En una entrevista radial, Humala rechazó además especulaciones derechistas sobre un supuesto clima de incertidumbre económica y política generado por su posible elección en la segunda vuelta, que disputará con Keiko, hija del expresidente Alberto Fujimori.
El líder del bloque progresista Gana Perú, que según cómputos oficiales parciales obtuvo más de 31 por ciento de los votos frente a 23 de Fujimori, desestimó igualmente la campaña conservadora que lo acusa de tener un doble discurso.
Señaló que el pueblo no cree esa prédica y así lo evidenció el resultado en las urnas, y reiteró que plantea una transformación social, gradual, persistente y sin sobresaltos, consolidando el crecimiento económico para llegar a las familias más pobres.
Para la segunda vuelta del próximo 5 de junio, Humala planteó generar consensos con organizaciones sociales, políticas y laborales, con las cuales está dispuesto a dialogar en forma amplia y sin que nadie sea dueño de la verdad.
Señaló que el diálogo debe girar en torno a los programas de emergencia social vigentes y su extensión, la mejora de salarios y los servicios de salud, la pensión de jubilación universal y otras acciones de beneficio popular directo.
El vencedor de la primera vuelta electoral calificó de especulaciones y chismes baratos la versión de que habría invitado a la exdefensora del Pueblo y economista neoliberal moderada Beatriz Merino a ser primera ministra de su posible gobierno.
Hablar de nombramientos antes de ser elegido sería triunfalista y soberbio, señaló sobre las presiones derechistas que le exigen definir quienes conducirán la economía en su posible administración, como garantía contra cambios profundos.
El exmilitar salió al frente a los intentos de equiparar su candidatura con la de Fujimori y precisó acerca de la diferencia de que Gana Perú no ha sido gobierno, mientras sus rivales ejercieron el poder e incurrieron en corrupción.
Tras afirmar que los inversionistas no temen a un eventual gobierno suyo, por lo cual no hay riesgo de inestabilidad económica, apuntó que tampoco está en peligro la institucionalidad democrática.
Advirtió sin embargo que no hay estabilidad jurídica ni paz social y puso como ejemplo la existencia de más de 250 conflictos sociales que afectan las inversiones, lo cual se propone resolver mediante el diálogo y sin violencia.
Según Humala, está en juego el rechazo tajante a la corrupción y a las violaciones de los derechos humanos que caracterizaron la década del 90 del siglo pasado, en la que gobernó Alberto Fujimori, y frente a los cuales no debe haber ninguna tolerancia.
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