TeleSUR/La Radio del Sur
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, pidió perdón a los
pueblos indígenas “por todos los muertos, huérfanos y víctimas” que
dejó la matanza de más de 80 mil aborígenes de la cuenca del Amazonas
en 1912, a manos de la empresa cauchera del peruano Julio César Arana.
“Hoy, en nombre del Estado colombiano, a las comunidades de los
pueblos Uitoto, Bora, Okaina, Muinane, Andoque, Nonuya, Miraña, Yukuna
y Matapí, a todos pido perdón por sus muertos, por sus huérfanos, por
sus víctimas”, dijo Santos en un mensaje enviado a estos pueblos
indígenas, reseña Telesur.
“Pido perdón en nombre de una empresa, de un Gobierno, de un
pretendido ‘progreso’ que no entendió la importancia de salvaguardar a
cada persona y a cada cultura indígena como parte imprescindible de la
sociedad que hoy reconocemos con orgullo como multiétnica y
pluricultural”.
Agregó que es “imprescindible reconstruir la memoria de lo ocurrido
hace 100 años en la bodega de la Casa Arana en La Chorrera, para
contribuir a sanar las heridas que esto ha dejado en sus vidas”.
El Jefe de Estado, quien permanece en recuperación luego de ser
operado de un tumor cancerígeno en la próstata, señaló que “el Estado y
la sociedad tenemos el deber de recordar nuestra historia, de reconocer
que tenemos pueblos indígenas que están en riesgo de extinción física y
cultural, y de hacer todo lo posible por impedir que esto suceda”.
Santos dijo que su Gobierno recibirá “con respeto” las solicitudes
de apoyo estatal a los planes de vida de los pueblos indígenas, para
“mejorar las condiciones de vida de sus comunidades”.
“No podremos disfrutar del desarrollo económico si éste se logra a
expensas de la vida y de la integridad física y cultural de los
pueblos. La diversidad étnica y cultural de nuestra nación y la
diversidad biológica y genética de nuestra naturaleza son esenciales
para mantener el equilibrio de la vida en Colombia y en el mundo”,
añadió.
La bonanza cauchera constituyó una parte importante de la historia
económica y social de países con territorios amazónicos, como Brasil,
Perú, Bolivia, Colombia y Ecuador.
En el caso colombiano más de 80.000 aborígenes de la cuenca
Amazónica fueron víctimas fatales de la extracción y comercialización
del caucho, financiada por la Casa Arana.
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