejan de estigmatizarlos y pretender su muerte civil, pero desde ese perfil y posicionamiento han ganado posiciones en el Congreso Vasco y son parte de un inmenso movimiento que en los últimos meses ha ganado las calles de un modo sorprendente para toda Europa en temas tales como el 8M contra el patriarcado, en defensa de las pensiones y derechos previsionales y por la libertad de los presos y la memoria histórica que es un verdadero movimiento de masas (en cada pueblo donde se perpetraron violaciones de derechos humanos, un movimiento local y miles de manifestantes cada vez que vuelve un preso político liberado (quedan unos trescientos y unos cuatrocientos exiliados perseguidos políticamente) a pesar de que tales manifestaciones pueden caer bajo el peso de tres figuras jurídicas: apología del delito, ley antiterrorista y enaltecimiento del terrorismo que supera todo lo conocido e imaginado. En la aplicación de dicha ley sobresalió el Juez Baltazar Garzón quien fundamentó la detención (y convalidó la tortura) de decenas de directores de diarios, radios, organizaciones culturales, etc. en el hecho que no condenaban a la ETA o demostraban simpatía personal por alguno de sus miembros. Así Garzón y la Justicia española condenan a quines portan la foto de un preso político o cantan un rap contra el Rey. Algo de eso intentó la Bullrich con el tema Santiago Maldonado, la respetamos como un cuadro de la Inteligencia Imperial a la que no subestimamos.
En Paraguay, en el campamento de la Coordinadora por la Vivienda Digna, compartimos una asamblea donde asoma, aún tímidamente, que el derecho a la vivienda digna, complemento necesario de un trabajo bien renumerado y en condiciones saludables, se afinca en la legitimidad más que en la legalidad. Legalidad que en el Paraguay existe desde el periodo post dictatorial, en la Constitución que proclama un ilusorio Estado de Derecho Social y otras leyes y Convenios. Desde el fin de la dictadura de Stroessner son cientos los dirigentes campesinos asesinados y en los últimos tiempos es la condena a penas casi perpetua lo que se descarga sobre los compañeros. En el Paraguay real el Poder Judicial es el moldeado por el Stronerismo con el principio “jurídico” de que lo que es “publico” no necesita “prueba”. Por ejemplo, al momento de voltear al presidente electo Lugo, el senador acusador dice que como los delitos de Lugo son públicos no necesitan demostración y así fue, se lo destituyó sin aceptar ninguna otra instancia de apelación. Y si eso hicieron a Lugo, ya sabemos cómo condenaron a los Seis Campesinos, a los de Curuguaty o a unos setenta campesinos acusados de pertenecer o tener relaciones con el Ejercito Paraguayo del Pueblo (EPP). En Tacumbú están casi todos ellos, en una cloaca humana a plena vista de todas y todos. En un barrio de Asunción, la capital de Paraguay puede ser que esté el futuro de Latinoamérica, esperandonos. Es tarea nuestra que ese futuro no llegue. O como decía Castelli: “si ven al futuro, diganle que no venga”.
Que no venga.
Acaso Brasil se la expresión más condensada y brutal de todo lo expuesto. Del Law Fare conducido por Moro y la propia CIA. Y de los límites de un progresismo que creyó tocar el cielo con las manos y hoy se encuentra casi con las manos vacías. Y más dudas y errores de percepción que casi todos los “izquierdistas” de América Latina. Las causas por las que destituyeron a Dilma y encerraron a Lula pueden estudiarse como paradigmáticas: construcciones dialécticas en base a las convicciones de los juzgadores, sin prueba alguna, en base a testimonios de personas interesadas en canjear información falsa por conveniencia o por decisión política. En la Universidad de Paraná, en su sede de Curitiba, el rector, el Dr. Ricardo Marcelo Fonseca presidio un acto de celebración del treinta aniversario de la Constitución Nacional Brasilera (1988) que mostró esta contradicción en toda su complejidad cultural. Los mismos que celebraban la “conquista” de la Constitución Mass avanzada de América burguesa exponían de un modo inapelable la perversión de los fiscales, jueces y legisladores brasileros; o dicho en sentido opuesto, los mismos que denunciaban el encierro arbitrario, sin ninguna prueba, de Lula, clamaban por el estricto cumplimiento de una Constitución que hoy está ignorada y pisoteada por la Corte Suprema, el Comando en Jefe del Ejercito, el monopolio mediático de O Globo y la mayoría absoluta del Congreso. Recuerden Uds. que uno de los senadores que votó por la destitución de Dilma lo hizo en honor a su torturador.
Y tres escenas más que retengo en mis retinas. La primera, en el salón de fiestas del Hotel “Petras” donde nos alojaron a costas del Movimiento Sin Tierras, observé un grupo de gente muy bien vestida, hombres y mujeres, que brindaban y reían como en una serie inglesa de castillos y nobles. Me dijeron que eran los senadores del PT y los miembros de la Comisión de Derechos Humanos del Senado que habían visitado a Lula. Hacía falta tanta impudicia en el refrigerio?. Una parte de esos senadores había votado por la destitución de Dilma. Cual es el punto que separa la jugada política de la conciliación con el Imperio?
La segunda escena fue en el Campamento Lula Libre. Estuvimos desde el medio día hasta la nochecita. A los diez minutos que nos retiramos unos quince miembros de una barra brava futbolera, del Curitiba específicamente, atacaron el campamento con una barras de hierro en la mano e hirieron a dos campesinos. No había seguridad propia y a ese lugar habían ido en base a un acuerdo con la Policía. Seguirán creyendo que la Policía los va a proteger? Y no era que el MST iba a quemar todo si encerraban a Lula? Al otro día, unos campesinos de la región paulista (700 Km. de distancia) me preguntaron si Lula saldría en una semana o en un mes?. En una ciudad conservadora, nunca gobernada por el PT ni sus aliados, un campamento de mucho menos de mil personas, es como una marca finita en un mural. Ni se nota.
La tercera es la más esperanzadora. Al medio día del jueves, los dirigentes nacionales de todas las centrales estudiantiles y los nueve secretarios generales de las Centrales de Trabajadores hablaron y convocaron a una movilización nacional para el primero de mayo. En sus discursos se exponían todas las visiones en debate pero prevaleció una saludable unidad de acción. Que para algunos sea suficiente y que para otros apenas el comienzo de una larga marcha de organización y resistencia no me parece lo importante. Lo importante es que no se paralicen ni sueñen con recuperar el gobierno de Lula y Dilma en las urnas. Eso no parece posible y hay que luchar por lo que se puede conquistar.
En América Latina lo posible hoy es luchar. Resistir.
Vale la pena recordar a Juan José Castelli el orador mayor de la Revolución de Mayo, derrotado y enfermo de cáncer de garganta que le escribe a un amigo: "En esas desveladas noches de las que te hablo, pienso, también, en el intransferible y perpetuo aprendizaje de los revolucionarios: perder, resistir. Perder, resistir. Y resistir. Y no confundir lo real con la verdad" según cuenta Andrés Rivera en La Revolución es un sueño eterno. Toda una táctica y una estrategia. "y resistir. y no confundir lo real con la verdad."
“me acojo al sueño eterno de la revolución... Te escribo, y el sueño eterno de la revolución sostiene mi pluma, pero no le permito que se deslice al papel y sea, en el papel, una invectiva pomposa, una interpelación pedante o, para complacer a los flojos, un estertor nostálgico. Te escribo para que no confundas lo real con la verdad”
Andres Rivera
Notas:
[1] El nuevo panorama ha provocado una notable crisis de percepción donde la realidad choca con principios ideológicos, conceptualizaciones y otras componentes de un “sentido común” heredado del pasado. No somos víctimas de un rígido encuadramiento de la población con pretensiones totalitarias explícitas anulando toda posibilidad de disenso, buscando integrar al conjunto de la sociedad a un simple esquema militar, sino ante sistemas flexibles, en realidad embrollados, que no intentan disciplinar a todos sino más bien desarticular, degradar a la sociedad civil convirtiéndola en una víctima inofensiva, apabullada por la tragedia. No se presentan proyectos nacionales desmesurados, propios de los militares “salvadores de la patria” de otros tiempos o imágenes siniestras como la de Pinochet, ni siquiera discursos híper optimistas como el de los globalistas neoliberales de los años 1990 o personajes cómicos como Carlos Menem, sino presidentes sin carisma, por lo general torpes, aburridos repetidores de frases banales preparadas por los asesores de imagen que conforman una red regional globalizada de “formadores de opinión” made in USA. En suma, las dictaduras blindadas y triunfalistas del pasado parecen haber sido reemplazadas por dictaduras o protodictaduras grises que ofrecen poco y nada montadas sobre aplanadoras mediáticas embrutecedoras. Siempre por detrás (en realidad por encima) de estos fenómenos se encuentran el aparato de inteligencia de los Estados Unidos y los de algunos de sus aliados. La CIA, la DEA, el MOSSAD, el M16 según los casos manipulan los ministerios de seguridad o de defensa, los de relaciones exteriores, las grandes estructuras policiales de esos regímenes vasallos y diseñan estrategias electorales fraudulentas y represiones puntuales. https://beinstein.lahaine.org/las-nuevas-dictaduras-latinoamericanas/

[4] aquì pueden acceder al libro de Atilio: Estado, capitalismo y democracia en América Latina https://docs.google.com/viewer?a=v&pid=explorer&chrome=true&srcid=0Bx2YC3gJbq2TYjIyNmQ1MTQtNGRkOC00OTljLTk4ZGUtMWM2ODJlNTExMzM5&hl=es
[5] en el sentido que la derrota de las luchas de la independencia confirman el carácter pos genocidio de las sociedades coloniales y de las nuevas repúblicas. Paraguay represnetó el esfuerzo mayor por consumar la verdadera liberación de la Colonia, sin caer en la Neo Colonia Inglesa. Por ello fue exterminada de un modo tal que nunca se recuperó del todo de aquella sangría (tres de cuatro paraguayos varones asesinados)
[7] no acepto esa formulación de fin de ciclo progresista, porque alude a las luchas y perspectivas, mi fin de ciclo de los gobiernos alude a un hecho material, pero al ciclo de lucha.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.